Con una carrera que lo llevó de ser un pionero de los concursos televisivos en Perú a convertirse en una de las figuras más icónicas de la televisión española, su carisma y talento lo hicieron merecedor de dos prestigiosos TP de Oro y de la devoción de miles de televidentes.
Su imagen con fajos de billetes en mano se convirtió en un emblema de la televisión de la época. Fue también actor de cine y productor, dejando huella tanto en las pantallas de América Latina como en Europa. Este versátil y exitoso presentador fue Enrique Rodolfo Ledgard Jiménez, pero en el mundo de la televisión fue conocido como Kiko Ledgard.
Sus inicios
Hijo de Carlos Ledgard Neuhaus, presidente del Banco Alemán y embajador peruano en Argentina, y María Jiménez Correa, Enrique Rodolfo, conocido cariñosamente como Kiko, fue el cuarto de seis hermanos. Desde joven mostró interés en diversas actividades, destacando tanto en el deporte como en el arte.
Bajo el seudónimo Rodolfo Jiménez, llegó a ser campeón de boxeo en Perú a finales de los años cuarenta. Pero su talento no se limitaba al cuadrilátero: la radio y la televisión lo llamaban, y allí encontró un espacio que lo llevaría a la cúspide.
Kiko inició su carrera televisiva en Perú el 1 de septiembre de 1959, como presentador del programa “La pareja 6″, en América Televisión, que luego se transformó en “La familia 6″. A partir de ese momento, su carisma frente a las cámaras lo convirtió en un rostro habitual en los hogares peruanos.
En 1965, se trasladó a Panamericana Televisión, donde presentó programas como “Villa Twist” y “Un juego para dos”. Sin embargo, fue con “Haga negocio con Kiko” que alcanzó una popularidad sin precedentes en su país, convirtiéndose en uno de los programas más seguidos de la época.
Se fue a la Madre Patria
El éxito en Perú no fue suficiente para Ledgard, quien, debido a la crisis económica y política en el país durante la dictadura de Juan Velasco Alvarado en los años setenta, decidió trasladarse a España con su familia.
Allí, su talento y experiencia no pasaron desapercibidos, y en 1971 hizo su debut en Televisión Española con el programa infantil “Hoy también es fiesta”. Aunque fue un inicio modesto, un año más tarde, en 1972, logró vender su idea de un concurso televisivo a Chicho Ibáñez Serrador, un productor con gran influencia en la televisión española.
Así nació “Un, dos, tres... responda otra vez”, un formato que rompió con las convenciones televisivas de la época. Kiko, con su simpatía y energía, logró cautivar a la audiencia en un programa donde se apostaba dinero y aparecían modelos en minifaldas, algo novedoso para la televisión española.
Durante sus dos primeras etapas, de 1972 a 1974 y de 1976 a 1978, Ledgard se consolidó como un ícono en la televisión hispana. Este éxito le valió dos prestigiosos TP de Oro, el primero en 1972 como mejor presentador y el segundo en 1976 como personaje más popular.
Toda una estrella
Su vida profesional no se limitó a “Un, dos, tres... responda otra vez”. Kiko también participó en otros espacios televisivos, como “Todo es posible en domingo” en 1974 y “300 millones” en 1979, además de presentar algunas galas importantes, como el V Festival de la Canción Infantil de TVE en 1973.
La fama que alcanzó en España lo convirtió en una figura prominente de la televisión, pero también trajo consigo momentos trágicos. En Madrid, su suegra fue secuestrada y asesinada, un hecho que conmocionó profundamente a su familia.
En 1981, cuando anunciaba su regreso a la televisión peruana durante una conferencia de prensa en Lima, Ledgard sufrió un accidente grave. Al posar para unas fotografías, resbaló desde el segundo piso de un hotel, golpeándose la cabeza.
Aunque sobrevivió, su salud se vio afectada de manera permanente. A pesar de las complicaciones, Kiko volvió a los medios en 1984 con el programa “Superstar”, donde hizo una aparición memorable, levantándose entre el público como una sorpresa para todos.
Doloroso adiós
El 23 de octubre de 1995, Enrique Rodolfo Ledgard Jiménez falleció en Madrid a causa de un infarto agudo de miocardio, dejando atrás una carrera brillante en el mundo del entretenimiento.
Su paso por la televisión, tanto en Perú como en España, lo convirtió en una de las figuras más queridas y recordadas, y su legado sigue vivo entre aquellos que disfrutaron de su carisma y estilo único en la pantalla.
Además de su trayectoria televisiva, Ledgard también incursionó en el cine, protagonizando y produciendo películas como “El embajador y yo” en 1966.
Otros títulos en su filmografía incluyen “Terror en la Selva” (1968), “Dormir y ligar: todo es empezar” (1974) y “Estoy hecho un chaval” (1977). Sin duda, Kiko dejó una huella imborrable en la industria del entretenimiento, un legado que se extiende más allá de las fronteras de su Perú natal.