En las últimas semanas, Perú es escenario de una devastación ambiental que sigue expandiéndose por diversas regiones. Según el último informe del Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci), 361 incendios forestales han afectado a 22 regiones del país desde julio, arrasando más de 5 mil hectáreas de bosques. La magnitud de esta catástrofe es tal que los expertos aseguran que algunos ecosistemas podrían tardar hasta 500 años en regenerarse completamente. Esta tragedia ambiental pone de manifiesto tanto las graves consecuencias del cambio climático como la falta de medidas preventivas adecuadas para enfrentarlo.
La doctora en Ciencias Naturales por la Universidad Técnica de Berlín y profesora de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), Ana Sabogal, detalló que la regeneración de un ecosistema no es un proceso inmediato. En una entrevista con RPP, detalló que los ecosistemas afectados, en particular los bosques secos, podrían necesitar siglos para restablecerse.
“No podemos restaurar un ecosistema trayendo simplemente bacterias, hongos o líquenes. Estamos hablando de procesos que llevan entre 100 y 500 años, en función de las especies involucradas y las condiciones locales”, explicó la experta.
En el caso de especies emblemáticas del bosque seco, como ciertos árboles que alcanzan edades de hasta 500 años, su recuperación será particularmente lenta. Lo mismo ocurre con los ecosistemas de la selva, que dependen de un delicado equilibrio entre flora, fauna y suelo. La especialista remarcó que el fuego no solo destruye la vegetación visible, sino que altera profundamente el suelo, que puede tardar siglos en recuperar su fertilidad.
Cambio climático y escalas inadecuadas
Los incendios forestales no solo están devastando Perú. Brasil, Bolivia y Ecuador también enfrentan una situación similar, lo que evidencia la influencia del cambio climático en la región. La doctora Sabogal mencionó que, a pesar de la disponibilidad de informes globales sobre el clima, como los del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), los datos disponibles a nivel local son insuficientes. “Nuestros mapas climáticos son genéricos, no responden a la realidad específica del terreno. Para desarrollar estrategias efectivas necesitamos información más detallada, obtenida mediante trabajo de campo en las distintas regiones del país”, explicó.
Mientras que Perú, con su gran diversidad geográfica que incluye desde valles costeros hasta picos andinos, presenta grandes retos en términos de obtención de datos climáticos precisos. Este vacío de información complica la planificación de estrategias de prevención y respuesta ante los incendios forestales, que cada año parecen incrementarse en frecuencia e intensidad. Además, el cambio en los patrones de viento y la mayor evaporación de agua provocada por el calentamiento global han aumentado la probabilidad de que estos desastres se repitan.
Consecuencias para la flora y fauna
Las especies animales también están en riesgo debido a estos incendios. El oso de anteojos ha visto su hábitat en el norte del país reducido por el fuego. El desplazamiento de esta y otras especies afecta no solo a la biodiversidad, sino también al equilibrio ecológico en zonas protegidas. Otras especies, como el mono pichico y el perezoso, también sufren las consecuencias de la fragmentación de sus hábitats.
La experta explicó que la fauna cumple un papel crucial en la regeneración de los ecosistemas. “El oso de anteojos y otros animales son fundamentales para la dispersión de semillas y el reciclaje de nutrientes. Su desaparición tendría un impacto a largo plazo en la capacidad de regeneración del bosque”, puntualizó.
La falta de medidas preventivas es un factor determinante en la rápida expansión de los incendios forestales. La doctora en Ciencias Naturales criticó la falta de un enfoque preventivo más efectivo por parte de las autoridades. A pesar de que los incendios forestales son un problema recurrente, las acciones para enfrentarlos han sido tardías y reactivas. En muchas regiones, las comunidades locales no cuentan con los recursos ni el conocimiento necesario para actuar frente a los incendios, y la capacitación de brigadas especializadas aún es insuficiente.
“El Perú tiene alrededor del 17% de su territorio en áreas naturales protegidas. No basta con esperar a que los incendios se descontrolen para actuar, necesitamos planes de contingencia y acciones preventivas que incluyan tanto a las autoridades locales como a las comunidades”, señaló.