El 17 de octubre es una fecha emblemática en Perú ya que se celebra el Día de las Áreas Naturales Protegidas (ANP), un evento que subraya la importancia de preservar los espacios naturales del país.
Estas áreas no solo resguardan una biodiversidad única, sino que también juegan un rol fundamental en el desarrollo sostenible y en la mejora de la calidad de vida de las comunidades locales.
El Perú, reconocido mundialmente por su riqueza biológica, se posiciona como un líder en la conservación ambiental, y las ANP son una pieza clave en este esfuerzo.
Guardianes de la biodiversidad
Las Áreas Naturales Protegidas son espacios donde los ecosistemas permanecen en su estado natural o han sufrido alteraciones mínimas. Están definidas por la Ley de Áreas Naturales Protegidas, que las establece como territorios destinados a la conservación de la biodiversidad y otros valores como el paisajístico, cultural y científico.
En Perú, estas áreas ocupan más del 18% del territorio nacional, distribuidas en 246 zonas, de las cuales 76 están bajo la gestión del gobierno central, 32 en manos de autoridades regionales y 138 son privadas.
De igual manera, el Perú es uno de los países más biodiversos del mundo, albergando 28 de los 32 climas del planeta y 84 de las 117 zonas de vida existentes.
Además, cuenta con el 71% de los glaciares tropicales, es el primer país en diversidad de mariposas, y ocupa posiciones destacadas en el ranking mundial de aves, anfibios y mamíferos. Estos datos resaltan la necesidad de proteger las ANP como reservorios de esta diversidad biológica.
Conservación y sostenibilidad
El éxito en la protección de las ANP no sería posible sin la colaboración de múltiples actores. En el Perú, el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp) lidera los esfuerzos de conservación, apoyado por una red de más de 4,600 aliados que incluyen organizaciones, empresas, comunidades indígenas y la sociedad civil.
Además, cuenta con un equipo de aproximadamente 700 guardaparques encargados de vigilar y mantener en buen estado las más de 29 millones de hectáreas protegidas.
Gracias a este trabajo conjunto, se ha logrado que el 96% de las áreas protegidas del Perú mantenga un estado de conservación adecuado. Las comunidades locales, en particular, juegan un rol clave en este proceso, promoviendo el uso sostenible de los recursos naturales.
A través de más de 220 acuerdos, estas comunidades han logrado generar beneficios económicos mediante la producción de productos como café, cacao y miel, lo que demuestra que la conservación y el desarrollo económico pueden coexistir.
El turismo como motor de desarrollo
Además de su valor ecológico, las ANP son importantes polos de desarrollo económico. El turismo, en particular, ha encontrado en estos espacios un recurso invaluable. En 2023, más de un millón y medio de personas visitaron las ANP, contribuyendo al desarrollo local de las comunidades aledañas.
Destinos icónicos como el Parque Nacional del Manu y la Reserva Nacional de Paracas han sido reconocidos a nivel mundial, siendo incluidos en la lista de los 100 destinos sostenibles más importantes del planeta.
Este flujo de turistas no solo genera ingresos para el país, sino que también permite a las comunidades beneficiarse directamente de la actividad turística. La gestión sostenible de los recursos y la promoción del ecoturismo han permitido a los habitantes locales mejorar su calidad de vida, al mismo tiempo que se preservan los ecosistemas.
Un ejemplo para la región
El Día de las Áreas Naturales Protegidas fue establecido en 2019 tras la realización del III Congreso de Áreas Protegidas de Latinoamérica y el Caribe en Lima. Este evento reunió a expertos, autoridades y líderes indígenas de 58 países, consolidando al Perú como un referente en la protección de la biodiversidad en la región.
La resolución que establece esta fecha conmemorativa fue una muestra del compromiso del gobierno peruano con la conservación ambiental, y un ejemplo para otros países de la región.
Además de las ANP, el Perú cuenta con otras modalidades de conservación como concesiones de ecoturismo, bosques locales y zonas de recuperación de ecosistemas. También alberga sitios de reconocimiento internacional como las reservas de biosfera y los patrimonios mundiales, todos enfocados en preservar los ecosistemas y las culturas asociadas.