La historia del servicio militar en Perú está llena de episodios sorprendentes y giros inesperados que moldearon no solo las fuerzas armadas, sino también la estructura social del país. Desde polémicas reclutaciones hasta desarrollos legislativos, cada decisión tomada en los pasillos del poder ha dejado una marca indeleble en el tejido nacional. ¿Cómo se transformó el temor que generaba la leva en un compromiso compartido por la seguridad y el civismo en el país? Este recorrido revela las estrategias a menudo contradictorias y las decisiones audaces que han pavimentado el camino hacia el servicio militar tal como lo conocemos hoy.
Sin embargo, las páginas de esta historia no solo describen los cambios en la reorganización militar, sino que también ofrecen una profunda reflexión sobre el papel del ciudadano en la defensa de la nación. Mientras el Congreso evalúa nuevas propuestas para reinstaurar el servicio militar obligatorio, el contexto histórico nos invita a una pregunta crucial: ¿pueden las lecciones del pasado iluminar un camino más coherente y eficaz para enfrentar los desafíos actuales de seguridad y unidad social en el Perú?
La etapa de la leva y sus controversias
La etapa de la leva en el Perú se caracteriza por ser uno de los períodos más controvertidos en la historia del reclutamiento militar. Este método, implementado en el siglo XIX, consistía en el reclutamiento forzado de jóvenes, principalmente aquellos que no contaban con documentación, se generó un clima de temor e indignación entre la población.
Según el artículo de “Historia y Cultura Militar en el Perú”, la leva era vista como una violación a los derechos individuales, puesto que no solo vulneraba la libertad personal, sino que también afectaba a las familias y comunidades de los jóvenes reclutados.
La falta de regulación y la arbitrariedad del proceso intensificaron las críticas al sistema, tal como se menciona en el reportaje de El Comercio, que destaca cómo los camiones militares recorrían las calles y ‘levantaban’ a aquellos considerados aptos para el servicio. Esta práctica generó un debate nacional sobre la necesidad de una reforma en el sistema de reclutamiento donde se cuestionó la legitimidad de un método tan coercitivo.
La ley de 1898
A raíz de la polémica de la leva, se promulgó la Ley de Servicio Militar de 1898, un paso crucial en la consolidación de un sistema de defensa organizado en la naciente República del Perú.
Esta legislación, como menciona el Diario Oficial El Peruano, creó un servicio obligatorio para todos los ciudadanos varones entre 19 y 50 años. Aquí se buscó estructurar y profesionalizar las fuerzas armadas del país. En tiempos de paz, sin embargo, la obligación se restringía a jóvenes de 19 a 23 años, quienes eran seleccionados mediante sorteo, enrolamiento o como voluntarios, por lo que se creó una estructura más manejable y menos conflictiva que la leva.
La implementación de esta ley buscó responder a las críticas intensas que el método de la leva había generado. Esto proporcionó un marco más equitativo y eficiente para el servicio militar, según el artículo de la “Revista Militar de Perú”. Este nuevo enfoque pretendía no solo formar un ejército competente y listo para actuar en defensa del país, sino también fomentar un sentido de disciplina y deber cívico entre los jóvenes. La legislación de 1898, a pesar de sus limitaciones, fue un intento significativo de avanzar hacia una estructura de reclutamiento más moderna y respetada, sentando las bases para futuras reformas y adaptaciones en el servicio militar peruano.
Reformas del siglo XX
En el siglo XX, el servicio militar en el Perú experimentó importantes reformas que redefinieron su estructura y alcance.
Una de las primeras leyes significativas fue la Ley de Servicio Militar Obligatorio de 1912, que desarrolló que el servicio en tiempos de paz duraría un máximo de dos años, mientras que en tiempos de guerra se mantendría indefinidamente a discreción del Poder Ejecutivo, según se detalla en el artículo de la Revista Jurídica del Perú. Esta ley también introducirá sanciones para las autoridades militares que reclutarán a individuos indebidamente, lo que reflejó un intento por corregir abusos del pasado y garantizar un sistema más justo.
En 1949, el Decreto Ley N° 10967 sentó un precedente al incluir por primera vez a las mujeres en esta obligación, aunque de forma limitada, adaptándose a las tendencias globales de inclusión mencionadas en el informe del Centro de Estudios Militares del Perú.
Este avance hacia la equidad de género, restringido aunque por las normas sociales de la época, marcaba un paso importante hacia un servicio militar más inclusivo, permitiendo que las mujeres contribuyan a las fuerzas armadas en roles que respetarán sus contextos culturales y educativos. Estas reformas sirvieron de base para el desarrollo posterior del servicio militar y reflejan un período de adaptación a nuevas realidades sociales y políticas en el Perú.
Cambios sociales y legislativos en el servicio militar peruano
A lo largo del siglo XX y hacia el inicio del XXI, el servicio militar en Perú ha estado sujeto a cambios sociales y legislativos significativos. Se reflejó la evolución de las necesidades nacionales y las condiciones sociopolíticas.
En 1974, el Decreto Ley N° 20788 reforzó la noción del servicio militar como un “deber ineludible”, y fue en esta época cuando se introdujo el sistema de sorteo, el cual se aplicaba cuando el número de posibles reclutas excedía las necesidades del servicio. Esta legislación buscaba asegurar una participación equitativa y reducir el favoritismo en el proceso de reclutamiento.
La transición hacia un servicio militar voluntario marcó un cambio dramático al final de la década de 1990. En un contexto de reformas propiciadas por la Defensoría del Pueblo, el Congreso aprobó en 1999 la Ley del Servicio Militar Voluntario, eliminando así el carácter obligatorio del servicio.
Este cambio fue promulgado oficialmente en el Diario Oficial El Peruano el 29 de septiembre de 1999. La entrada en vigor de esta ley en 2000 simbolizó un reconocimiento del cambio de las condiciones socioeconómicas y un intento por alinear el servicio militar con las expectativas de una sociedad. más moderna y democrática, tal como lo analiza un artículo en la “Revista Política y Sociedad del Perú”. Este cambio legislativo no solo impactó la composición de las fuerzas armadas, sino que también reflejó un compromiso con la defensa del país desde un enfoque de derechos, adaptándose a las necesidades contemporáneas.
¿En qué consisten las nuevas propuestas del Congreso?
Las nuevas iniciativas legislativas en el Congreso peruano para reinstaurar el servicio militar obligatorio evocan un retorno a políticas del pasado, cuando el servicio era visto como un deber cívico esencial para los ciudadanos.
La bancada de Renovación Popular, a través de la congresista Noelia Herrera Medina, y el congresista Edwin Martínez de Acción Popular proponen proyectos de ley que buscan involucrar nuevamente a hombres y mujeres de entre 18 y 51 años, con objetivos que resuenan con el espíritu de leyes antiguas como la de 1898 y las de mediados del siglo XX. Estas leyes históricamente buscaban inculcar patriotismo, disciplina y una responsabilidad compartida por la defensa nacional, en un esfuerzo por consolidar una identidad cívica fuerte, similar a las actuales propuestas que surgen en respuesta al aumento de la criminalidad.