Las tasas hipotecarias se están reduciendo en toda la región, incentivando las solicitudes de créditos hipotecarios en soles. Sumado a ello, los departamentos han presentado descuentos entre los años 2023 y 2024 que el mercado recibe de manera positiva para la compra de una vivienda propia, con la posibilidad de alquilar y obtener mayor rentabilidad.
En esta línea, Infobae Perú pudo conversar con Pablo Seminario, gerente general del Grupo Caral, cuya expansión de Perú a los mercados de Ecuador y Uruguay grafican a la perfección los desafíos de desarrollo inmobiliario y urbano en Latinoamérica, en un escenario donde resulta complicado enforcarse resolver la demanda interna y el déficit de vivienda.
Seminario explica que, en el caso de Lima, el déficit de vivienda da para 30 o 40 años de desarrollo hasta poder nivelar la oferta con la demanda, situación similar a Guayaquil (+/-30) y Montevideo (+/-25).
Es importante destacar algunos temas estructurales. Por ejemplo es importante para estos segemntos que se promueva el ahorrro y que exista algun tipo de bono. En el Perú existe el credito hipotecario de Mivivienda, pero no basta con eso porque eso atienda la parte de la demanda. Por el lado de la oferta los terenos son clave.
“En Lima, cuando uno habla de proyectos grandes, es complejo porque la ciudad está en un desierto y tiene complicaciones de agua. Entonces, si empezamos a hablar a gran escala, tienen poca agua o son complicados para sus títulos registrales”, asegura.
El ejecutivo señala que los ofertantes empiezan a ver que el desarrolllo se va a seguir centrando en los distritos donde la predictibilidad registral es más clara y donde hayan servicios básicos, y esos son los de la Lima Moderna.
En el caso de Ecuador, la planificación urbana está bastante ordenada y la permisología en el tema registral está más claro. Eso ayuda y hay una mayor claridad hacia donde desarrollar los condominios de las casas una estructura interesante respecto al tamaño de la ciudad, aunque la primera vivienda sigue sin resolverse.
En el caso de Uruguay, existen terrenos con servicios básicos de agua y luz, pero hay una anomalía y es que la penetración hipotecaria es baja. ¿Qué pasa? Hay bastante compra directa para arrendar e incentivos al arriendo. Sin embargo, según Seminario, “es un tema de tiempo y el mercado hipotecario va a crecer en ese país”.
El desafío inmobiliario de Latinoamérica
Vale precisar que Ecuador y Uruguay se presentan como destinos atractivos para la inversión en proyectos inmobiliarios, cada uno con características distintivas que facilitan el desarrollo de este sector.
En Uruguay, el gobierno ofrece incentivos para la inversión en propiedades de vivienda, especialmente en el segmento medio y aspiracional, lo que ha impulsado el crecimiento de proyectos inmobiliarios en el país. Además, el peso uruguayo ha mantenido una estabilidad notable frente al dólar, lo que añade un nivel de seguridad para los inversores extranjeros.
Por otro lado, Ecuador se beneficia de su uso del dólar estadounidense como moneda oficial, lo que simplifica las transacciones y la rentabilidad de las inversiones en el país.
Esta dolarización, junto con la pertenencia de Ecuador a la Comunidad Andina, facilita acuerdos tributarios importantes que pueden beneficiar a los inversores. Según Seminario, estos factores hacen que los proyectos en Ecuador sean sostenibles y atractivos para los inversores internacionales.
Estos elementos hacen que tanto Ecuador como Uruguay sean considerados destinos viables y prometedores para aquellos interesados en el mercado inmobiliario, cada uno con sus propias ventajas competitivas que responden a las necesidades y expectativas de los inversores.
Sobre Grupo Caral
Recientemente, Grupo Caral obtuvo 2 premios en la categoría Vivienda Residencial y Sostenible en los GRI AWARDS ANDEAN 2024, ocupando el 2° lugar en la categoría sostenible con proyecto Valente 2 y en la categoría residencial el 3° lugar con el proyecto Villa Dulanto 1441, ambos premios fueron recibidos por Pablo Seminario, Gerente General del Grupo Caral.
El Grupo Caral viene contribuyendo de manera sostenible en el sector, respaldados en sus 14 años de operaciones, desarrollando proyectos de diferentes tipologías y formatos, creando un sólido, interesante y diversificado portafolio inmobiliario, que los ha llevado a vender más de 4.000 viviendas.