Hamlet ha servido de inspiración para innumerables adaptaciones para la pantalla chica y grande y, cómo no, para las tablas. Es una historia que el público, a veces sin saberlo, ha disfrutado en distintas ocasiones y ahora tiene la oportunidad de repetir la experiencia con la versión de Jean Pierre Gamarra. Con las actuaciones de Fernando Luque, Patricia Barreto, Alonso Cano, Maria Grazia Gamarra, Óscar Yepez, Amaranta Kun, entre otros, uno de los textos más recordados de William Shakespeare vuelve a los escenarios de la capital.
¿Cómo una obra escrita hace siglos todavía es capaz de llenar teatros?
El teatro clásico tiene esa capacidad porque no habla de coyunturas, sino de seres humanos y arquetipos. El teatro contemporáneo suele enfocarse en coyunturas, pero estas son efímeras y mañana podría no entenderse. El ser humano, en cambio, es siempre ser humano y en el caso de Hamlet es básicamente la historia de una familia destruida, la de un hijo en conflicto con su padre porque lo ha abandonado con su muerte y con su madre porque se ha casado con su tío.
Los momentos musicales de tu versión llaman la atención porque apelan a cierta nostalgia noventera ¿Por qué se escogieron estas piezas y cómo han recibido la decisión los más puristas del teatro clásico?
La idea de la música no es mía, sino del propio Shakespeare. Se tiende a sacralizar a Shakespeare, pero él era un hombre de teatro que pensaba en su público, tenía maestría para escribir y era alguien que utilizaba música contemporánea en sus obras para que los asistentes puedan recordar los versos de sus obras. Utilizo música de esta época porque siempre le pongo un sello personal a mis trabajos y para mí el dolor siempre tiene un sonido. Además, Hamlet es un muchacho y esto me hacía recordar mis años de adolescencia y la música que yo escuchaba.
El manejo de luces y sombras en escena nos recuerdan constantemente que estamos frente a personajes llenos de tanta luz como oscuridad. ¿Quizás estamos tan acostumbrados a la dualidad héroe-villano que solemos calificar de héroe al vengativo Hamlet?
Para mí es solo un joven conflictuado. La historia ha puesto a Hamlet como una especie de héroe, pero para mí es hasta un idiota. Es como el príncipe Harry de Inglaterra, comete estupidez y media dentro de su depresión, dolor y humanidad. Lo veo como un muchacho que no tiene la fuerza para ser un gobernante. Sus acciones devienen en la destrucción absoluta de su estirpe. Muchos actores y gente de teatro, equivocadamente, lo ven como hombre cuando es solo un joven que nunca pudo ser rey.
¿Por qué las representaciones de teatro clásico insisten en utilizar el español de España?
El español contemporáneo no funciona para el teatro clásico porque este ha sido escrito en un lenguaje antiguo tanto en las obras en español como inglés. Pienso que es una equivocación querer cambiarlo por la idea de que así el público lo entenderá mejor. En este país hemos tendido a minimizar y menospreciar al público. Hay una tendencia a creer que nuestro público es simplón. Si alguien del público tiene algún conflicto tiene que habituarse.
¿Dentro del público no has notado la tendencia de que algunos asisten a este tipo de eventos meramente por la oportunidad de mostrar en redes sociales su acercamiento a los círculos culturales?
No creo que nadie mire dos horas y media de Shakespeare por una foto. El ver teatro clásico, ir al Teatro Municipal y ver actores famosos sí tiene una aspiración a alcanzar algo bello, pero no creo que sea elitista. El elitismo ha cambiado, antes era ir a la ópera y hoy es elitista ir a un bar para que revista Cosas te tome unas fotos. Creo que la gente va, principalmente, porque es un teatro con precios accesibles. Si tenemos las butacas llenas es porque el público ha descubierto que se piensa en ellos, en su economía y hasta en su sentimiento aspiracional de no morir sin haber visto Hamlet de Shakespeare. Hay cosas que el público peruano quiere y necesita, pero no se las damos porque el teatro aquí no está basado en el público. Al no tener teatro público no se puede hablar de teatro en este país, todo viene de la inversión privada. La gente no va al teatro porque le ponen cosas que no les interesa y no va a gastar su plata para que lo aburran. El teatro se ha convertido en un comercio elitista para los artistas que creen que el público debe pagar por cualquier cosa. Ahí radica la crisis del teatro en nuestro país, pero también está la solución. No necesito ofrecerles algo barato. Los teatros están vacíos porque las compañías hacen el ridículo con sus bailes en TikTok. Al público no se le conquista con un reel, sino con una buena obra, con una buena comunicación y respeto.
¿El espectador peruano, por el hecho de serlo, puede encontrar un vínculo especial al ver Hamlet en escena?
Ninguno, no tiene ningún vínculo con el Perú así como no lo tiene con Dinamarca ni Inglaterra. Esa es la belleza del teatro clásico, está hablando de seres humanos. Hijos que tienen conflictos con sus padres existen en China, Arabia y España. La obra con el Perú no habla mucho, Otelo quizás dialoga con el problema de la violencia contra la mujer. Hamlet no habla del gobierno, ni del poder, sino del sufrimiento y el dolor que te provoca la traición de tus padres. Los hijos hemos nacido para hacer sufrir a nuestros padres y los padres nos han traído al mundo para defraudarnos todos los días.
Hamlet se presentará en el Teatro Municipal de Lima hasta el 27 de octubre de jueves a sábado a las 8:00 p.m. y domingos a las 7:00 p.m. Entradas en Joinus.