En el distrito de Huanchaco, en la región de La Libertad, un grupo de arqueólogos han descubierto restos óseos de 30 niños y siete llamas, que datan de la cultura Chimú y se remontan aproximadamente al año 1200. Este hallazgo se realizó en el sector conocido como Las Lomas, a casi un kilómetro del balneario, según informó RPP Noticias.
El proyecto arqueológico de Huanchaco, iniciado hace ocho años, tiene como objetivo explorar y exponer la arquitectura de un área denominada ‘Montículo 2′. Este reciente descubrimiento proporciona evidencia adicional sobre los sacrificios rituales que se practicaban en la época Chimú, según los arqueólogos involucrados en el proyecto.
Los restos encontrados están siendo cuidadosamente almacenados en bolsas de plástico especiales para su estudio y conservación futura. Este proceso es crucial para preservar la integridad de los hallazgos y permitir un análisis detallado que pueda ofrecer más información sobre las prácticas culturales de la civilización Chimú.
Este tipo de descubrimientos arqueológicos no solo enriquecen el conocimiento sobre las antiguas civilizaciones que habitaron el territorio peruano, sino que también subrayan la importancia de la conservación y el estudio de estos vestigios para comprender mejor la historia y cultura de la región.
Descubrimiento arqueológico en Pampa La Cruz
El año pasado, Pampa La Cruz en el distrito de Huanchaco, fue el escenario de un importante descubrimiento arqueológico. Según el Programa Arqueológico Huanchaco, se encontraron 76 nuevas tumbas de niños sacrificados, lo que eleva a 302 el número total de menores desenterrados en la zona. Este hallazgo se suma a una serie de eventos sacrificiales que datan de entre los años 1050 y 1500 d.C., vinculados a la cultura Chimú.
El director del programa, Gabriel Prieto Burméster, explicó que los análisis de 80 fechados radiocarbónicos han permitido identificar seis eventos sacrificiales en el sitio. Estos eventos están relacionados con momentos clave en el desarrollo y consolidación de la sociedad Chimú. El más antiguo de estos eventos ocurrió entre 1050 y 1100 d.C., y se registró en el “montículo I”, donde los cuerpos de los niños están orientados con los pies al este y la cabeza al oeste, un patrón que se repite en todos los entierros de esa época.
En el “montículo II”, el 90% de los niños sacrificados siguen el mismo patrón, lo que indica que pertenecen al evento más temprano. Prieto señaló que este sacrificio se realizó para consagrar y abrir los campos de cultivo que los chimús habilitaron alrededor de esa época. Además, el evento 3, que data de entre 1200 y 1300 d.C., es significativo porque coincide con la expansión militar y territorial de los chimús hacia el norte.
Los eventos 4 y 5, que ocurrieron entre 1300 y 1450 d.C., están asociados a la consolidación del imperio Chimú. Durante este periodo, los niños fueron enterrados con taparrabos, camisas blancas y turbantes, y todos presentan un corte sistemático en el esternón. Finalmente, el evento 6 se dio entre 1450 y 1500 d.C., cuando los incas ya controlaban a los chimús.
El sitio de Pampa La Cruz fue elegido por los chimús para sus sacrificios, posiblemente debido a su vista privilegiada al cerro Campana, considerado sagrado, y por su ubicación frente al mar. Además, desde 2019 se han encontrado 31 entierros asociados a la cultura Moche, lo que sugiere una tradición ritual en la zona.
El reciente proceso de excavación fue financiado por la Universidad de Florida y contó con la participación de estudiantes de dicha universidad y de la Universidad Nacional de Trujillo. Los trabajos continuarán en el montículo II, donde hasta ahora solo se han excavado 144 de los 720 metros cuadrados disponibles.