El 1 de octubre comenzó una nueva era en México con la asunción de Claudia Sheinbaum, quien recibió el mando de su aliado Andrés Manuel López Obrador (AMLO). En la ceremonia, se vio la presencia de la exprimera dama Lilia Paredes, esposa de Pedro Castillo, pero no hubo representación del Gobierno Peruano, lo que evidenció la creciente tensión diplomática entre ambos países desde la llegada de Dina Boluarte a la presidencia.
El internacionalista Ramiro Escobar aclaró el panorama de las relaciones entre las dos naciones latinoamericanas y dio detalles sobre posibles acciones para mejorar un vínculo históricamente estrecho que se ha fracturado en los últimos meses.
La ausencia de Boluarte en la toma de mando de Sheinbaum había sido anunciada desde mediados de año, cuando la nueva presidenta mexicana invitó a “prácticamente todo el mundo”, exceptuando a los jefes de gobierno de Ecuador y Perú, así como al rey de España.
Para Escobar, que la presidenta Boluarte no haya sido invitada ni mencionada en el discurso de la mandataria mexicana es una “consecuencia lógica” de la tensión entre las naciones. Sin embargo, aún existe la posibilidad de que durante el gobierno de Sheinbaum, la relación Perú-México se recomponga.
“Tengo la impresión de que ella va a trabajar más en la diplomacia profesional, pero creo que eso no ocurrirá inmediatamente, porque lo que cuenta para ella es estar en sintonía con López Obrador, no salir de ese libreto de lealtad. No creo que haya un giro notable en las relaciones con Perú, pero me parece que podrían mejorar o recomponerse”, señaló Escobar.
“Se respetarán los derechos humanos y nunca usaremos la fuerza del Estado para reprimir al pueblo”, exclamó Sheinbaum tras asumir la presidencia de México. Para el internacionalista, esta declaración tendría más coherencia si México fuera más “explícito en las críticas al gobierno de Nicaragua y Venezuela, que han sido sumamente represores y violentos con sus pueblos”.
“México y Perú son países sumamente cercanos”
El trámite de visa para que los peruanos puedan viajar a México se mantendrá “en tanto no se recompongan las relaciones”, consideró Escobar. Sin embargo, esta medida no puede perdurar indefinidamente, debido a la estrecha conexión que ambas naciones han mantenido desde el siglo XIX y que lamentablemente se ha visto afectada por el rechazo del gobierno de Andrés Manuel López Obrador hacia Dina Boluarte.
“Me parecería bastante irracional que dure muchos años, porque México y Perú son países sumamente cercanos”, consideró.
También precisó que el asilo político que recibe la esposa de Pedro Castillo podría obstaculizar un eventual acercamiento diplomático entre los países. En ese sentido, las relaciones comerciales y culturales seguirían avanzando. “Se podría mantener ese asilo, pero a la vez recomponer las relaciones o elevarlas de nivel. No es contradictorio, pero eso depende de la decisión política del Gobierno de México, concretamente de Claudia Sheinbaum”, sostuvo.
Sobre el asesinato de seis migrantes, entre ellos un peruano, a manos de elementos del Ejército de México, Ramiro Escobar consideró que, al ser un hecho lamentable y producto de una confusión por parte de los militares, podría complicar la relación. Aun así, afirmó que “la diplomacia tiene caminos”.
Asimismo, consideró que en los próximos meses la situación podría “distenderse” y ambos países podrían asignar embajadores para estrechar la comunicación. “Podríamos volver a tener embajadores o, al menos, ir estableciendo paulatinamente un vínculo para que las relaciones vuelvan a ser como antes. No podemos permanecer mucho tiempo así, con una especie de excesos verbales lamentables y condenables”, apuntó.
¿Quién daría el primer paso, México o Perú?
Escobar subrayó que es el presidente quien toma las decisiones de política exterior, en este caso para reconstruir la relación con otros países. Por esa misma responsabilidad, los mandatarios no deben emitir “declaraciones altisonantes” sobre otros presidentes, como lo hizo AMLO.
Desde su perspectiva, corresponde a México dar el primer paso para restablecer la relación internacional con Perú, ya que el país azteca no reconoció el gobierno de Boluarte y tampoco le otorgó la presidencia de la Alianza del Pacífico. “México fue el que tuvo gestos ásperos, así que ellos deben dar el primer paso. Sin embargo, nosotros también respondimos de manera contundente con una medida tan drástica como el retiro definitivo del embajador”, afirmó.