En un rincón insondable del departamento del Cusco se halla el último refugio sagrado de los incas, un lugar donde los vestigios del imperio incaico resistieron ante la conquista española. Los incas, bajo el liderazgo de Manco Inca —reconocido como emperador por Francisco Pizarro— se replegaron a esta remota ubicación, donde establecieron un nuevo bastión de su civilización.
No se trata de Choquequirao ni de Machu Picchu, aunque ambos lugares reflejan la grandeza de una cultura que supo conquistar los Andes. El primero fue un enclave espiritual y ceremonial de gran importancia para los incas, mientras el segundo funcionaba como un refugio exclusivo para la nobleza, y hoy sigue cautivando a visitantes de todo el mundo.
El último refugio sagrado de los incas fue Vilcabamba, un sitio que Hiram Bingham buscaba en su expedición de 1911. Durante su travesía por el Perú, el explorador estadounidense descubrió tanto Espíritu Pampa como Machu Picchu, y creyó que este último era Vilcabamba, la ciudad perdida de los incas.
Respecto a Espíritu Pampa, un yacimiento arqueológico de la época preincaica e incaica, Eugene Savoy señaló que este lugar era Vilcabamba. Sin embargo, su afirmación no se alineaba con las descripciones históricas de Vilcabamba. Dado que ninguna de las locaciones mencionadas, cuyas ubicaciones son conocidas, corresponde al último refugio de los incas, surge la pregunta: ¿dónde se encuentra realmente este sitio?
Antes de abordar esta pregunta, es importante conocer lo que sucedió décadas antes de que Manco Inca y la población indígena se establecieran en Vilcabamba, un lugar que ha sido asociado a más de un monumento arqueológico.
Acontecimientos que sucedieron antes de la resistencia inca en Vilcabamba
Luego de la muerte de Atahualpa en 1533, el Imperio inca se sumió en un caos. Este periodo marcó el inicio de una resistencia indígena, liderada por Manco Inca Yupanqui, quien fue proclamado nuevo líder de los incas por los españoles. El nativo, descontento con el trato y las condiciones impuestas por los foráneos, decidió rebelarse.
En 1536, inició un levantamiento masivo conocido como el Sitio de Cusco, donde las fuerzas incas asediaron la ciudad. Esto obligó a los conquistadores a buscar refugio en sus fortificaciones. A pesar de los esfuerzos iniciales del líder de la resistencia, el sitio fue finalmente levantado cuando los conquistadores, bajo el mando de Francisco Pizarro, lograron reforzar sus posiciones.
A medida que la resistencia inca se intensificaba, Manco Inca decidió retirarse hacia la selva, con el fin de buscar un refugio más seguro y estratégico. Este camino lo llevó a Vilcabamba, una zona remota y de difícil acceso, donde estableció un último bastión de resistencia contra los conquistadores.
Sobre la huida a la selva, Alberto Gómez Borrero, miembro de la Sociedad Geográfica Española, escribió lo siguiente en la página web que lleva el mismo nombre de la organización a la que pertenece. “El rastro de los lugares mencionados por los cronistas de la época, tratando de reproducir el camino que siguió el ejército de Hurtado de Arbieto desde Marcanay, donde la noche anterior vislumbraron el resplandor del incendio prendido por los incas en su huida hacia la selva amazónica, antes de la conquista definitiva de Hatun Vilcabamba”.
Durante años, Manco y su ejército llevaron a cabo ataques guerrilleros contra las fuerzas españolas, intentando recuperar el control de su tierra y mantener viva la cultura inca. Sin embargo, la lucha fue desigual, ya que los españoles contaban con mejor armamento y tácticas militares más avanzadas.
A lo largo de los años, los enfrentamientos entre incas y españoles continuaron, con Vilcabamba convirtiéndose en un símbolo de resistencia indígena. Sin embargo, la situación se tornó cada vez más desesperada. En 1572, bajo el mando del virrey del Perú, los españoles finalmente localizaron y asediaron su refugio. En un ataque decisivo, lograron capturar a Túpac Amaru, el hijo de Manco Inca, y ejecutarlo, poniendo fin a la resistencia inca.
Con la caída de Vilcabamba, se selló el destino del Imperio inca, y la conquista española se consolidó. Cabe señalar que el periodo de la resistencia tuvo lugar entre 1537 y 1572. Habiendo contado ello, es pertinente dar a conocer dónde se encuentra el último refugio de los incas.
Vilcabamba o Hatun Vilcabamba, el último refugio de los incas
Santiago del Valle Chousa, doctor en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid, habría encontrado el último refugio de los incas. Se menciona en condicional, puesto que las investigaciones y exploraciones siguen su curso; sin embargo, los estudios del explorador brindan indicios sobre el lugar donde se asentaron los incas que resistían a los españoles.
En un video difundido por la Sociedad Geográfica de Lima, el investigador dio a conocer sus hallazgos, los cuales se opusieron a teorías que afirmaban que Espíritu Pampa es Vilcabamba.
“Desde el año 1997, he dirigido 16 expediciones arqueológicas en la sierra del Vilcabamba, en colaboración con arqueólogos peruanos y con guías y asistentes de las comunidades locales, con el objetivo de identificar el verdadero emplazamiento de Hatun Vilcabamba, la capital sagrada perdida del último reino inca independiente conocida por los españoles como Vilcabamba la Grande; y la hemos encontrado”, sostuvo.
Según el investigador, Espíritu Pampa no es Vilcabamba la Grande. Entre sus argumentos destacan su ubicación y estructura en un terreno llano, fácilmente accesible a caballo, lo que no coincide con las descripciones históricas del último bastión de los incas.
“La verdadera Hatun Vilcabamba está en un territorio despoblado, protegido por barrancos y cataratas e inaccesible para los caballos, al norte del Nevado Choquezafra y a 80 kilómetros en línea recta al oeste de Machu Picchu. Es una zona muy aislada, ubicada entre los nevados y la selva con gran riqueza natural, donde habita el oso andino, el puma y otras especies”, agregó.
Aproximadamente 20 mil guerreros habrían estado refugiados en el lugar al que se refiere Santiago del Valle. Allí se fundó el último reino inca, que mantuvo su independencia durante 38 años hasta ser conquistado y posteriormente olvidado.
En el documental titulado “Vilcabamba la Grande: El último capítulo”, difundido por la Sociedad Geográfica Española, el arqueólogo Wilbert Bolívar se refirió al hallazgo realizado por el explorador.
“Creo que el trabajo que nos presenta Santiago del Valle es pionero, ya que representa una acumulación de información que nos brinda mayores luces para deslindar y afirmar que, efectivamente, se trata de Vilcabamba, la última capital de los incas. No solo se está descubriendo la dimensión simbólica y el paisaje, sino también estructuras, edificaciones, andenes y caminos. Todo esto nos lleva a una interpretación que respalda la idea de que realmente se está encontrando Vilcabamba la Grande”, aseveró.
Finalmente, la Dirección de Patrimonio Cultural del Ministerio de Cultura del Perú dictó el 15 de agosto de 2012 su resolución N.º 6162012 en la que se declara que luego del análisis de los últimos hallazgos, estos “coincidirían con las descripciones de la capital inca perdida”. En otro apartado del documento se señala que lo descubierto serían “los primeros restos de Vilcabamba la Vieja, Vilcabamba la Grande o Hatun Vilcabamba”. También se lee que es necesario “realizar nuevos trabajos para colocarlos a la luz”.