Las casonas de Lima, que una vez fueron testigos de la historia y la cultura de la ciudad, ahora se ven despojadas de su esencia, convertidas en meros espacios comerciales. En lugar de albergar arte y tradición, sus paredes han sido receptáculos del comercio voraz que invade cada rincón. Los patios y balcones han sido reemplazados por carteles y vitrinas que exponen lo efímero.
El ruido de los compradores ha sustituido la melodía del pasado, y en esta transformación, la capital del Perú parece abandonar su historia, atrapada en una búsqueda constante de ganancias que sofoca su identidad cultural.
Más de un antiguo predio de Lima ahora se ve relegado a un papel secundario. Mientras sus fachadas desgastadas anhelan contar historias de antaño, los turistas de distintas latitudes del mundo parecen más fascinados por otras construcciones, como iglesias o recintos institucionales.
Así planteado, resulta imperativo señalar que las casonas de Lima, antaño moradas de presidentes, escritores e ideólogos, se encuentran ahora a merced del comercio que las invade. Ahora bien, ¿cuáles son y dónde se encuentran ubicadas?
Las casonas de Lima, donde el comercio campea
Casa de Nicolás de Piérola
Nicolás de Piérola fue una figura importante en la historia política del Perú, puesto que asumió la presidencia del país en dos periodos. Su primera presidencia se extendió de 1879 a 1881, y su segunda abarcó de 1895 a 1899. Inició su carrera política a los 30 años, cuando fue convocado por el coronel José Balta para ocupar el Ministerio de Hacienda, gracias a la recomendación de su primo político, el expresidente José Rufino Echenique.
En un periodo de crisis económica, Piérola tomó la difícil tarea de estabilizar el país, convirtiéndose en una figura importante en la política peruana del siglo XIX.
Respecto a la casa donde vivió el otrora jefe de Estado, la historia nos indica que se encuentra en el jirón Áncash, en los números 439, 445, 451, 455 y 471. Este inmueble fue adquirido por él en 1869, cuando compró el predio al Convento de San Francisco.
Desde entonces, habitó la casa junto con su esposa, Jesús de Itúrbide y Villena, y sus hijos. Tras la muerte del político, la casa quedó deshabitada; sin embargo, con el transcurrir del tiempo, sus instalaciones fueron transformadas para albergar productos.
En el primer piso, por ejemplo, un ambiente se destinó a bodega, mientras que en otro se venden panes. Sus puertas son diferentes y se adaptan a cada comercio. En cuanto al segundo nivel, se sabe que cuenta con cinco balcones rasos de madera.
Casa de José Santos Chocano
José Santos Chocano fue un ilustre poeta peruano que vivió en un tiempo marcado por la influencia de dictadores y caudillos en América Latina. Sus versos, caracterizados por su musicalidad y un sentido de identidad americana, reflejan la riqueza cultural de la región.
Chocano supo capturar en su obra el exotismo y la diversidad del continente, convirtiéndose en una figura clave en la poesía de su época.
Sin embargo, a pesar de su talento, la vida de Chocano estuvo llena de altibajos. Después de la muerte del escritor y académico Edwin Elmore, el poeta enfrentó la indiferencia y el olvido por parte de su propia gente. Este aislamiento emocional y social lo llevó a decidirse a viajar a Chile, donde esperaba encontrar un nuevo propósito y un público más receptivo.
En cuanto a la vivienda donde pasó sus días, se sabe que se encuentra ubicada en el jirón Cailloma 233-247. La casa cuenta con dos pisos y, en el pasado, el segundo nivel era ocupado por José Félix Chocano de Zela y María Aurora Gastañodi de la Vega, quienes se convirtieron en padres de José.
A pesar de que en una de las paredes del primer piso se colocó una placa de bronce en su honor, en sus instalaciones se venden productos de primera necesidad. Cabe señalar que desde el balcón declamó el poema “Nostalgia” frente a un grupo numeroso de personas.
Convento de la Concepción
El presidente Ramón Castilla fue el impulsor de la construcción del primer mercado de Lima, conocido como el Mercado de la Concepción. Para ello, expropió parte de un terreno perteneciente a las monjas de la Concepción. En el siglo XIX, este espacio abarcaba desde la actual avenida Abancay hasta el jirón Andahuaylas.
La primera edificación del mercado, un edificio sencillo de un solo nivel, se mantuvo en pie hasta 1905, momento en el que su deterioro y problemas de salubridad llevaron a su demolición bajo la administración del alcalde Federico Elguera.
En febrero de 1964, durante la gestión del alcalde Luis Bedoya, un devastador incendio destruyó tres cuartas partes del mercado. Tras el siniestro, se tomó la decisión de construir un tercer edificio, dando origen al actual Mercado Municipal Gran Mariscal Ramón Castilla.
Este mercado ocupa una manzana completa del terreno donde antes se encontraba el antiguo Convento de la Concepción, espacio que también albergó a ideólogos y figuras religiosas de la época.
La Casa Marsano
Tomás Marsano fue un hacendado peruano de ascendencia italiana que destacó en los sectores minero e inmobiliario. Fue propietario de la Compañía Urbanizadora Surquillo. Esta empresa poseía importantes haciendas como La Calera de La Merced, con aproximadamente 203 hectáreas, y Primavera, que abarcaba 25 hectáreas.
Es preciso señalar que nuestro compatriota estuvo al frente de la Compañía Agrícola Lima, una entidad surgida de las haciendas Venegas, en el valle de Surco, y Copacabana, ubicada en Puente Piedra.
En 1941, Marsano celebró sus 50 años de matrimonio con Clotilde Campodónico Crovetto mediante la construcción de una mansión en la cuadra 50 de la avenida Arequipa, en Miraflores. Esta residencia, que representaba la grandeza de una época en la que las mansiones ya comenzaban a desaparecer, se convirtió en un espacio cultural durante los años ochenta, albergando conciertos y eventos sociales.
Sin embargo, en 2002, fue demolida para dar paso al centro comercial Compu Palace, un lugar que hoy es un referente para la venta de productos tecnológicos.
Casa de Miguel Grau
Miguel Grau Seminario se convirtió en uno de los héroes nacionales más admirados del país. Desde joven, mostró interés por el mar y la navegación, lo que lo llevó a ingresar a la Marina de Guerra del Perú. Durante la guerra del Pacífico, comandó el monitor Huáscar, donde llevó a cabo importantes acciones navales, como la famosa batalla de Angamos en 1879, donde murió en combate.
La figura de Grau trasciende lo militar; se le conoce como el ‘Caballero de los Mares’ por su honor y respeto hacia sus enemigos. Es menester señalar que nuestro compatriota se convirtió en héroe nacional en Perú por su valentía y liderazgo durante la guerra con Chile.
Ahora bien, la casa donde residió el almirante Miguel Grau durante 12 años, tras su matrimonio con doña Dolores Cabero y donde nacieron sus 10 hijos, está situada en el jirón Huancavelica 172, en el Cercado de Lima. Esta edificación, de estilo neocolonial y fachada republicana, fue construida a finales del siglo XVIII. Tras la muerte de Grau en el combate de Angamos, su familia abandonó la vivienda.
En 1983, la Marina de Guerra del Perú firmó un convenio con la Pontificia Universidad Católica del Perú para destinar la segunda planta de la casa como museo, inaugurado el 27 de julio de 1984. Posteriormente, en 1997, se amplió el museo con la incorporación de la primera planta. Aunque en ninguna de sus instalaciones se realiza comercio ni se venden productos, al lado del predio hay una óptica que parece formar parte de la vivienda del héroe nacional.