“Llamen al 111 y su llamada será reservada. Y no solamente reservada, sino que inmediatamente la Policía actuará para su protección”, con esas palabras la presidenta Dina Boluarte anunciaba la creación la Central 111, un servicio para que la ciudadanía denuncie actos de extorsión.
Solo en su primera semana de instalación, la Línea 111 recibió más de 390 llamadas, las cuales fueron atendidas en su totalidad, según informó el jefe de la División de Investigación de Secuestros, el Cnel. PNP Jorge Del Carpio. Supuestamente, la información recopilada, después, es analizada por el Grupo Operativo de Respuesta Inmediata a la Extorsión (Gorex). La Central 111 cuenta con 24 efectivos que operan las 24 horas del día, para asegurarse que las denuncias no queden sin respuesta.
Sin embargo, y para desgracia de las víctimas, la Línea 111 no cumple con las expectativas ni demandas de la población. Aunque el ministro del Interior, Juan José Santiváñez, tampoco pierde la oportunidad para resaltar los beneficios y la eficacia de esta central, la realidad muestra que lo que debería ser un apoyo para la lucha contra la extorsión, es en realidad una herramienta insuficiente para resolver el problema de la inseguridad ciudadana.
Sin respuesta
El último domingo, Panorama mostró el calvario que vive un empresario ferretero, quien hace dos meses no sale de su casa y no puede trabajar, pues los extorsionadores le han exigido el pago de s/ 50 mil para no atentar contra su vida, ni la de su familia. Desesperado, la víctima decidió comunicarse con la Central 111; esperando recibir la ayuda prometida por la presidenta, sin embargo, la respuesta no fue la esperada.
Primero, el oficial que atendió la llamada le indicó que debía acercarse a la comisaría del sector a presentar una nueva denuncia, por lo que enviaría a un patrullero para que lo acompañe en el proceso. Sin embargo, los minutos pasaron y la unidad no llegaba al domicilio, ya que se encontraba atendiendo una emergencia.
Luego, cuando finalmente acudió a la dependencia policial, lo que ocurrió fue aún más indignante, porque los efectivos no recibieron su denuncia. Cuando volvió a llamar a la central se dio con la sorpresa que lo habían bloqueado.
“En principio, hice una o dos llamadas y me dijeron que me iban a orientar. Ahora me siento indignado porque hace rato volví a llamar y mi número está bloqueado, no me contestan”, señaló al dominical.
El caso de este empresario no es el único. Hace más de una semana, el pasado 4 de octubre, delincuentes atentaron contra una pollería ubicada en la avenida Canadá, en el distrito de San Borja. El empresario, dueño del negocio, informó que hace más de tres meses venía recibiendo amenazas por mensajes de Whatsapp.
“Este comunicado va dirigido a todos los comerciantes de la av. Canadá. Tendrán que comunicarse con la organización que brinda seguridad de sus negocios. Comerciante que haga caso omiso al comunicado tendrá consecuencias. Esperamos su colaboración de la manera pacífica, si no, serán víctima de nuestra malicia”, se lee en el texto enviado por los delincuentes.
Antes del atentado, la víctima fue a poner la denuncia ante la comisaría del distrito, sin embargo, los efectivos le sugirieron que bloquee el número y le garantizaron que no pasaría nada.
Como los delincuentes cumplieron su amenaza, optó por llamar a la Central 111 en tres oportunidades y nunca obtuvo respuesta, ya que tras varios intentos, se cortó la llamada. Todo esto fue registrado por las cámaras de América Televisión.
Otros casos del mal funcionamiento de la Central 111 fueron reportados por La Encerrona. En la edición de este lunes, el noticiero señaló que tres seguidores del programa denunciaron que no obtuvieron respuesta. El primer caso se reportó desde la ciudad de Trujillo, donde la víctima estuvo por varias horas intentando contactarse con la operadora para denunciar a los delincuentes que lo extorsionaban, pero nadie le contestó.
Por su parte, los otros dos casos, afirmaron que les dijeron que enviarían una unidad policial para resguardo, pero nadie llegó.