En un último reporte del Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci), se dio a conocer que, en 22 regiones del Perú, se han contabilizado 361 incendios forestales. Los expertos calculan que el fuego ya arrasó con unas 5 mil hectáreas de bosques en el territorio nacional desde el 1 de julio.
“El día de hoy (viernes), a las 6 de la mañana, hemos sumado 361 incendios forestales, de los cuales 291 han sido extinguidos (...), 24 controlados y activos tenemos 46 (...). Ya hemos registrado, al día de hoy, 20 fallecidos ya sea por el fuego o por el humo, por efecto de quemaduras o por efecto de la aspiración de la toxicidad del humo”, indicó el jefe del Indeci, Juan Carlos Urcariegui, a RPP Noticias.
Lamentablemente, en las últimas horas se informó que los incendios forestales causarán aún más estragos para los peruanos, los cuales recién se verán reflejados en los próximos años. Entre ellos destacan el déficit hídrico que sufrirán varias zonas, principalmente la ciudad de Lima Metropolitana, que alberga el 30% de habitantes del Perú.
¿Lima tendrá un déficit hídrico producto de los incendios forestales?
En medio de las celebraciones por el Día Mundial de los Ríos —el cuarto domingo de setiembre—, Bram Willems, investigador de la UPCH, subrayó que Perú se encuentra entre los 20 países con mayor disponibilidad de agua en el mundo. Sin embargo, su distribución es muy desigual.
“Solo entre el 2% y 5% del agua está disponible en la costa, donde reside el 60% de la población y se genera el 80% del PBI. Esto significa que la mayoría de la economía y la población se encuentran en una zona de estrés hídrico permanente”, declaró Willems en una reciente entrevista para RPP.
“Lima depende en gran medida del agua de ríos como el Rímac, el Lurín y el Chancay, pero la disponibilidad de agua está directamente relacionada con las precipitaciones. Actualmente, vivimos una etapa de sequía que también afecta a la Amazonía, reduciendo el caudal de sus ríos”, agregó.
Asimismo, lamentó que los ríos peruanos, en lugar de ser fuentes de vida y desarrollo, son tratados como basureros. En un estudio realizado entre 2010 y 2012, se identificaron aproximadamente 1800 puntos de contaminación a lo largo del río Rímac, incluyendo relaves mineros, botaderos de basura y desagües.
En esa línea, el especialista advirtió que, producto de la intensificación de incendios forestales en la sierra y selva del país en las últimas semanas, “Lima se quedaría sin agua” ya que se está destruyendo un ecosistema que funciona en conjunto. “Estamos hablando de décadas (para la capital sufra de déficit hídrico), pero la idea no es esperar para ver si esto ocurre o no”, argumentó.
“La Amazonía funciona como una gran bomba de agua: los árboles absorben el agua y, mediante la fotosíntesis, la evaporan, formando nubes que luego generan lluvias. La deforestación reduce esta capacidad y afecta las lluvias en zonas altas, como Lima y Junín. La quema de la Amazonía también tiene un impacto global, ya que disminuye la capacidad de la región para almacenar carbono y contribuye al cambio climático”, sostuvo.
Ante este panorama, Bram Willems exhortó a las autoridades, y población en general, a reflexionar sobre el uso y cuidado que se les da a los bosques del territorio nacional. Además, subrayó la necesidad inmediata de implementar protocolos para abordar esta problemática.
“Es importante cuidar los bosques. No solo porque los bosques son bonitos y hay monitos y loritos, sino porque de eso depende la subsistencia de Lima”, aseveró.