Las primeras alcaldesas del Perú: así fue como rompieron las barreras existentes y llegaron al poder

Estas mujeres lograron posiciones políticas clave durante una época de incertidumbre en el Perú. Su impacto marcó un antes y un después en la participación femenina.

Antes de que el voto femenino fuera una realidad consolidada en Perú, en 1945, mujeres como Dora Madueño y Angélica Zambrano sorprendieron al ser elegidas alcaldesas, marcando un cambio histórico. (La Mula)

En el contexto de la historia peruana, la participación política de las mujeres es relativamente reciente. No fue hasta 1956 que las mujeres obtuvieron el derecho al voto, y no existieron elecciones municipales hasta 1963.

Sin embargo, basta con escudriñar un poco más profundo para de descubrir que, muchos años antes, en 1945, las mujeres peruanas no solo votaron, sino que fueron elegidas como autoridades locales. Estos hechos no solo representan hitos importantes para la inclusión política femenina, sino que evidencian la lucha de las mujeres por su espacio en la política nacional.

Una conquista inesperada

La elección de mujeres como Dora Madueño en 1945 sorprendió a una sociedad que no estaba preparada para ver a las mujeres en el poder, marcando un punto de inflexión en la política peruana. (La Tribuna)

En 1945, mientras el país navegaba en un contexto político incierto, ocurrió algo que pocos hubieran imaginado. A pesar de que la Constitución de 1933 técnicamente permitía que las mujeres casadas votaran en comicios municipales, no fue hasta ese año que pudieron ejercer este derecho, pues no se realizaron elecciones locales hasta 1963.

Pero en un giro inesperado, gracias a una serie de comicios pioneros, mujeres no solo votaron, sino que algunas lograron acceder a cargos públicos.

El 26 de septiembre de 1945, Dora Madueño, una figura de la resistencia aprista, fue elegida como la primera alcaldesa de Huancané, en la región Puno, convirtiéndose en la primera mujer en ocupar dicho cargo en Perú.

Este hecho fue notable no solo por su significado en la historia peruana, sino también porque Dora fue la tercera mujer en América Latina en alcanzar una alcaldía, tras sus homólogas en Chile y México.

El contexto histórico

La presidencia de Bustamante y Rivero en 1945, con la influencia del Apra, permitió que mujeres como Dora Madueño asumieran cargos públicos por primera vez en la historia de Perú. (Luis Ugarte Ronceros)

La llegada a la presidencia de José Luis Bustamante y Rivero en 1945, representando una alianza multipartidaria que incluía al Apra, permitió que figuras femeninas como Madueño y otras apristas ocuparan puestos de poder.

Aunque el aprismo aún operaba bajo ciertas restricciones legales, su influencia en el escenario político era innegable. Fue precisamente este contexto el que abrió una ventana para que varias mujeres pudieran ingresar a la política local a través de elecciones indirectas.

Los comicios de 1945 no fueron elecciones convencionales. Las autoridades locales eran designadas por asambleas de notables, grupos formados por representantes de diversos sectores de la sociedad, como el Colegio de Abogados o la Cámara de Comercio.

Sin embargo, este sistema permitió que, a través de un proceso de votación en dos fases, Dora Madueño y otras mujeres fueran elegidas como autoridades municipales.

No fue la única

Las primeras alcaldesas de Perú no estuvieron solas en su lucha. Angélica Zambrano y otras mujeres también fueron elegidas en 1945, marcando un antes y un después en la política peruana. (La Tribuna)

Dora no fue la única mujer en asumir un cargo de importancia en esos comicios históricos. Angélica Zambrano, una maestra de Urubamba, en el Cusco, fue otra de las pioneras que se convirtió en alcaldesa.

A ellas se sumaron Susana León, en Matucana, Huarochirí, y Eva Morales, en Arequipa, quienes asumieron como tenientes alcaldesas. Todas estas mujeres pertenecían al movimiento aprista, y su elección fue celebrada por “La Tribuna”, el periódico oficial del partido.

Entre las elegidas como concejalas de Lima en ese mismo proceso estuvo María Jesús Alvarado, una destacada defensora de los derechos de las mujeres.

Su elección como concejala fue un reconocimiento tardío a una vida de lucha por la igualdad. Alvarado, quien en 1911 había ofrecido una célebre conferencia sobre feminismo, fue una de las voces más influyentes del movimiento por el sufragio femenino en el país. Su inclusión en estos comicios marcó un paso simbólico hacia la justicia social.

El apoyo de la estrella

El respaldo de Haya de la Torre a Dora Madueño en su elección como alcaldesa en 1945 reflejaba la importancia del Apra en la inclusión de las mujeres en la política peruana. (El Peruano)

La elección de Dora Madueño causó tanto revuelo que Víctor Raúl Haya de la Torre, líder del Apra, viajó personalmente a Huancané para felicitarla. Esta muestra de apoyo reflejaba la importancia que el partido atribuía a la participación de las mujeres en la política, aunque su propia legalidad como partido aún estuviera en disputa.

El aprismo, con su base popular y su arraigo en distintas regiones del país, desempeñó un papel crucial en el ascenso de estas primeras lideresas. Sus congresistas impulsaron la creación de las asambleas municipales electorales, allanando el camino para que las mujeres votaran y fueran elegidas.

Esta apertura política no solo representó un logro para las mujeres, sino que también destacó la capacidad del Apra para movilizar y ampliar su base de apoyo en las zonas rurales del país.

El primer paso

A pesar de ser pioneras, las mujeres elegidas en 1945 solo disfrutaron de un corto periodo en sus cargos, en una primavera política efímera que luego sería truncada por una nueva crisis. (El Peruano)

A pesar de la emoción que generaron estos primeros pasos hacia la inclusión femenina, la primavera política de 1945 fue efímera. Las elecciones en las que participaron estas pioneras fueron transitorias, pensadas para nombrar autoridades hasta que se llevaran a cabo comicios generales.

Sin embargo, otra crisis política en el Perú frustró estos planes, y las mujeres tendrían que esperar más de una década para volver a participar plenamente en procesos electorales. El caso de Dora Madueño es ilustrativo de las dificultades que enfrentaron estas primeras mujeres en el poder.

A pesar de su histórico logro, Madueño renunció a la alcaldía un año después de asumir el cargo. Su decisión estuvo motivada por su matrimonio, ya que su esposo, un funcionario del Ministerio de Fomento, fue trasladado a Mollendo, Arequipa, obligándola a abandonar su carrera política.