La transformación digital y el avance de las tecnologías basadas en inteligencia artificial que experimenta el mundo ha puesto de manifiesto la importancia crítica del talento innovador como motor de desarrollo económico y social. En un contexto global cada vez más competitivo, los países que logren cultivar y aprovechar este potencial humano se posicionarán a la vanguardia del progreso.
En nuestro país, la universidad, como institución generadora de conocimiento y formadora de profesionales preparados para el nuevo entorno laboral, juega un papel protagónico en esta tarea. En ese sentido, las casas de estudios superiores deben asumir el compromiso de ofrecer modelos educativos únicos y disruptivos, que estén qdiseñados para fomentar la creatividad, el pensamiento crítico y la capacidad de resolver problemas complejos.
El país necesita de alternativas educativas con enfoques pedagógicos que se basen en que el aprendizaje debe ser activo, colaborativo y experiencial. Por ejemplo, a través de proyectos reales que desarrollen competencias como la colaboración auténtica, la creatividad, la adaptación al entorno, el pensamiento crítico y la investigación, al mismo tiempo que promovemos la interdisciplinariedad en ellos y fomentamos la conexión entre diferentes áreas del conocimiento, estimulando la generación de ideas innovadoras.
La formación de profesionales altamente capacitados y con una mentalidad emprendedora tiene un impacto directo en el desarrollo del país. Al fomentar la innovación y la creatividad contribuimos a la diversificación de la economía, la generación de empleo y la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos. Según el Informe Mundial de la Innovación 2023, los países que invierten en innovación y talento creativo pueden ver un aumento del 0.5% al 2.5% en su PIB anual. Esta cifra varía según el nivel de inversión en investigación y desarrollo (I+D) y el apoyo a los startups.
Asimismo, al promover la resolución de desafíos reales en las aulas universitarias, se podrá generar soluciones a los problemas más urgentes de nuestra sociedad. Por ejemplo, según la OCDE, la inversión en I+D por parte de empresas puede representar entre el 1.5% y el 3.0% del PIB en países como Alemania, Japón y Corea del Sur, impulsando el desarrollo tecnológico y mejorando la competitividad global. Considero que con modelos educativos diferentes a los tradicionales, podemos impulsar que nuestros universitarios enfrenten retos que lo lleven a proponer grandes ideas que pueden ir desde el desarrollo de tecnologías limpias hasta la creación de nuevos modelos de negocio. De esta manera, las universidades, se posicionarán con mayor énfasis como agentes de cambio y transformación social.
Para potenciar al máximo el talento innovador de nuestro país, es fundamental establecer alianzas sólidas entre las organizaciones públicas, privadas y universidades. El sector público debe garantizar un marco regulatorio favorable para la innovación, invertir en investigación y desarrollo y promover la colaboración entre los diferentes actores del ecosistema.
Por su parte, el sector privado debe asumir un rol proactivo en la formación de talento, ofreciendo oportunidades de pasantías y prácticas profesionales a los estudiantes. Asimismo, las empresas deben invertir en investigación y desarrollo, fomentando la cultura de la innovación en sus organizaciones.
El talento innovador es un recurso estratégico para el desarrollo de nuestro país. Un informe del Banco Mundial sugiere que una educación orientada hacia las STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) es fundamental. Los países que han mejorado su educación en estas áreas han visto un crecimiento del 5% al 10% en la productividad. Al invertir en educación de calidad, fomentar la investigación y promover la colaboración entre los diferentes actores del ecosistema, podemos construir una economía más competitiva, inclusiva y sostenible.
Como universidad, estamos convencidos de que nuestro modelo educativo puede contribuir significativamente a este objetivo. Al formar profesionales altamente capacitados y con una mentalidad emprendedora, estamos sembrando las semillas del cambio y preparando a nuestro país para enfrentar los desafíos del futuro.