En un contexto marcado por tensiones económicas y fluctuaciones monetarias en Bolivia, las declaraciones del alcalde de La Paz, Hernán Iván Arias Durán, no dejan de sorprender. Hace unas semanas, el burgomaestre comparó a Perú con China, sugiriendo que la nación andina se ha convertido en un importante proveedor de productos agrícolas para Bolivia. “Lo que comemos en Bolivia es peruano”, dijo el alcalde, aludiendo a una creciente dependencia de su país por los alimentos que llegan desde el otro lado de la frontera.
Las palabras del alcalde no son una simple observación, sino que reflejan un fenómeno económico que viene consolidándose en los últimos años. Según lo declarado, productos como el tomate, la palta, la papa y la chirimoya que se consumen en La Paz y otras ciudades bolivianas provienen, en su mayoría, de Perú. La agroexportación peruana creció de manera significativa hacia el país vecino, impulsada por políticas que han facilitado la comercialización de productos agrícolas. De acuerdo con Hernán Arias, un 80% de la trucha que se consume en Bolivia también procede de su vecino, lo que evidencia el alcance de la influencia peruana en el mercado alimentario boliviano.
La comparación hecha por el alcalde paceño sugiere una analogía entre el papel de Perú como proveedor de productos básicos en América Latina y el rol a nivel mundial en la provisión de bienes de consumo. “Es impresionante cómo el Perú se ha convertido en la China de América Latina, y nosotros seguimos discutiendo sobre el liberalismo, si es de derecha o no. Debemos enfocarnos en lo que es bueno para la patria, en lo que es bueno para nuestros hijos”, agregó.
Las reacciones desde Perú no se hicieron esperar
La respuesta desde el gobierno peruano no se hizo esperar. El premier Gustavo Adrianzén, utilizando su cuenta en la red social X (anteriormente Twitter), se manifestó orgulloso por las declaraciones del alcalde de La Paz.
“El alcalde de La Paz, Bolivia, dice: ‘Todos los productos que consumimos son peruanos. Perú se está convirtiendo en la China de Latinoamérica. ¿Qué derecha ni neoliberalismo? Esto es lo que funciona’. A pesar de todo, algunos quieren impedirlo... ¡EL PERÚ NO SE DETIENE!”, se lee en sus redes sociales.
Según un informe del Centro de Investigación de Economía y Negocios Globales, las exportaciones de Perú hacia Bolivia alcanzaron los 172.1 millones de dólares durante los primeros cuatro meses del 2024, lo que representó un incremento del 28,5% en comparación con el mismo periodo del año anterior. Este aumento en las exportaciones resalta la creciente integración económica entre ambos países, aunque también plantea desafíos para los productores bolivianos que enfrentan la competencia de los productos peruanos.
Medidas de control tomadas por Bolivia
El crecimiento de las exportaciones peruanas hacia Bolivia no estuvo exento de controversias. A inicios de octubre, Luis Siles, viceministro de Políticas de Industrialización de Bolivia, señaló que algunos de sus productos alimentarios, como el arroz, están siendo objeto de contrabando hacia Perú debido a que sus precios son más bajos en comparación con los del país vecino. Sin embargo, esta afirmación fue puesta en duda por expertos bolivianos. Gonzalo Chávez, un economista consultado por la Agencia de Noticias Fides, indicó que los precios de los productos alimentarios en los países vecinos no difieren significativamente cuando se expresan en dólares estadounidenses. El problema, explicó, radica en la devaluación del boliviano, lo que genera una mayor demanda de soles peruanos y una percepción de que los productos peruanos son más accesibles.
En respuesta a esta situación, el presidente de Bolivia, Luis Arce, ordenó recientemente la militarización de la frontera con Perú. La medida busca frenar el contrabando de productos agrícolas y evitar el desabastecimiento en el mercado boliviano. Este tipo de acciones reflejan la creciente preocupación del gobierno boliviano por proteger su industria local frente a la competencia extranjera, particularmente en un momento en el que el valor del boliviano continúa disminuyendo.