Un numeroso grupo de residentes del club Los Girasoles de Huampaní, en el distrito de Lurigancho-Chosica, denunció que varias maquinarias de la Municipalidad Metropolitana de Lima ingresaron supuestamente sin previo aviso y de manera arbitraria a destruir la garita de ingreso y cuatro hectáreas de “propiedad privada”.
De acuerdo a los denunciantes, quienes consideraron que se está cometiendo “un delito” en su contra, la demolición de las estructuras del lugar es parte de los trabajos ediles, con miras a la construcción del tramo restante de la autopista Ramiro Prialé.
Los propietarios detallaron que la maquinaria pesada de la comuna capitalina, a cargo del alcalde Rafael López Aliaga, no solo tumbó la garita, sino que retiró arbóles y destruyó los amplios espacios de áreas verdes que usan las familias.
De acuerdo al relato de los propietarios, los trabajadores llegaron con un contingente del personal de serenazgo, apoyado por policías montados a caballo, y otro grupo de ciudadanos que entraron a la propiedad.
“Les dijimos que se retiraran porque esta es una propiedad privada. Este terreno es del club Girasoles de Huampaní que es un club de los años 70. Este terreno está inscrito en registros públicos, nos pertenece a los 1,600 copropietarios de este club”, dijo un residente a RPP.
“Todo este desastre”
La misma persona contó que él y sus demás vecinos exigieron que venga una autoridad para conversar y que “muestre un documento que autorizaba todo este desastre”.
“Pero nadie se hacía cargo. Todo el mundo dice que no sabe, que solo son el serenazgo y que solo están porque los han mandado”, reprochó.
En tanto, uno socio del club también detalló que los trabajadores de la Municipalidad de Lima no les mostraron ninguna orden judicial u otro documento que avale la intervención.
“Parecía que estaban aceptando retirarse, pero después ingresaron con la fuerza. Nos apabullaron, nos pusieron en una esquina y comenzó la destrucción total”, agregó
Además, mencionó que las maquinarias vienen destruyendo alrededor de 50 árboles dentro del club y que, al momento de reclamarles, solo mencionaron que tienen una orden municipal.
“Han destruido más de 50 árboles que tienen más de 100 años de vida. Están dentro de una propiedad privada. Ellos aducen que hay una ordenanza municipal, pero todos saben que las ordenanzas municipales no están por encima del derecho a la propiedad”, señaló.
Durante el transcurso de esta mañana, se observó que Oswaldo Vargas Cuéllar, actual alcalde de Lurigancho-Chosica, llegó al club residencial, pero sin poder ayudar a los vecinos.
“Vino el alcalde después de que los esperamos, vino a figurar. Dijo que no puede detener esto y al final habló por teléfono con una persona de la Municipalidad de Lima donde mencionaban que todavía no tienen un trazo definido para la carretera Ramiro Prialé. Ellos ya están destruyendo e ingresando a una propiedad privada”, dijo un residente.
El grupo de propietarios afirmó que no se oponen a la construcción del tramo de la carretera Ramiro Prialé, pero solicitan que sea “dentro de la legalidad”. “A nosotros no nos han notificado, no tenemos ninguna comunicación. Esto es un delito”, aseguraron.
“Tomada por invasores”
A través de su cuenta X (antes Twitter), la Municipalidad de Lima informó justamente que venía realizando trabajos con las maquinarias en Los Girasoles como parte de la “recuperación de la avenida Prialé”.
“¡Recuperación de la av. Prialé, continúa con fuerza! Durante la madrugada, ejecutamos un operativo para liberar cuatro km más de esta vía, desde el sector Morón hasta la av. Girasoles, en el Centro Poblado Ñaña. Esta acción se desarrolla con el objetivo de concretar futuras obras de impacto”, publicó la comuna capitalina
En un comentario, el municipio respondió a los propietarios que asegura la maquinaria ingresó arbitrariamente. “La autopista Ramiro Prialé había sido tomada por invasores. Nosotros accionamos frente a ello, en beneficio de todos los usuarios”, precisó.
Hasta el momento, la comuna limeña no emitió ningun comunicado oficial respecto al tema. Desde su lado, tienen la certeza que sus acciones se habrían realizado respetando la normativa y no como aseguran los denunciantes.