El día después de mañana: ¿qué debemos saber y hacer para vivir en paz con la naturaleza?

Esta semana, más de 190 países tomarán acuerdos y evaluarán sus metas sobre la gestión y protección de la diversidad biológica. Es urgente que dichas negociaciones incorporen y reconozcan los derechos, la participación, rol y aportes de los pueblos indígenas en el cuidado de los ecosistemas clave, la flora y la fauna para el planeta y el futuro

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Colombia's Environment Minister Susana Muhamad and other participants attend the opening plenary of the 16th United Nations Biodiversity Summit (COP16), in Yumbo, Colombia October 21, 2024. REUTERS/Luisa Gonzalez
Colombia's Environment Minister Susana Muhamad and other participants attend the opening plenary of the 16th United Nations Biodiversity Summit (COP16), in Yumbo, Colombia October 21, 2024. REUTERS/Luisa Gonzalez

Cada dos años, el mundo dedica dos semanas a revisar sus compromisos, agendas y estrategias para proteger la diversidad biológica a nivel global. La decimosexta edición de la Conferencia de las Partes del Convenio de Diversidad Biológica o la COP16, se realizará del 21 de octubre al 2 de noviembre en la ciudad de Cali, Colombia. Más de 190 países también presentarán y revisarán sus avances en torno a las 23 metas que se han comprometido a cumplir al 2030, y que deben encaminarnos a un mundo que viva en armonía con la naturaleza al 2050.

Bajo el lema “Paz con la naturaleza”, se plantea que la COP 16 de Diversidad Biológica sea un espacio para la revisión de las metas globales y ver cómo los países están realizando la actualización de sus estrategias nacionales. Los pueblos indígenas amazónicos planteamos que nuestras voces y propuestas sean tomadas en cuenta, ya que la mayor parte de nuestros territorios son fundamentales en la conservación de la diversidad biológica.

Sin embargo, vivimos en un contexto de constante y sistemática vulneración de nuestros derechos, enfrentamos a diario el avance de actividades extractivas legales e ilegales como el narcotráfico, la tala y la minería, y el contexto de cambios en leyes y políticas que potencialmente afectarán nuestros derechos y la naturaleza. En ese escenario, la protección de nuestros territorios y la rica diversidad biológica que poseen representa todo un desafío. A ello, se suma que los últimos incendios forestales y sequías que se producen en la Amazonía están ocasionando la pérdida irreparable de vidas humanas, bosques, animales y plantas, siendo afectadas muchas comunidades nativas.

No podemos dejar de mencionar que, en los últimos años, al menos 36 hermanos y hermanas indígenas han sido asesinados. Entonces, ¿cómo se puede hablar de metas y planes sin integrar a quienes ponen en riesgo hasta su vida por la protección de sus territorios y su biodiversidad?, ¿cómo se puede plantear estrategias efectivas de protección de la biodiversidad sin considerar a los pueblos indígenas que traemos un conocimiento tradicional e histórico sobre ello?

Sin necesidad de compromisos, los pueblos indígenas hemos desarrollado conocimientos y prácticas tradicionales para proteger la biodiversidad y los ecosistemas para utilizar los recursos naturales de manera sostenible, reduciendo el impacto ambiental. Hasta la fecha, el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi) ha registrado más de 8 mil conocimientos tradicionales diversos, como los relacionados con el uso de plantas medicinales que nos han protegido hasta ahora de múltiples enfermedades, incluso en la época de la pandemia. Esto es solo una parte del conocimiento tradicional que tenemos los pueblos indígenas amazónicos.

No se puede hablar de compromisos globales si los pueblos indígenas y nuestros aportes no están presentes. También es necesario garantizar nuestra participación efectiva en estos espacios internacionales de toma de decisiones sobre políticas ambientales y climáticas. Así como el financiamiento directo para promover acciones de gestión y protección de nuestros territorios, que contribuyen a la conservación de la diversidad biológica. Además, es clave el desarrollo de capacidades para el acceso a dicho financiamiento y a una distribución justa y equitativa de los beneficios para los pueblos indígenas.

Por ejemplo, se deben desarrollar condiciones justas, equitativas y con pertinencia cultural para promover y fortalecer los sistemas de conocimientos y prácticas indígenas tradicionales relacionados con la diversidad biológica; a los recursos genéticos, así como a la distribución de los beneficios derivados de su uso, asegurando su transmisión de generación en generación y facilitando el registro de la propiedad de las comunidades indígenas.

Es indispensable que el Estado peruano implemente acciones efectivas de fiscalización, control y sanción para reducir las actividades ilegales y la contaminación en nuestros territorios, también para remediar y restaurar los sitios afectados. Sin embargo, ninguna política pública o estrategia de conservación de la biodiversidad será sostenible en el tiempo si no se generan incentivos positivos, justos y equitativos para la conservación y diversificación de la economía indígena, basada en el desarrollo de actividades económicas sostenibles y respetuosas con el ambiente en los territorios.

Ahora es cuando debemos valorar y reconocer los aportes que hacemos los pueblos indígenas como actores clave en las discusiones globales y nacionales. Hoy debemos, como peruanas y peruanos, involucrarnos en el rol que cumplirá Perú en esta COP 16 en Cali, porque tal vez mañana o el día después, ya puede ser tarde. Les invitamos a mantenerse informados sobre la COP 16 en nuestra web y redes sociales.

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