Vecinos de un barrio en Jesús María vivieron momentos de terror cuando barristas de Alianza Lima llegaron hasta la cuadra 24 de la avenida Garzón, con piedras, machetes y armas de fuego, y comenzaron a destruir todo lo que encontraron a su paso.
El ataque empezó algunos minutos después de la media noche de este jueves. Los residentes afectados indicaron que aún había niños jugando en la calle, cuando la turba de más de 50 personas llegó a pie, en moto y auto, y arremetieron contra los vehículos que estaban estacionados en las veredas. El violento incidente dejó como saldo 14 autos con los parabrisas rotos, algunas ventanas con orificios y hasta dos carritos de desayuno inservibles.
Las cámaras de seguridad captaron la brutalidad del ataque, incluso en una de las imágenes se ve como un sujeto encapuchado disparó varias veces contra uno de los vehículos, mientras otro de los acompañantes lo graba con su celular. Los vecinos, sorprendidos y aterrorizados, no tuvieron más opción que esconderse en sus casas, mientras escuchaban el ruido de las detonaciones y los vidrios rompiéndose.
Según informó un funcionario de la municipalidad de Jesús María, estos pandilleros llegaron de Breña, Pueblo Libre y Magdalena, ya que pertenecerían a la barra brava de Alianza Lima de estos distritos. Su intención era entrar a una quinta, ubicada en una zona conocida como “El Rancho”, en la que los residentes son simpatizantes de Universitario de Deportes, el clásico rival futbolístico.
Asimismo, indicó que la municipalidad se percató del ataque gracias las cámaras de seguridad y que de inmediato se enviaron a 30 efectivos de la Policía para restablecer el orden. Los efectivos PNP lograron capturar a siete personas, de los cuales, tres son menores de edad. Estos sujetos permanecen detenidos en la comisaría del distrito.
Más seguridad
Los vecinos del barrio indican que no es la primera vez que ocurren este tipo de incidentes. Hace tres meses, los barristas llegaron a la zona, pero solo lanzaron piedras, a diferencia de este último ataque, donde la PNP encontró más de 10 casquillos de bala en el piso, lo que evidencia la escalda de violencia.
Una de las residentes desmintió al funcionario municipal y dijo que, pese a que llamaron por largos minutos al serenazgo y a la Policía, los efectivos recién llegaron media hora después de los barristas.
“Uno está llamando en el momento del acto, serenazgo brilla por su ausencia. Policías, lo mismo, no sé qué pasa. Llamando al 105 ¿No sé qué pasa? Otros días, serenazgo da 80 vueltas, pero ayer brillaron por su ausencia. Ellos han venido después, habrán pasado media hora”, señaló en Buenos Días Perú.
Otra de las comerciantes afectadas, es una madre de familia, que dejó su carrito de emoliente estacionado en la calle y terminó con los vidrios destrozados, lo que le genera un retraso y le impide empezar su jornada laboral. La víctima no entiende los motivos por los que los sujetos arremetieron contra su herramienta de trabajo.
“Es una pena que ese grupo de personas tengan esa mentalidad. Esta es una herramienta de trabajo, yo soy una madre de familia de tres hijos y que me hayan hecho (...) Los vecinos se han visto afectados, los que vivimos aquí. Los que salen a taxear por ejemplo, es una pena que al mismo vecino se le ha roto el parabrisas. Ahora tienen que dejar de trabajar, para poder arreglar”, lamentó.
Tras lo ocurrido, los vecinos de la zona han expresado su malestar y su preocupación por la creciente inseguridad. Piden a las autoridades que se tomen medidas concretas y efectivas para frenar estos actos vandálicos, que ponen en riesgo la integridad de las personas, aunque afortunadamente, en esta oportunidad no se reportaron víctimas mortales ni heridos de gravedad.