Los bancos le negaban préstamos y decidió crear una fintech: la peruana que transformó la vida de miles de mujeres emprendedoras

La ahora empresaria creció entre las dificultades económicas de su madre y transformó ese obstáculo en una oportunidad para ayudar a otras mujeres rurales a acceder a créditos formales en Perú.

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Desde la exclusión financiera que vivió en su niñez, Fiorella fundó Tappoyo, una fintech que otorga créditos grupales a mujeres rurales, quienes ahora tienen una nueva oportunidad de crecer. (Tappoyo)
Desde la exclusión financiera que vivió en su niñez, Fiorella fundó Tappoyo, una fintech que otorga créditos grupales a mujeres rurales, quienes ahora tienen una nueva oportunidad de crecer. (Tappoyo)

Las historias de emprendimiento que surgen desde la necesidad revelan la fuerza de las personas para enfrentar las adversidades y encontrar soluciones.

Tal es el caso de Fiorella Contreras, una mujer peruana que creció viendo a su madre trabajar incansablemente en la venta de productos artesanales, sin acceso a financiamiento formal. Hoy dirige una fintech que ofrece créditos grupales a mujeres rurales en Perú, cambiando sus vidas y las de sus familias.

Ocurre que ‘Tappoyo’ ha logrado revertir un círculo de exclusión financiera, donde muchas mujeres rurales no tienen acceso a créditos debido a la informalidad de sus negocios.

Este caso demuestra que con innovación y tecnología es posible incluir a sectores históricamente marginados en el sistema financiero formal.

La inspiración

Viendo a su madre enfrentarse a las barreras del financiamiento, Fiorella decidió crear una fintech que rompiera esas limitaciones y brindara apoyo económico a mujeres rurales emprendedoras. (Andina)
Viendo a su madre enfrentarse a las barreras del financiamiento, Fiorella decidió crear una fintech que rompiera esas limitaciones y brindara apoyo económico a mujeres rurales emprendedoras. (Andina)

Fiorella Contreras nació en Tarma, Junín, y fue la menor de cuatro hermanos. Desde pequeña, ayudaba a su madre en la venta de productos artesanales. A los 8 años ya mostraba un espíritu emprendedor, vendiendo flores y productos de temporada como queques con chocolate.

Sin embargo, a pesar de su esfuerzo, su madre no lograba acceder a créditos debido a la informalidad de su pequeño negocio, lo que limitaba sus posibilidades de crecimiento.

A pesar de las dificultades económicas, Fiorella y sus hermanos lograron terminar sus estudios. A los 17 años, motivada por su hermano mayor, la joven decidió mudarse a Lima para estudiar administración bancaria. Su pasión por el emprendimiento y las finanzas creció durante esta etapa, y años después se graduó, lista para enfrentarse al mundo laboral.

Su primer gran paso fue trabajar en una startup extranjera, donde permaneció por más de una década. Durante este tiempo también estudió Ingeniería Industrial, lo que le permitió adquirir una amplia gama de habilidades en el sector financiero.

Después de 15 años de experiencia en la industria, Fiorella sintió que era el momento de seguir su propio camino como emprendedora.

Las riendas de su destino

Con su experiencia en el sector financiero y junto a su hermano, Fiorella fundó Tappoyo, una fintech que da acceso a créditos a mujeres rurales, permitiéndoles tomar el control de su futuro económico.  (Andina)
Con su experiencia en el sector financiero y junto a su hermano, Fiorella fundó Tappoyo, una fintech que da acceso a créditos a mujeres rurales, permitiéndoles tomar el control de su futuro económico.  (Andina)

Junto a su hermano Renzo, un experto en banca con más de dos décadas de experiencia, Fiorella decidió fundar un banco diferente, inspirado en la historia de su madre y en la necesidad de muchas mujeres rurales que, como ella, se enfrentan a la exclusión financiera.

Así nació en 2018 “Tappoyo”, la primera fintech en Latinoamérica dedicada a ofrecer créditos grupales a mujeres rurales, con el objetivo de empoderarlas y transformar sus vidas.

La misión de “Tappoyo” es clara: convertir a las mujeres invisibles en emprendedoras invencibles. Para lograrlo, la fintech utiliza un sistema de crédito colectivo llamado “Mujeres Pro”. Este modelo agrupa entre 8 y 15 mujeres emprendedoras de una misma localidad, que se registran en la plataforma de “Tappoyo”. En menos de cinco días, la fintech evalúa y desembolsa los créditos.

Bien chequeados

La tecnología detrás de Tappoyo permite evaluar el perfil crediticio de las mujeres rurales, brindándoles oportunidades que antes no existían para acceder a créditos y desarrollar sus emprendimientos.  (Andina)
La tecnología detrás de Tappoyo permite evaluar el perfil crediticio de las mujeres rurales, brindándoles oportunidades que antes no existían para acceder a créditos y desarrollar sus emprendimientos.  (Andina)

El uso de la tecnología, en particular la inteligencia artificial, fue clave en la creación de este sistema. La plataforma cruza información de diversas fuentes, tanto tradicionales como alternativas, para generar perfiles detallados de las solicitantes. Esto permite a “Tappoyo” evaluar de manera más precisa el riesgo y otorgar créditos de manera eficiente.

A pesar de los desafíos presentados por la pandemia, “Tappoyo” no se detuvo. Continuaron operando, participaron en programas de aceleración de startups y establecieron alianzas clave, como con la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).

En 2021, lograron convertirse en la primera fintech en Latinoamérica en desembolsar préstamos grupales a mujeres en zonas rurales, realizando más de 1,100 operaciones de crédito en su primer año.

El reconocimiento por estos esfuerzos no tardó en llegar. En 2022, “Tappoyo” ganó el “Gran Desafío Kunan”, un premio que les otorgó un capital de 50,000 soles. Un año más tarde, también fueron galardonados en la categoría de Creatividad Empresarial en los Premios ODS, organizados por Perú Sostenible.

Crecimiento para todas

Tappoyo ha demostrado un crecimiento sostenido, con planes de expansión que incluyen ofrecer créditos personales y llevar su modelo de éxito a Colombia en los próximos años.  (Andina)
Tappoyo ha demostrado un crecimiento sostenido, con planes de expansión que incluyen ofrecer créditos personales y llevar su modelo de éxito a Colombia en los próximos años.  (Andina)

Los resultados de “Tappoyo” hablan por sí solos. El 70% de las beneficiarias son mujeres solteras, el 85% de ellas ha logrado renovar su crédito, y tres de cada diez han iniciado un nuevo emprendimiento. El impacto de esta fintech ha sido significativo, no solo en términos financieros, sino también en la transformación de las comunidades rurales.

El crecimiento de “Tappoyo” sigue en ascenso. Para 2024, la fintech planea aumentar su número de beneficiarias de 3,200 a 18,000, lo que implicará un desembolso total de más de 20 millones de soles. Además, tienen en mente expandirse internacionalmente, comenzando por Colombia en 2025

Fiorella Contreras, al igual que muchas de las mujeres a las que apoya, comenzó desde abajo, enfrentando dificultades que parecían insuperables. Sin embargo, su visión y determinación la han llevado a convertirse en una pionera en el sector financiero, demostrando que con las herramientas adecuadas, cualquier mujer puede convertirse en una emprendedora invencible.

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