Desde hace una semana, el acceso al Santuario Histórico de Machu Picchu enfrenta serias complicaciones debido a que el 16 de septiembre, un accidente ocurrido en la ruta Hiram Bingham, que conecta Machu Picchu Pueblo con la ciudadela inca, desencadenó una crisis en el servicio de transporte que hasta hoy continúa afectando a cientos de visitantes diarios.
El incidente involucró a un bus de la empresa Consettur, encargado de trasladar a los turistas desde el pueblo hacia el sitio arqueológico. Durante el trayecto, el vehículo perdió el control y terminó volcándose sobre un terraplén a varios metros de la carretera, resultando en 31 personas heridas, entre nacionales y extranjeros. Aunque la mayoría presentó lesiones menores, dos de los afectados permanecieron bajo observación debido a la gravedad de sus heridas.
Retrasos y esperas prolongadas
A raíz del accidente, la Superintendencia de Transporte Terrestre de Personas, Carga y Mercancías (Sutran) inició una investigación para revisar las condiciones técnicas de los buses operados por Consettur. Esta medida obligó a la empresa a reducir su flota activa, mientras algunos vehículos eran sometidos a revisiones técnicas, lo que ha generado un importante desabastecimiento de transporte hacia una de las siete maravillas del mundo.
La empresa de transporte, que habitualmente dispone aproximadamente de 28 buses, solo tiene en funcionamiento alrededor 15 unidades, según señalaron guías turísticos y algunos visitantes que llevan días esperando para poder ascender a la ciudadela. La disminución de la flota se tradujo en largas filas de turistas que, desde la madrugada, buscan asegurarse un lugar para subir al recinto histórico.
De acuerdo con medios locales, se estima que cada 25 minutos más de 180 turistas quedan varados debido a la falta de vehículos, lo que ha generado frustración y malestar entre los visitantes. Las colas, que habitualmente ocupan la calle principal de Machu Picchu Pueblo, ahora se extienden hasta áreas periféricas, con turistas aguardando durante varias horas.
Los turistas no solo deben lidiar con la espera prolongada, sino también con la incertidumbre de si podrán visitar el santuario antes de que anochezca. Muchos de ellos corren el riesgo de perder su transporte de regreso a Cusco, lo que altera sus planes de viaje, además de implicar gastos adicionales no previstos.
Lo que se sabe sobre el accidente
El accidente que detonó esta crisis en la logística de acceso ocurrió alrededor de las 11:15 a. m. del lunes 16 de septiembre. El bus que volvía del Santuario Histórico en dirección a Machu Picchu Pueblo transportaba a 32 personas, en su mayoría turistas. Según testigos, el conductor perdió el control del vehículo en una curva pronunciada, lo que provocó que se saliera de la vía y volcara sobre un terraplén.
Las causas exactas del accidente todavía son materia de investigación, pero preliminarmente se atribuye a un fallo mecánico en el sistema de frenos del vehículo.
Este hecho trajo nuevamente a debate la seguridad en el servicio de transporte a Machu Picchu, una cuestión que ya había generado preocupación en el pasado, dado el peligroso trayecto que recorren los buses a diario. La ruta, estrecha y con pronunciados desniveles, requiere conductores altamente capacitados y vehículos en óptimas condiciones.
¿Qué hacer en casos de accidentes?
Ante cualquier accidente de tránsito o emergencia, es importante comunicarte de inmediato con las autoridades correspondientes para que puedan atender a los heridos.
- PNP: 105
- Samu: 106
- Bomberos: 116
- Ambulancias de EsSalud en Lima: 117
- Policía de carreteras: 110
- Aló Sutran: 0800 12345
Previo a subir a un bus es fundamental constatar que los vehículos cuenten con CITV y SOAT vigente, y que el conductor esté habilitado para prestar el servicio. Si el viaje dura más de cinco horas en el día o cuatro horas en la noche, dos conductores o más deben alternarse la conducción del vehículo. Cuando el viaje sea más de 20 horas, debe tener tres conductores. Asimismo, se recomienda verificar que las unidades no excedan los 90 km/h en el velocímetro de cada bus y que se respeten las señales informativas.