El giro de una vida marcada por la controversia y el delito ha sorprendido a muchos peruanos, ya que un personaje que antes fue sinónimo de crimen ahora brilla como creador de contenido en TikTok y emprendedor en el comercio textil de Gamarra.
Tras varios episodios de enfrentamiento con la justicia, incluyendo su arresto viral en 2017, se ha reinventado, generando tanto admiración como escepticismo.
Hoy, su historia es vista por algunos como un ejemplo de redención, mientras que otros cuestionan la autenticidad de su cambio. Ese protagonista es Johan Cristhian Maza Quezada.
La sombra del pasado
En 2017, Maza se convirtió en un rostro ampliamente reconocido en el Perú, aunque no por una razón que muchos considerarían admirable.
Su arresto por el robo de un teléfono móvil en Puente Piedra lo llevó a las primeras planas, no solo por el delito, sino por la expresión de burla que mostró al ser capturado por la Policía Nacional del Perú. Esa sonrisa desafiante le valió el apodo de “el ladrón burlón”, y desde entonces, su imagen quedó grabada en la memoria colectiva como un ejemplo de la delincuencia juvenil.
Durante ese período, fue detenido en varias ocasiones por el Grupo Terna, especializado en la lucha contra el crimen en las calles de Lima, y llegó a pasar tres meses en prisión preventiva.
Sin embargo, ese episodio parece haber sido el punto de inflexión en la vida de Johan Cristhian Maza. Lejos de continuar por el mismo camino, tomó la decisión de dejar atrás el delito para siempre. La prisión y los encuentros con la ley fueron un punto de reflexión, impulsándolo a buscar una forma diferente de ganarse la vida.
Con el paso de los años, Maza ha trabajado en cambiar su narrativa personal y hoy, tras ese oscuro capítulo, presenta una versión completamente distinta de sí mismo.
Salto a las redes sociales
Aprovechando la notoriedad que adquirió tras su arresto, Maza se sumergió en el mundo de las redes sociales, donde ha construido una plataforma en TikTok que lo conecta con miles de seguidores.
En esta plataforma, comparte fragmentos de su vida cotidiana y ofrece consejos sobre superación personal, con un enfoque particular en aquellos que, como él en su momento, han vivido al margen de la ley.
Uno de los aspectos más destacados de sus videos es la forma en que compara su vida actual con la que llevaba antes.
“Antes estaba en una esquina esperando el momento para robar un celular; ahora espero a un cliente para ofrecerle mis productos y ganarme la vida de manera honesta”, dice en uno de sus clips, generando cientos de comentarios y reacciones de sus seguidores.
Su contenido, en muchos casos, va dirigido a personas que aún se encuentran inmersas en la delincuencia, mostrando que un cambio de rumbo no solo es posible, sino que puede traer consigo nuevas oportunidades.
Un nuevo desafío
Además de su faceta como creador de contenido, Johan Cristhian Maza ha comenzado a abrirse paso en el comercio. Decidió probar suerte en el emporio comercial de Gamarra, uno de los centros más importantes de la industria textil en Lima, donde ahora se dedica a la venta de ropa, especialmente pantalones.
Esta nueva ocupación le ha permitido no solo ganarse la vida de manera honrada, sino también crear un contraste tangible con el tipo de actividades ilícitas en las que estaba involucrado años atrás.
El éxito en este nuevo rubro no ha sido fácil, pero Maza parece estar decidido a mantenerse firme en este camino. En sus videos, no solo promueve su mercancía, sino que también utiliza su experiencia en el comercio para hablar sobre perseverancia y la importancia de trabajar para obtener lo que uno quiere.
Sus seguidores, que en muchos casos provienen de entornos vulnerables, han encontrado en él un modelo a seguir. La posibilidad de salir adelante, incluso después de haber caído en el delito, es un mensaje recurrente en sus publicaciones.