El nombre de Satomi Kataoka, empresaria japonesa y última esposa del expresidente peruano Alberto Fujimori, ha resurgido en la opinión pública tras un reportaje emitido por el programa “Punto Final”. En el informe, se revela el interés de la viuda de Fujimori por regresar a Perú tras el fallecimiento del exmandatario. Entre las declaraciones incluidas, Kataoka expresa su deseo de visitar la tumba de Fujimori una vez que se recupere de su cáncer.
“Me encantaría visitar su tumba”, declaró Kataoka, dejando abierta la posibilidad de un viaje al país sudamericano que alguna vez la vio involucrarse en la vida pública de Fujimori, aunque siempre desde las sombras.
El matrimonio entre Kataoka y Fujimori se registró en Tokio bajo las leyes japonesas, un vínculo que fue motivo de interés mediático en el año 2006 cuando se hizo público. Sin embargo, uno de los puntos más controversiales que surge con la posible visita de Kataoka al Perú es su eventual reclamo de la pensión vitalicia que recibiría como esposa de un expresidente. Diversos abogados han mencionado que, para acceder a este beneficio, la empresaria japonesa tendría que homologar en el Perú el matrimonio realizado en Japón, un proceso que todavía no ha iniciado.
Al ser consultada sobre este tema en la entrevista, la viuda de Alberto Fujimori respondió con cautela: “Todavía estoy discutiendo con mi abogado”, dejando entrever que el tema aún está bajo análisis legal.
La relación con el hijo de Satomi y la memoria de Fujimori
Shinnosuke, el hijo de Satomi de su primer matrimonio, también tiene un lugar importante en esta historia. El vínculo entre Shinnosuke y Fujimori se habría fortalecido en los años de reclusión del expresidente en Chile, donde ambos compartieron momentos que los unieron. En una comunicación con el dominical de Latina, Shinnosuke expresó su tristeza por no haber podido asistir al funeral de Fujimori a tiempo y mencionó su intención de visitar el Perú para rendir homenaje en la tumba de quien consideraba una figura paternal. “Lo extraño mucho”, comentó el joven de 31 años, quien actualmente reside en Japón.
Este lazo afectivo es uno de los pocos elementos que dio algo de luz sobre la vida personal de Fujimori en sus últimos años. Según un anterior reportaje de Punto Final, Alberto Fujimori consideraba a Shinnosuke como su propio hijo, y el joven le correspondía con un profundo cariño.
Un papel activo en la política japonesa
El nexo de Satomi con el Fujimorismo no se limitó únicamente a su matrimonio con el expresidente. Desde que conoció a Fujimori en Japón, la empresaria se involucró en múltiples actividades de apoyo al líder peruano, organizando conferencias y eventos para mantener viva la imagen del mandatario, sobre todo en los sectores más conservadores del país asiático. En una de estas conferencias, celebrada en Tokio en el 2003, fue donde surgió el romance entre ambos, una relación que se mantuvo en secreto durante varios años hasta que Fujimori decidió regresar a América Latina en un intento por reinsertarse en la política peruana.
Durante su reclusión en Chile, Kataoka se convirtió en una figura clave para la defensa de Fujimori. Según registros, organizó reuniones con políticos japoneses para buscar respaldo en el proceso de extradición, además de coordinar con el equipo legal del exmandatario para que presentaran informes favorables sobre su conducta. Entre los gestos más visibles de este apoyo destaca la visita que realizó Kataoka a la prisión donde se encontraba Fujimori en Santiago de Chile, una escena que fue capturada por cámaras, aunque poco difundida hasta el reciente reportaje.
Durante este periodo de incertidumbre, Kataoka mantuvo una presencia constante en su vida. Se encargaba de su alimentación, su vestimenta y gestionaba las visitas que recibía, mientras continuaba organizando apoyos desde Japón. Este rol de acompañante fiel fue una de las facetas menos conocidas de Kataoka.
El arresto de Fujimori en Chile culminó en una extradición que lo llevó de vuelta al Perú para enfrentar a la justicia. Sin embargo, Kataoka nunca dejó de estar presente en su vida, ni siquiera durante los últimos años en los que la salud del expresidente empezó a deteriorarse. La empresaria continuó visitándolo y manteniéndose cerca de su círculo más íntimo, a pesar de las tensiones familiares que siempre rodearon al líder del Fujimorismo.
La vida de Alberto Fujimori ha estado llena de episodios controvertidos y relaciones complejas. Su exilio en Japón y su segundo matrimonio con Satomi Kataoka son capítulos menos conocidos pero igualmente significativos en la biografía del exmandatario peruano. La empresaria japonesa no solo compartió su vida con Fujimori, sino que también jugó un papel activo en su carrera política, demostrando el impacto de su relación en ambos ámbitos.