Hace un año, el 7 de octubre de 2023, durante un evento musical que promovía la paz, la vida de miles de personas cambió drásticamente en cuestión de minutos. A las 6:29 de la mañana, un ataque coordinado por el grupo terrorista Hamas atravesó las fronteras entre Gaza e Israel. Cerca de 3.500 atacantes irrumpieron desde múltiples frentes: por tierra, aire y mar, sembrando caos en varios asentamientos israelíes.
En ese momento, se celebraba el festival de música electrónica “Supernova” cerca de Reim, a escasos kilómetros de la Franja de Gaza. Los jóvenes asistentes, que disfrutaban de una madrugada de música y baile, se vieron repentinamente atrapados en una situación inimaginable. Más de 300 personas que participaban en el festival fueron asesinadas, en tanto, otras fueron secuestradas y llevadas a Gaza.
En tanto, como los ataques al territorio venían desde todos los frentes, el sistema de defensa aérea israelí, conocido como el Domo de Hierro, interceptó la mayoría de los miles de cohetes lanzados por Hamas, aunque algunos lograron impactar. A la vez, la frontera colapsó bajo el asalto coordinado. Drones, parapentes y fuerzas anfibias fueron utilizados para inutilizar los sistemas de seguridad y sembrar confusión.
En este trágico evento, los atacantes no solo perpetraron asesinatos, sino que también secuestraron a civiles, incluyendo cuerpos que fueron exhibidos como trofeos. La rápida invasión, con armamento de alto poder, evidenció una planificación cuidadosa que tomó años en organizarse.
Un año después, Bernardo Furman, director de la Asociación Judía del Perú, aún no asimila lo ocurrido. En diálogo con Infobae Perú calificó lo hecho por el grupo terrorista como una “total masacre”.
“Después del Holocausto, fue donde más judíos murieron en un solo día. Fue tremendo. Recuerdo que estaba fuera de Lima, e inmediatamente, apenas tomé conciencia de lo que estaba pasando, se armó el Comité de Emergencia y comenzamos a comunicarnos con peruanos allá, familiares, amigos, y con el embajador. Organizamos toda la ayuda que pudimos”, manifestó.
“Tratábamos de entender todo lo que estaba pasando. Realmente fue algo que nunca se había visto. Era un concierto por la paz, de jóvenes que estaban cantando y bailando, cuando entraron a disparar a mansalva”, agregó.
El impacto de la tragedia fue devastador, aseguró Furman. El ataque no solo afectó a Israel, sino que dejó atónito al mundo, no solo por su ferocidad, sino también porque ocurrió durante un evento que reunía a participantes de diferentes países.
Lamentablemente, hasta la fecha, aún se desconoce el paradero de centenares de secuestrados. Incluso, se tiene registro que infantes se encuentran todavía en cautiverio. “Hay niños que han cumplido 1 o 2 años en cautiverio porque los secuestraron siendo bebés. Mataron a padres y ancianos. Fue algo realmente incomprensible”, declaró a este medio.
“Entraron a matar a niños y mujeres. También a secuestrar. Todavía nos cuesta entender qué pasó. Aún hay 101 rehenes pendientes de ser liberados, de los cuales se estima que la mitad podría estar con vida, y ojalá puedan volver a sus hogares”, continuó.
En un intento por honrar a las víctimas y abogar por la liberación de los rehenes, desde la Asociación Judía del Perú se han organizado actos conmemorativos y de oración para este lunes 7 de octubre.
“La comunidad va a tener una conmemoración y rezos por la libertad de los rehenes. Será un acto privado que organiza la comunidad”, finalizó.
Desde aquel 7 de octubre de 2023, Israel ha librado una lucha por el cese de ataques a su territorio, sobre todo la intensa búsqueda de las 250 víctimas que fueron secuestradas ese día y que desde entonces no se sabe de su paradero.