Una nueva banda criminal extranjera, conformada principalmente por peligrosos delincuentes venezolanos cercanos al abatido sicario el ‘Maldito Cris’, busca ganar terreno en varios distritos de Lima. Las sospechas policiales apuntan a que se vienen organizando para tomar el control de la explotación sexual y las extorsiones.
Así lo reveló un reciente informe de Reporte Semanal, donde se detalló que estos sujetos con amplio prontuario están poniendo su mira en las zonas rosas de los distritos de Lince, el Centro de Lima y San Martín de Porres.
La razón ya es conocida. En informes pasados, Infobae Perú ya reveló que la criminalidad organizada se disputa la hegemonía del cobro de cupos a trabajadoras sexuales por las jugosas ganancias que pueden conseguir con ese delito.
Según datos de la organización Capital Humano y Social Alternativo, a los que accedió este medio, solo la explotación sexual logra mover anualmente en el Perú más de 600 millones de soles.
A estos delincuentes no les interesa arriesgar su vida ni matar con total sangre fría, si logran hacerse con el cuantioso dinero que les deja poner a numerosas mujeres, en su mayoría de nacionalidad venezolana, colombiana y ecuatoriana, en una esquina o avenida de la capital a ofrecer sus servicios sexuales.
Este problema de inseguridad no es exclusivo de la criminalidad extranjera, puesto que —según reportes de inteligencia de la Policía Nacional del Perú (PNP)— también en la pugna está la organización que se hace llamar ‘One Family’, dirigida por el prófugo delincuente peruano Danny Zapata Sosa, alias ‘El Chino’.
Pese a que la PNP con sus operativos viene logrando desarticular al Tren de Aragua y sus sanguinarias facciones, aún quedan remanentes que se reorganizan para continuar con el negocio delictivo. Los ataques a balazos contra varios de sus integrantes también ha dismuido la presencia de la megabanda venezolana en varios puntos del país, pero aún no al punto de llegar a desaparecerla.
El ‘Anti-tren’, como se hace llamar el grupo de los amigos del ‘Maldito Cris’ promete terminar de desaparecer al Tren Aragua y, desde hace unas semanas, sus integrantes ya vienen teniendo un feroz enfrentamiento.
La megadabanda venezolana no se la ha puesto fácil y ya cobró la vida de dos miembros del llamado ‘Anti-tren’. El pasado 15 de agosto, de al menos 20 disparos, fue acribillado Joelvis, alias ‘380′, en San Martín de Porres. En ese mismo distrito, el último 6 de septiembre, también se acabó salvajemente con la vida de Lisando Abraham.
Pese a esto, los tratantes venezolanos del grupo vinculado a Christopher Fuentes González parece no amilanarse. En videos publicados en la plataforma TikTok, se les escucha prometer que desaparecerán al Tren de Aragua e, incluso, hacen pintas en las que se puede leer: “Es el hampa en contra del Tren. Somos ‘Anti-tren’”.
Además, en sus redes sociales, estos delincuentes también comparten fotos del Maldito Cris y Wanda del Valle Bermúdez, la conocida como ‘Bebecita del crimen’, quien está presa en Colombia. Para este grupo delictivo, de acuerdo al informe periodístico, Fuentes González es su nuevo ‘santo malandro’.
Vistas como ‘objeto sexual’
En una anterior entrevista con Infobae Perú, Ricardo Valdés, director ejecutivo de CHS Alternativo y ex viceministro de Seguridad Pública, alertó por las enormes cifras que mueve el delito de trata de personas que incluye al de la explotación sexual.
“En lo que se refiere a trata de personas, hemos calculado 1.300 millones, 700 corresponden a explotación laboral y 600 a explotación sexual. Se han tomado algunos patrones y valores que han sido calculados por la OIT, que establece que una víctima genera 7.500 millones de utilidad por año. Y eso lo hemos calculado sobre la base de unas cifras que da otra organización internacional para obtener los números”, dijo.
Andrea Querol, presidenta de CHS Alternativo, también opinó del tema a este medio: “Creo que hay una serie de situaciones que nos llevan a pensar que todo esto tiene ver con un enfoque de género, con la deconstrucción de una serie de estigmas y de roles que se le asignan a las mujeres”.
Agregó: “Esto lleva a una tolerancia social y a casi una normalización del abuso de las mujeres, de su utilización como objetos sexuales y de la cosificación no solo de ellas, sino muchas veces de niñas, niños y adolescentes”.