En los últimos días, un olor nauseabundo y un color negro en las aguas del río Rímac encendieron las alertas sobre la calidad del agua que abastece a la capital peruana. La Empresa de Servicios de Agua Potable y Alcantarillado de Lima (Sedapal) reportó una contaminación inusual, lo que ha suscitado un intercambio de señalamientos con la empresa Orygen, operadora de la Central Hidroeléctrica Huampaní, sobre los posibles causantes de la contaminación.
Durante una entrevista reciente en el programa 24 horas, Yolanda Andía Cárdenas, gerenta de Producción y Distribución Primaria de Sedapal, señaló que el río Rímac presentaba altos niveles de sustancias tóxicas.
“Se encontraron nitrógeno amoniacal, arsénico, hierro, plomo y aluminio en grandes cantidades; todos son metales pesados. (...) El agua estaba turbia y negra, y los ingenieros optaron por no procesarla debido a su olor fétido y color negruzco. Tampoco podemos captar el agua porque no podemos potabilizarla”, señaló.
De acuerdo con la representante de Sedapal, la detección de estas sustancias generó una reacción rápida para evitar que el agua afectada llegara a los sistemas de potabilización. La funcionaria explicó que uno de los técnicos de Sedapal contactó a un representante de Orygen, quien admitió de manera verbal que la empresa había realizado una descarga directa al río, aunque no precisó en qué consistían los materiales vertidos.
“Nuestro especialista se contactó con Orygen, y la persona le mencionó verbalmente que, si ellos realizaron la carga directa al río, entonces cuando hicieron esas descargas, llegaron esas aguas negras”, anadió Yolanda Andía.
Impacto de la suspensión en el suministro de agua
El pasado 26 de octubre, Sedapal suspendió la captación de agua del río Rímac durante un lapso de dos horas debido a la inusual contaminación. En este periodo, la empresa dejó de captar aproximadamente 144,000 metros cúbicos de agua, lo que afectó el suministro en algunas zonas de los distritos de San Juan de Lurigancho, Comas y Callao. Aunque la empresa enfatizó que la medida preventiva no comprometió la calidad del agua suministrada a los usuarios, señalaron que un evento de esta naturaleza, de prolongarse, podría haber tenido consecuencias importantes para la capital.
A medida que se aproxima el verano, época en la cual aumenta el consumo de agua en Lima, Sedapal advierte que estos eventos suponen un riesgo latente para el abastecimiento en una ciudad que ya enfrenta una demanda creciente de recursos hídricos.
“En ese sentido, Sedapal exhortó a las industrias y a las autoridades competentes a tomar las acciones necesarias, según sus competencias, para evitar futuros incidentes que repercutan en la calidad del agua del río Rímac, principal fuente de abastecimiento para los usuarios de Lima y Callao. Además, reiteró su compromiso de continuar trabajando para asegurar las óptimas condiciones del servicio”, informó Sedapal mediante un comunicado de prensa.
La empresa niega responsabilidad y sugiere otras causas
Ante las declaraciones de Sedapal, Orygen emitió un comunicado en el que rechaza cualquier responsabilidad en la contaminación del río Rímac. La empresa negó que los metales pesados y sedimentos detectados provengan de sus operaciones, y aclaró que el día en cuestión, no se realizaron labores de mantenimiento en su central hidroeléctrica.
“El sábado 26 de octubre, fecha en la que Sedapal alega que se produjo dicha contaminación, no realizamos ninguna actividad de mantenimiento en nuestra central de Huampaní. Esta información fue oportunamente confirmada a Sedapal, por lo que sorprende la declaración de su representante en el reportaje”, mencionó en su comunicado.
Además, Orygen argumenta que el proceso de generación hidráulica en Huampaní no genera contaminación de metales pesados ni produce descargas al río. Según la empresa, sus instalaciones “cumplen con los más altos estándares ambientales”. Asimismo, la empresa atribuye la posible presencia de sedimentos y contaminantes a trabajos realizados aguas abajo de su central, en un puente bajo responsabilidad de las autoridades locales, lo cual podría haber ocasionado el arrastre de materiales en el cauce del río.
“Con respecto a la contaminación reportada, sabemos que aguas abajo de nuestra bocatoma en Huampaní se estuvieron realizando trabajos en un puente bajo la responsabilidad de las autoridades pertinentes. Es posible que los sedimentos y metales pesados detectados provengan del material removido durante esas obras, arrastrados río abajo por la corriente”, añadió.
También lamentó que no se le haya consultado antes de emitir declaraciones públicas, y reafirmó su compromiso de operar conforme a normativas ambientales.