Comerciantes bolivianos lograron el retiro militar en la frontera y se restableció el comercio con Perú

Tras días de tensión en la frontera, la economía en Desaguadero vuelve a activarse luego de que las autoridades bolivianas decidan retirar los controles militares que frenaban el intercambio de productos básicos entre ambos países

Protesta masiva en Desaguadero obliga a las autoridades bolivianas a retirar los controles militares en la frontera. (Composición: Infobae)

El comercio en el distrito fronterizo de Desaguadero entre Perú y Bolivia fue completamente restablecido, después de un conflicto que llevó al cierre de la frontera durante varios días debido a la intervención militar boliviana. Según informó La República, estos controles habían sido implementados desde mediados de octubre por órdenes del gobierno de Luis Arce, presidente de Bolivia, para detener el flujo de productos de primera necesidad hacia territorio peruano.

La presencia militar generó un descontento significativo entre los comerciantes de ambos lados de la frontera, ya que sus ingresos se desplomaron, algunos reportaron una reducción del 50% en sus ventas, lo que incluso les impidió sostener sus necesidades básicas.

La situación llegó a un punto crítico cuando los militares bolivianos empezaron a realizar controles excesivos que afectaron no solo a los comerciantes, sino también a los turistas que cruzaban la frontera. La República citó a Henry Mamani Cerda, presidente de la junta de vecinos de Desaguadero-Bolivia, quien explicó que las medidas del gobierno contenían vacíos normativos importantes. “No especifica qué productos están prohibidos de pasar por la frontera. Además, se comenzó a ver abusos y no estábamos de acuerdo con eso”, afirmó Mamani. Los comerciantes, sintiéndose perjudicados, decidieron actuar y organizar una manifestación que obligó a los militares a retirarse para restablecer el comercio regular.

El desabastecimiento causado por las restricciones impuestas obligaron a muchos comerciantes bolivianos a priorizar la venta de sus productos a los peruanos, utilizando el sol como moneda de intercambio debido a la devaluación del peso boliviano. Cristóbal Mamani Mamani, secretario de la junta de vecinos de Desaguadero, mencionó a La República que mientras respetaban las normas de su país, estas se convirtieron en una carga insostenible. “Las ferias ya no eran las mismas”, comentó Mamani, subrayando el impacto de las restricciones en la actividad comercial diaria.

La intervención militar provocó una caída del 50% en las ventas de los comerciantes en la frontera Perú-Bolivia. (Archivo Infobae)

La presión ejercida por más de tres mil personas congregadas en el lado boliviano de la frontera fue determinante para que los militares se retiraran. De acuerdo con Henry Mamani Cerda, en diálogo con La República, habían instalado al gobierno a revisar las normas antes, pero al no recibir respuesta adecuada, tomaron la decisión de exigir la salida de los militares. “Ya habíamos tenido una reunión la semana pasada con las autoridades competentes. Se les pidió adecuar las normas, pero como no lo hicieron, ahora les hemos dicho que se vayan”, destacó Mamani, reiterando el clamor popular por el retorno a la normalidad comercial.

Con el retiro de los militares, la actividad comercial se normalizó en Desaguadero, devolviendo el dinamismo perdido a la región. En este contexto, la recuperación del comercio no solo representa un alivio económico para los comerciantes, sino también para las comunidades que dependen de este intercambio diario de productos. Henry Mamani confirmó a La República que el comercio se desarrollará nuevamente al 100%, asegurando que las dificultades económicas del reciente bloqueo no se repitan. “La economía mermó demasiado”, concluyó Mamani, reflejando el sentimiento general de los comerciantes locales.

Este episodio resalta la importancia del diálogo y la gestión coordinada en las áreas fronterizas donde las economías están profundamente interconectadas. La situación vivida en Desaguadero recalca la necesidad de políticas claras y consensuadas que garanticen el libre flujo de mercaderías esenciales entre las naciones, asegurando el bienestar de las comunidades en estos delicados puntos de contacto.