La proclamación de la independencia del Perú es un suceso que, desde el colegio, se nos graba como si fuera un mantra patriótico. En cada lección, se nos recuerda cómo aquel 28 de julio de 1821, José de San Martín ondeó la bandera y declaró el fin de la opresión española. Pero, más allá de las aulas y los discursos oficiales, la emancipación se ha convertido en un símbolo casi intocable, una especie de recuerdo de una libertad anhelada desde tiempos inmemoriales.
En la Plaza Mayor se instaló un tabladillo desde el cual el libertador pronunció las siguientes palabras: “Desde este momento el Perú es libre e independiente por la voluntad general del pueblo y por la justicia de su causa que Dios defiende (...)”. Este acto se repitió en otros lugares, como la plaza de la Inquisición, ubicada cerca de una universidad que rendiría homenaje al militar y político.
San Martín, una vez más, se dirigió a un grupo de personas para proclamar que el Perú había roto el yugo del dominio español. Esta declaración tuvo lugar cerca de la Universidad de San Marcos, una institución que respaldó su causa.
Es preciso señalar que, en 1821, esta casa de estudios se ubicaba en el espacio donde hoy se encuentra el Congreso de la República. El local de San Juan de la Penitencia (plaza de la Inquisición) albergó a sus estudiantes hasta 1867.
Precisamente en esta universidad, específicamente en el Salón General Mayor, la institución expresó su apoyo a la independencia durante una ceremonia en la que se firmó el acta mediante la cual el claustro de San Marcos declaraba su obediencia al Gobierno Protectoral y aceptaba el Estatuto Provisional. Esto ocurrió el lunes 30 de julio de 1821.
En el libro “Bicentenarios de Universidad Nacional Mayor de San Marcos: I-Jura de independencia, 30-VII-1821-II-Recibimientos a libertadores: José de San Martín, 18-I-1822, y Simón Bolívar, 3-VI-1826″ del investigador Juan Eduardo Morón Orellana, se puede leer los acontecimientos que sucedieron en esa fecha.
“Los catedráticos fueron convocados por el rector doctor don Ygnacio Mier Dignidad de Arcediano de Santa Yglesia Metropolitana de Lima. Los convocados al parecer llegaban algo preocupados, deduciéndose no saber para qué eran convocados. (...) El rector hizo sonar la campanilla informando para qué habían sido convocados, leyéndose el oficio del libertador Jose de San Martin, del 23 de julio de 1821. Era para el acto de jura de independencia institucional”, se lee.
Aquellos que asistieron a la San Marcos juraron diciendo lo siguiente: “Juramos a Dios y a la Patria sostener y defender con nuestra opinión, personas y propiedades la independencia del Perú del Gobierno Español y de cualquiera otra dominación extranjera”.
Al año siguiente, un suceso digno de ser recordado tuvo lugar: la universidad rindió tributo al libertador José de San Martín. Este homenaje fue una manifestación de reconocimiento a su papel decisivo en la emancipación del Perú. De esta manera se dejó claro el aprecio y respeto que la institución guardaba hacia el líder de la independencia.
El homenaje que recibió José de San Martín en la Universidad de San Marcos
El 18 de enero de 1822, la Universidad de San Marcos ofreció su recibimiento al libertador José de San Martín. En la ceremonia, que estuvo liderada por el rector de la casa de estudios, Dr. Ignacio Mier, se realizaron diversas actividades, entre las cuales destacaron las manifestaciones del Dr. Justo Figuerola y Estrada y del licenciado Felipe Lledias.
Los hechos que se suscitaron en esa fecha fueron contados por el investigador Juan Eduardo Morón Orellana en su libro mencionado en párrafos anteriores.
“El libertador José de San Martín, ese 18 a 4 p.m. con su comitiva salieron a Palacio, recorriendo las calles Arzobispo, Zarate, hacia la Plaza de la Inquisición, donde estaba el local de la universidad, siendo recibido y conducido al Salón General, con presencia de autoridades universitarias, el claustro, órdenes religiosas, integrantes del cabildo, de tribunales, Proto Medicato, audiencia, tribunal del consulado, corporaciones”, escribió el académico.
José de San Martín hizo sonar la campanilla, dando inicio a la ceremonia con solemne elegancia. Los asistentes, cuidadosamente ubicados según el protocolo, aguardaban el desarrollo de los actos, manteniendo el aire de formalidad que correspondía a tan importante ocasión.
En el decurso histórico de la Universidad de San Marcos, los recibimientos se realizaron hasta 1826. Más allá de los actos protocolares, se llevaban a cabo actividades destinadas a enaltecer la figura del político. Por ejemplo, una de ellas es el ‘Elogio’, el cual fue escrito por el Dr. Justo Figuerola y Estrada.
“Excmo. Señor. La primera escuela del Perú, enagenada de gozo al contemplar la Independencia de esta América, consagra al Genio de la Libertadlos homenages más sinceros, esperando que los más dignos se tributen a V.E. por la posteridad, cuando los talentos de la Patria hayan elevado su vuelo a la altura, a que no puedan tocar en el dia los primeros sabios, que la condecoran e ilustran (...)”, expresó Figuerola y Estrada.
En un video del canal de YouTube RTV San Marcos - UNMSM, el historiador Ricardo Pinto-Bazurco Mendoza explicó que quienes realizaban el ‘Elogio’ en San Marcos eran miembros destacados del claustro. Además, mencionó que, en décadas pasadas, sus integrantes habían respaldado a las autoridades españolas.
“(...) Fueron personajes que, hasta pocos años antes, apoyaban al antiguo régimen. Por ejemplo, existe un documento de 1816 en el que se evidencia el elogio al virrey Pezuela; esto fue escrito por Figuerola”, indicó.
En la ceremonia también se declamó poesía en honor al político y militar argentino. En el libro “Bicentenarios de Universidad Nacional Mayor de San Marcos: I-Jura de independencia, 30-VII-1821-II-Recibimientos a libertadores: José de San Martín, 18-I-1822, y Simón Bolívar, 3-VI-1826″, se puede leer la composición del licenciado Felipe Lledias, integrante del Colegio de Abogador de Lima. A continuación un fragmento.
“Por más que pincel diestro haya animado
En colorido lienzo tu semblante
Y el arte mas divino haya esforzado
Por hacerte en un todo semejante;
Nada habrá, sin embargo, adelantado
Aunque apure el primor más elegante
Pues tu imagen más propia y parecida
Se encuentra en nuestros pechos esculpida”.
Después de finalizar el homenaje, San Martín regresó a Palacio acompañado por su comitiva. Al día siguiente se llevó a cabo la Misa de Acción de Gracias con Sermón, en la capilla de la universidad. En el libro consultado quedó plasmado este suceso.
“Como a 10 de la mañana concurrió al local de la universidad para la Misa de Acción de Gracias en su honor con el respectivo Sermón, que finalizado dicho acto, retornó a palacio con su comitiva”, se señala en el material impreso.
Finalmente, es menester señalar que durante el Virreinato del Perú, existían dos tipos de ceremonias de recibimiento. Por un lado, estaba el recibimiento mayor o general, que tenían que cumplir todas las instituciones, y que celebraba la llegada a Lima del virrey o del arzobispo. La Universidad de San Marcos, en este contexto, participaba en estos eventos protocolares.
Por otro lado, se encontraba el recibimiento institucional, que era de la universidad y se consideraba un acto real, dado que su creación respondía a un dispositivo del Rey.