Joseph Tobin, un alto cardenal estadounidense y exinvestigador de la congregación religiosa Sodalicio de Vida Cristiana (SVC), consideró el último viernes que la expulsión de la cúpula de este grupo dispuesta por el Papa Francisco “será para el bien” de la Iglesia peruana y contribuirá a que los responsables enfrenten eventualmente a la justicia.
“Creo que el Santo Padre quiere sinceramente hacer lo mejor para la Iglesia, la Iglesia en el Perú, la Iglesia en el mundo y para las personas que de una manera u otra se han visto afectadas por las cuestiones que son bien conocidas ahora respecto al SDV”, dijo en una conferencia de prensa citada por Crux.
El portal especializado mencionó que Tobin también fue secretario del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica del Vaticano de 2010 a 2012, periodo en que se recibieron las primeras denuncias de abuso sexual contra Luis Fernando Figari, fundador del SCV expulsado en agosto pasado.
Figari fundó la congregación hace 53 años en Perú y ha sido acusado de cometer abusos físicos, psicológicos y sexuales. En julio de 2023, el pontífice envió a dos investigadores especiales para hablar con los sobrevivientes de este caso, revelado en 2015 por los periodistas Pedro Salinas y Paola Ugaz en el libro ‘Mitad monjes, mitad soldados’.
La misión estuvo compuesta por el arzobispo de Malta, Charles Scicluna, y el sacerdote español Jordi Bertomeu, ambos expertos en delitos de abusos del Dicasterio para la Doctrina de la Fe. Posteriormente, el pontífice aceptó la renuncia del arzobispo de Piura, José Antonio Eguren Anselmi, implicado en presuntas actividades delictivas, como el tráfico de tierras.
Otros diez de miembros de alto rango de la congregación ultraconservadora —varios de ellos sacerdotes que consintieron y legitimaron un sistema de abusos— fueron echados el mes pasado. Para Tobin, estas acciones “serán para el bien de todas las partes”.
En 2016, Francisco designó al cardenal estadounidense como delegado del Vaticano para supervisar la reforma del SCV. Posteriormente, supervisó las finanzas del grupo. “Creo que el Santo Padre me lo pidió porque me defiendo en español y sé algo de vida religiosa”, explicó. Cuando fue consultado sobre las medidas para investigar al SCV, Tobin mencionó que inició su propia investigación al estilo sinodal.
“Abordamos este tema escuchando. Escuché a muchas de las víctimas y a los miembros del Sodalicio, escuché a todos los obispos del país que me hablaron y también escuché, en el plazo de un año aproximadamente, a algunos verdaderos expertos en el campo de la protección de la infancia”, dijo.
Para el miembro del Consejo de Economía y del consejo ordinario de la oficina del Sínodo de los Obispos del Vaticano, la saga del SCV “ha tomado una dirección diferente” y afirmó que el Papa Francisco “necesitaba información adicional para poder discernir la voluntad de Dios”.
“Con mucha humildad ofrecí lo que pude y ahora estoy feliz de que otros compañeros hayan podido aportar también algunas cosas que yo no pude hacer”, anotó. En enero de 2018, el Vaticano anunció la intervención del Sodalicio, después de que la Fiscalía solicitara prisión preventiva para varios miembros y exmiembros, incluido a Figari.
Ante las denuncias, el SVC aseguró que un grupo de investigación interno determinó que los agresores identificados fueron Figari, el ya fallecido Germán Doig, así como Virgilio Levaggi y Jeffrey Daniels, quienes fueron retirados de la organización. Ese documento concluyó que al menos 36 personas, 19 de ellas menores, fueron presuntamente víctimas de abusos sexuales entre 1975 y 2002 por parte de líderes de la organización.
Aunque la Fiscalía archivó las denuncias por estar prescritas, recientemente el Papa Francisco pidió perdón a los sobrevivientes de cara a “un camino de justicia y reparación”.