
El congresista y vocero de Perú Libre, Flavio Cruz, fue abucheado por un grupo de dirigentes y manifestantes, quienes mostraron su descontento por los resultados de su gestión y tuvo que salir escoltado por policías al interior de un patrullero.
El incidente ocurrió cuando el parlamentario se encontraba en una entrevista en una emisora radial ubicada en el Girón Ramón Castilla, en la ciudad de Juliaca. Al escuchar la transmisión, un grupo de ciudadanos se congregó rápidamente en los alrededores de la estación para protestar en su contra y pedirle que rinda cuentas sobre las leyes que promovió en favor de la región.
Los ciudadanos comenzaron a gritar arengas en reclamando a Cruz Mamani y a los otros congresistas representantes de Puno, por su inacción frente a sus demandas y la poca fiscalización hacia el gobierno de Dina Boluarte. “No queremos a ningún congresista de Puno. Ninguno debe venir”, se escuchaba.
Además de Cruz Mamani, el descontento también alcanzaba a los otros representantes de la región como Jorge Flores Ancachi, Óscar Zea, Carlos Zeballos.

La indignación de los manifestantes creció cuando comenzaron a llegar agentes policiales para resguardar la seguridad del parlamentario.
El principal reclamo hacia el congresista era la complicidad que tuvo con Dina Boluarte por las muertes en las protestas ocurridas en la región de Juliaca en los primeros meses de su gobierno. Como se recuerda, en esta región, en medio de la represión policial fallecieron 18 civiles por impacto de bala.

Ante la creciente tensión y los reclamos de los manifestantes, el parlamentario no tuvo más remedio que salir rápidamente del local y subir a un patrullero. Este evento pone de manifiesto el descontento de la población de Puno con sus representantes políticos.
Contra Perú Libre
El incidente con Cruz no es el primero que ocurre en contra de un parlamentario de su partido. En junio, el hermano del prófugo Vladimir Cerrón y una de sus defensoras, María Agüero, fueron expulsados de un mercado en Huancayo.
Los parlamentarios, acompañados por un grupo de simpatizantes que portaban banderas y casacas con el logo del partido del ‘lápiz’, buscaban promover su imagen y ganar popularidad entre los posibles electores. Sin embargo, lo que encontraron fue un ambiente hostil y de profundo rechazo.

Apenas se acercaron al mercado, la multitud empezó a increparlos con gritos y consignas que manifestaban su descontento con las decisiones políticas recientes y su desempeño en el Congreso. “¡Fuera! ¿A qué vienen? ¡Corruptos!”, fueron algunas de las frases que recibieron, particularmente dirigidas a Waldemar Cerrón, quien, pese a mantener una sonrisa forzada, no logró calmar los ánimos.
A medida que intentaba hablar y dirigirse a las personas, los gritos se intensificaron. “Déjenme hablar”, pidió en un momento el congresista, pero esto solo provocó una respuesta más enérgica de uno de los ciudadanos, quien le replicó: “¿Qué vas a hablar, oye idiota? Vienen a provocar al pueblo, vayan a la calle. Todavía vienen acá, conchudazos”.
Más Noticias
Retiro AFP y CTS se verán el 2 de abril en Comisión de Economía: ¿Cuál se aprobaría más pronto?
Las dos medidas que viabilizan un tipo de acceso a grandes montos de dinero para los trabajadores peruanos serán protagonistas de la siguiente sesión de la comisión en el Congreso

De huir del Perú a convertirse en el hombre más rico del país: la historia de Carlos Rodríguez-Pastor
Huyó de la inestabilidad política y logró establecer una empresa con presencia en todo el país

Sentencia favorable pero inejecutable
¿Cuánto dinero le puedes sacar a una empresa quebrada? Nada

Clima en Cuzco: pronóstico de lluvias y ráfagas de viento
La diversidad climatológica en Perú es tal que se tienen identificados 38 estados del tiempo a lo largo del país

La IA está en las aulas, pero no todos la entienden: cómo las universidades peruanas enfrentan el desafío tecnológico
A pesar de la creciente adopción de tecnologías emergentes, los estudiantes peruanos enfrentan una desconexión entre el uso de la inteligencia artificial y la comprensión profunda de sus capacidades, lo que limita su potencial educativo en las aulas
