Un militar peruano con una destacada carrera en las Fuerzas Armadas y un papel clave en la historia reciente del país, Francisco Morales Bermúdez, fue un líder que marcó la transición de una dictadura militar a un proceso democrático en el Perú. Durante su gobierno, el país atravesó una crisis económica y social que dejó huellas profundas.
Además de su participación en el golpe de Estado que destituyó al presidente Juan Velasco Alvarado, su legado es recordado tanto por sus contribuciones políticas como por las controversias que rodearon su mandato.
De tradición militar y política
Morales Bermúdez nació en Lima el 4 de octubre de 1921, en el seno de una familia con una fuerte tradición militar y política. Su abuelo, Remigio Morales Bermúdez, fue presidente del Perú entre 1890 y 1894, lo que marcó el camino para el joven Francisco en el mundo castrense.
Su trayectoria fue notable desde sus inicios: después de una educación en casa y en el Colegio de la Inmaculada, ingresó a la Escuela Militar de Chorrillos en 1939, destacándose por su excelencia académica y militar, lo que le valió la Espada de Honor al graduarse en 1943.
El ascenso de Morales Bermúdez en las filas del Ejército fue meteórico. Tras formarse en la Escuela Superior de Guerra del Perú y en el National War College de Estados Unidos, se convirtió en una de las figuras más influyentes de las Fuerzas Armadas peruanas.
Su preparación e influencias le permitió ocupar importantes cargos, incluyendo la Jefatura del Estado Mayor del Ejército en 1969, y el Ministerio de Hacienda y Comercio en el primer gobierno de Fernando Belaúnde.
Todo cambió
Sin embargo, su momento más decisivo llegó en 1975, cuando encabezó un golpe de Estado conocido como el “Tacnazo” que destituyó al entonces presidente Juan Velasco Alvarado. En esos días, el Perú enfrentaba una dura crisis económica y política.
Morales Bermúdez, respaldado por altos mandos militares, asumió el control de la nación, prometiendo una “segunda fase” del proceso revolucionario, pero con la intención de corregir las desviaciones que había tomado bajo el liderazgo de Velasco. El mandato de Morales Bermúdez, que duró hasta 1980, estuvo caracterizado por una compleja mezcla de políticas económicas y tensiones sociales.
A nivel económico, Morales Bermúdez se enfrentó a una situación crítica. El país vivía una profunda recesión, con inflación en aumento y una balanza de pagos deteriorada. Para hacer frente a esta situación, implementó medidas de austeridad que incluyeron devaluaciones monetarias y la reducción de subsidios, lo que provocó un fuerte descontento social.
Una de las más grandes manifestaciones de este descontento fue el paro nacional del 19 de julio de 1977, liderado por la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP). Este paro, apoyado masivamente, paralizó Lima por completo, evidenciando el rechazo de gran parte de la población hacia el gobierno militar.
Aunque Morales Bermúdez había prometido mantener el “proceso revolucionario”, la realidad fue otra. Su gobierno desactivó instituciones clave del régimen de Velasco, como el SINAMOS (Sistema Nacional de Apoyo a la Movilización Social), y permitió el retorno de exiliados políticos, entre ellos Fernando Belaúnde Terry. Estas acciones, aunque vistas como un paso hacia la apertura democrática, fueron interpretadas por algunos como una traición a los ideales iniciales de la revolución.
La hora del cambio
Uno de los logros más importantes de su gobierno fue la convocatoria a una Asamblea Constituyente en 1978, que resultó en la redacción de la Constitución de 1979, la cual sería la base del retorno del Perú a un gobierno democrático.
Morales Bermúdez cumplió con su promesa de entregar el poder, convocando a elecciones generales en 1980, las cuales fueron ganadas por Belaúnde, quien recuperó la presidencia después de haber sido derrocado 12 años antes.
A pesar de su rol en la transición democrática, la figura de Morales Bermúdez no estuvo exenta de controversias. En el contexto internacional, su nombre estuvo vinculado al “Plan Cóndor”, una operación de coordinación entre dictaduras sudamericanas para la persecución de opositores políticos.
En 2007, la justicia italiana solicitó su extradición junto a otros líderes militares por la desaparición de ciudadanos italianos en el marco de este plan. A lo largo de los años, varios organismos internacionales y familiares de las víctimas lo señalaron como responsable de crímenes de lesa humanidad, aunque nunca fue juzgado en Perú.
Casado con hijos
A nivel personal, Francisco Morales Bermúdez se casó dos veces. Con su primera esposa, Rosa Pedraglio, tuvo cinco hijos, y tras su fallecimiento, contrajo matrimonio con Alicia Saffer Michaelsen.
Su vida fue longeva, llegando a cumplir 100 años antes de su fallecimiento el 14 de julio de 2022 en Lima. A lo largo de su vida, también escribió varios libros en los que reflexionó sobre la política y el futuro del Perú.
El legado de Morales Bermúdez es, sin duda, complejo. Para algunos, fue el líder que supo manejar una transición difícil hacia la democracia en tiempos turbulentos. Para otros, su gobierno dejó profundas heridas, no solo en la economía, sino también en la memoria de aquellos que sufrieron bajo la represión.
Al final de su vida, su figura sigue siendo objeto de debate, recordado tanto por su papel en la política peruana como por los episodios oscuros asociados a su mandato.