Gary Antonio Marroquín Mendoza ha sido designado como el nuevo director de la Casa de la Literatura Peruana, según una resolución publicada en el diario oficial El Peruano. Este nombramiento se produce tras la censura por el premio no entregado al historietista Juan Acevedo, que llevó a la salida de Juan Yangali Quintanilla de la dirección de la institución.
Marroquín Mendoza, abogado formado en la Universidad de San Martín de Porres (USMP), asume el cargo sin antecedentes académicos en Literatura, lo que ha generado sorpresa en el ámbito cultural. Su trayectoria incluye estudios en derecho y ciencia política, además de haber sido candidato a la alcaldía de Arequipa por un grupo político que enfrentó críticas. También ha trabajado como asesor en la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) y en el Ministerio de Educación.
El nuevo director ha sido secretario de Diálogo en la PCM durante la gestión de Otárola, lo que ha suscitado preguntas sobre posibles conflictos de interés. En su perfil de LinkedIn, Marroquín se presenta como especialista en conflictos sociales y análisis político, áreas que difieren del enfoque literario que tradicionalmente se espera en la dirección de la Casa de la Literatura.
Este nombramiento marca la primera vez que la institución es dirigida por alguien sin formación específica en Literatura, lo que ha generado diversas reacciones en el ámbito cultural peruano. La Casa de la Literatura Peruana, un espacio dedicado a la promoción y difusión de la literatura nacional, enfrenta ahora el desafío de mantener su misión bajo la dirección de Marroquín Mendoza.
¿Qué está pasando con la Casa de la Literatura?
La Casa de la Literatura Peruana ha pospuesto indefinidamente la ceremonia de entrega del premio de literatura 2024 al reconocido historietista Juan Acevedo, creador de la emblemática historieta peruana El Cuy. Según informó Epicentro TV, la institución argumentó que el premio está en un proceso de “formalización” debido a la falta de una resolución ministerial, un requisito que, según se ha indicado, nunca ha existido en los 15 años de historia del galardón.
La decisión de aplazar el reconocimiento ha generado controversia, ya que Acevedo es conocido por sus obras que critican temas sensibles como la represión de protestas, el racismo y la eliminación de la educación sexual integral. Estas críticas han sido interpretadas por algunos como la verdadera razón detrás del retraso en la entrega del premio, según declaraciones de la ex directora de la Casa de la Literatura, quien fue responsable de otorgar el reconocimiento a Acevedo.
Juan Acevedo creó El Cuy durante la dictadura militar de Juan Velasco Alvarado, un periodo en el que la censura era una constante. La historieta se convirtió en un símbolo de resistencia y crítica social, lo que ha mantenido su relevancia a lo largo de los años. La reciente publicación de un comunicado por parte de la Casa de la Literatura Peruana, anunciando el aplazamiento de la ceremonia prevista para el 24 de octubre, ha reavivado el debate sobre la censura y la libertad de expresión en el país.
El premio de la Casa de la Literatura Peruana, que se entrega desde hace 15 años, fue creado en el marco de las celebraciones por el otorgamiento del premio Nobel de Literatura a Mario Vargas Llosa. A pesar de no contar con un incentivo económico, el galardón es un reconocimiento significativo en el ámbito literario peruano.
Reconocimiento y celebración a Juan Acevedo
Juan Acevedo fue reconocido por la sociedad civil en la Asociación de Artistas Aficionados (AAA) tras la suspensión del Premio Casa de la Literatura. Este reconocimiento llega en un momento en que su obra, la historieta “Emma y el derecho a la verdad”, cobra relevancia al recordar a las víctimas de las protestas sociales en Perú durante los primeros días del gobierno de Dina Boluarte. La historieta se centra en los eventos ocurridos a finales de 2022 e inicios de 2023, tras el golpe de Estado de Pedro Castillo.
La obra de Acevedo, según el texto de introducción de la historieta, busca rendir homenaje a las víctimas de estos eventos trágicos, subrayando la necesidad de honrar la verdad y procurar justicia en el país. En las viñetas, se cuestiona el accionar del gobierno durante las protestas, especialmente la negativa de Boluarte a reconocer la responsabilidad de las fuerzas del orden en las muertes de los manifestantes. Una línea de diálogo en la historieta refleja esta postura: “Se mataron a sí mismos”.
Acevedo también aborda en su obra la problemática del terruqueo, una práctica que consiste en acusar a las víctimas de ser terroristas para justificar la violencia. Además, critica la dilación de las investigaciones y el hecho de que algunas de las autoridades hayan premiado a presuntos responsables de los actos violentos.