El empresario Abraham Mina, propietario de una empresa que facturó casi tres millones de soles en publicidad para el programa del presentador Andrés Hurtado, admitió este domingo haber realizado envíos de dinero por delivery en moto lineal, un método que, según él, resultaba más célere para las transacciones.
“Fueron unas diez veces. La cantidad de veces es lo de menos; yo lo hice porque es más rápido. Fue una modalidad que usé y (un día) terminamos en la comisaría. El dinero procedía probablemente de alguna facturación que había cobrado esa misma semana o ese mismo día”, dijo en una entrevista concedida a Cuarto Poder.
Mina confirmó que de esa forma, fuera de toda fiscalización, movió al menos 6,000 dólares. Sin embargo, prefirió no revelar los destinatarios ni los motivos de los envíos. Nacido en el Callao y convertido al islam, el empresario es una figura clave que la Fiscalía podría necesitar para trazar la ruta del dinero y entender el origen de los lujos del conductor, actualmente recluido por su implicación en una trama de sobornos, tráfico de influencias y lavado de activos.
Según el dominical, ambos se conocen desde el inicio del siglo y realizaron al menos una decena de viajes juntos a Centroamérica, Estados Unidos y Europa desde 2013. Formalmente, Mina afirmó haber participado solo dos años —de 2018 al 2020— en el programa que condujo el presentador.
Dirigió tres compañías que ahora están inactivas: Al Rahma, Basmala SAC y Mina Consultores SAC. Esta última fue crucial, ya que era la receptora de los fondos que Hurtado utilizaba, dado que este no podía facturar por cuenta propia debido al congelamiento de sus cuentas. “Tuve el control de qué se pagaba y qué no en ese tiempo, cuando el dinero estaba metido dentro de mi cuenta. Coordinaba con él para ver qué hacíamos. Parte era para Andrés, parte para mí y la otra parte para la generación del programa”, reconoció.
Según su testimonio, la inversión para cada episodio podía alcanzar los 20 mil dólares y para registrar los pagos, tenía un libro de caja que giraba recibos simples para la entrega de dinero. Debido a estas irregularidades, tanto él como el presentador enfrentaron reveses con la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria (SUNAT).
“Lamentablemente, yo vengo de un mundo informal, de trabajar en cumbia. Nosotros en este mundo hemos ido aprendiendo de a pocos”, alegó. Explicó que cada mes había “una cantidad de cosas que se tenían que pagar, tanto del programa como cuestiones personales”, incluido el departamento de Hurtado, reparaciones de automóviles y hasta las mensualidades de las hijas del presentador, quienes radican en Estados Unidos.
Aunque no pudo precisar las cifras exactas, señaló que “podrían ser 2 mil dólares mensuales” los que enviaba al extranjero, aunque “podría ser más dependiendo del mes. De repente, en julio o diciembre, podría darles 10 mil o algo así”, estimó.
Mina indicó no temer a la prisión ni a lo que eventualmente Hurtado pudiera decir mientras cumple una orden judicial de 18 meses de prisión preventiva. “Es mi amigo, es una persona a la que yo quiero. (...) Yo era una persona que trabajaba detrás del programa y coadyuvaba para que haya medios económicos para la realización. Era como el mánager, buscaba financiamiento, básicamente con los auspiciadores del programa”, agregó.
También aseguró desconocer la presunta red de tráfico de influencias en la que está implicado el conductor, junto con la fiscal de lavado de activos, Elizabeth Peralta, y la ex jefa de la Superintendencia Nacional de Migraciones, Roxana del Águila. Cuando se le consultó si podría abandonar el país, respondió de manera escueta: “No puedo asegurar eso porque no tengo impedimento de salida”.
Casi al término de la entrevista reveló una reunión privada entre Hurtado y el exnarcotraficante Demetrio Chávez Peñaherrera, apodado ‘Vaticano’. “Lo encontré en la casa de Andrés. Estaban negociando justamente el contrato para que él pueda tener la representación para hacer la miniserie de ‘Vaticano’”, contó. Desde junio de 2019, el presentador figura como apoderado del narco, quien le autorizó administrar sus bienes, realizar trámites bancarios, solicitar créditos, constituir empresas en su nombre y representarlo ante los medios como su manager.