El Puerto de Corío, un ambicioso proyecto portuario en el departamento de Arequipa, enfrenta un nuevo obstáculo tras el rechazo de la Autoridad Portuaria Nacional (APN) a la propuesta del Consorcio HUB Corio Megapuerto del Sur, de acuerdo a información compartida por el portal de noticias DFSUD.
Este proyecto de más de US$7.000 millones, que se perfilaba -según sus autores- como la mayor infraestructura portuaria del país, ha sido objeto de controversia y retrasos durante más de dos décadas.
La APN, bajo la dirección de Juan Carlos Paz, declaró improcedente un recurso de reconsideración presentado por el consorcio. Este recurso fue interpuesto después de que la solicitud de viabilidad técnica temporal para el proyecto fuera rechazada previamente.
Según el documento emitido por la APN, se ha perdido la seriedad en las propuestas del consorcio al intentar modificar la oferta sin presentar hechos nuevos y tangibles que justifiquen una reconsideración.
El consorcio había presentado nuevos documentos con la intención de responder a las observaciones de la APN, pero estos no fueron suficientes para cambiar la decisión de la autoridad.
La APN enfatizó que, para reconsiderar su postura, la ley exige la presentación de pruebas nuevas y pertinentes sobre los hechos en controversia.
Nadie quiere Corío
En este contexto, la APN informó que el consorcio tiene la opción de interponer un recurso de apelación en un plazo de quince días hábiles a partir de la notificación.
Este proceso legal es parte de los esfuerzos continuos del consorcio para avanzar con el proyecto, que ha sido impulsado por el Gobierno Regional de Arequipa en colaboración con empresas privadas.
De acuerdo con DFSUD, el Gobierno de Dina Boluarte ha intentado atraer inversionistas, especialmente de Estados Unidos, para impulsar el desarrollo del Puerto de Corío.
Sin embargo, Juan Carlos Paz aclaró, en agosto, que no se ha recibido interés formal de inversionistas norteamericanos en el proyecto. A pesar de que existía una propuesta en la última fase de evaluación de viabilidad técnica temporal, esta fue finalmente rechazada.
El Puerto de Corío, que se proyecta como una infraestructura más grande que el puerto de Chancay, próximo a inaugurarse en noviembre durante el foro APEC, sigue enfrentando desafíos significativos en su camino hacia la realización.
Corío, un espejismo para Arequipa
Corío es un ambicioso proyecto de infraestructura que, según sus impulsores, podría transformar la economía peruana al mover hasta el 50% de su actividad económica.
Este desarrollo se ubicará en Punta Bombón, en la provincia de Islay, Arequipa, al sur de Perú. Actualmente, el Gobierno Regional de Arequipa ha reservado 1.127 hectáreas para el desarrollo inicial y está gestionando la reserva de otras 12.000 hectáreas adicionales para infraestructura complementaria.
El proyecto incluye una red de infraestructuras interconectadas que abarcan un terminal ferroviario y aéreo, un sistema logístico operativo de contenedores, así como zonas industriales y urbanas.
La plataforma multimodal está diseñada para manejar una capacidad de carga de 100 millones de toneladas anuales, superando significativamente los 30 millones proyectados para Chancay.
Sin embargo, en opinión de sus detractores, Corío es solo una ilusión y una forma de hacer proselitismo con los arequipeños. No solo porque sus US$7.000 millones doblarían los US$3.500 millones que costará Chancay en su mejor momento, sino porque no existe carga suficiente que pueda movilizar.
Para justificar una inversión, cualquiera que sea, primero se tiene que garantizar que existirá el retorno suficiente y en un plazo que permita la inversión por parte de los operadores. Corío no tiene nada eso, la carga del sur ya es atendida por Callao y por Matarani, esta última administrada por Tisur.
Es cierto que la altura de las aguas en Punta Bombón es el ideal, pero ese no es el único factor de competencia que un inversionista debe tener, mucho menos para la concesión de un terminal portuario, cuya autorización depende del Estado peruano. Seguramente habrán muchos lugares con buena latitud y buenos vientos para construir un aeropuerto en medio del desierto, pero no solo por eso se construye.