La tarde del miércoles 11 de septiembre, una noticia entristeció a varios sectores de la población peruana. Más de un ciudadano retomaba su jornada laboral, sin imaginar que en una casa de San Borja una vida se apagaría para siempre. Los medios de comunicación informaron sobre el fallecimiento de Alberto Fujimori, luego de que su hija, Keiko Fujimori, diera a conocer el fatídico hecho a través de sus redes sociales.
“Después de una larga batalla contra el cáncer, nuestro padre, Alberto Fujimori, acaba de partir al encuentro del Señor. Pedimos a quienes lo apreciaron nos acompañen con una oración por el eterno descanso de su alma”, escribió la lideresa de Fuerza Popular a través de su cuenta de X.
Los simpatizantes y partidarios no solo oraron, sino que también expresaron su aprecio y respeto por el otrora político con acciones concretas: asistieron al velatorio que se llevó a cabo en el Museo de la Nación. Desde el jueves 12 de septiembre hasta el sábado 14, miles de personas formaron largas filas para darle el último adiós al exmandatario.
Infobae Perú pudo constatar que el viernes 13 de septiembre, el velatorio no concluyó a las 12 de la medianoche como estaba previsto, sino que se extendió hasta las 3 de la mañana. Al día siguiente, se celebró la misa de cuerpo presente en la sede del Ministerio de Cultura. Simpatizantes y partidarios siguieron este evento religioso desde la explanada del local, donde se instaló una pantalla gigante para transmitir la ceremonia.
Luego, los restos de Fujimori Fujimori llegaron al patio de Palacio de Gobierno para el homenaje póstumo ofrecido por la gestión de Dina Boluarte, junto a sus ministros de Estado. Asimismo, congresistas de la bancada de Fuerza Popular participaron en la ceremonia. Tras las honras fúnebres al expresidente del Perú, el féretro fue trasladado al cementerio Campo Fe, ubicado en Huachipa.
Uno de estos eventos también tuvo lugar tras el fallecimiento de dos expresidentes. Además de ser homenajeados en Palacio de Gobierno, recibieron honras fúnebres tanto en el Congreso de la República como en la Catedral de Lima. Los protagonistas de estos tributos fueron Valentín Paniagua Corazao y Fernando Belaunde Terry.
Los únicos expresidentes que recibieron honras fúnebres en distintos lugares
Valentín Paniagua Corazao
El expresidente Valentín Paniagua Corazao falleció el lunes 16 de octubre de 2006, lo que llevó al Gobierno peruano a decretar duelo nacional por dos días. Un decreto supremo publicado por el Poder Ejecutivo el 17 de octubre en El Peruano oficializó la decisión. Durante este período, el pabellón nacional fue izado a media asta en edificios públicos, instalaciones militares y dependencias del Estado, tanto en Perú como en el exterior.
El decreto también establecía que el sepelio del ex jefe del Estado recibiría las “honras fúnebres correspondientes a los presidentes”.
Desde la mañana del lunes, los restos de Paniagua fueron velados en el local de Acción Popular, ubicado en el Paseo Colón, en el centro de Lima. Hasta las 16:00 horas, líderes de diferentes partidos políticos, incluida la visita del presidente Alan García, ofrecieron su respeto y condolencias.
El mismo lunes, el Congreso rindió un homenaje póstumo en el Salón de los Pasos Perdidos, con la participación de miembros de todas las fuerzas políticas. El féretro de Paniagua, cargado por miembros de la Guardia de Honor del Congreso y cubierto con la bandera peruana y pétalos de rosas, fue recibido por la presidenta del Congreso, Mercedes Cabanillas, y las vicepresidentas Fabiola Morales y Luisa Cuculiza.
La ceremonia se llevó a cabo con todos los honores correspondientes a un jefe de Estado, acompañada por la marcha de banderas interpretada por la Banda de Música de la Policía.
El diario El Peruano informó que en la Catedral de Lima se realizó una misa de responso en honor a Paniagua Corazao. Antes de este acto religioso, los ciudadanos tuvieron la oportunidad de despedirse del demócrata y acercarse al féretro. Por motivos de seguridad, el público no tuvo acceso a la ceremonia religiosa.
El medio de comunicación citado también señaló que el entonces cardenal Juan Luis Cipriani calificó al ex jefe del Estado como un hombre “bueno” que vivió con “sencillez, austeridad y verdad”. Esto ocurrió durante la homilia que pronunció en la misa de honras fúnebres.
Alan García, por su parte, ofreció un homenaje póstumo a Paniagua en el Patio de Honor del Palacio de Gobierno. El cortejo fúnebre, acompañado de autoridades, familiares y amigos, trasladó el féretro desde la Catedral de Lima hasta la sede gubernamental. El ataúd, cubierto con la bandera peruana y pétalos de flores lanzados desde los balcones de la Plaza Mayor, fue llevado desde el Patio de Honor hasta la puerta principal del Palacio donde se encontraba García Pérez.
Desde allí, los restos mortales fueron colocados en una carroza mortuoria jalada por caballos, perteneciente a los Húsares de Junín, y llevados hasta el jirón Carabaya. Desde ese punto, el cortejo se dirigió al cementerio Jardines de la Paz.
Fernando Belaunde Terry
El miércoles 5 de junio de 2002, el diario El Peruano tituló de la siguiente manera la muerte de Fernando Belaunde Terry: “Belaunde al encuentro de Violeta”. Esta noticia afectó sobremanera a la mayoría de los peruanos, quienes todavía no se habían enterado de la muerte del otrora presidente del Perú. “Unidos en el recuerdo de un Perú agradecido”, se lee en el antetítulo, una frase que daba luces del amor genuino que sentía por su esposa.
Belaunde Terry falleció a causa de un derrame cerebral el martes 4 de junio de 2002, a las 17:25 horas, en el Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas. Con este desenlace, el país declaró Duelo Nacional los días 4, 5 y 6 de junio del mismo año, según lo estipulado por el Decreto Supremo N° 044-2002.
El cortejo fúnebre del expresidente comenzó en el local de Acción Popular, ubicado en el Paseo Colón, donde se velaron sus restos. La ceremonia para trasladar sus restos inició a las 20:05 horas del día de su fallecimiento. En una demostración de respeto y pesar, el féretro fue llevado en hombros por destacadas figuras políticas, incluyendo al entonces primer vicepresidente Raúl Diez Canseco y al parlamentario Víctor Andrés García Belaunde, entre otros.
Posteriormente, la caravana fúnebre se dirigió a la sede del Poder Ejecutivo, donde llegó alrededor de las 12:30 horas del miércoles 5 de junio. Al ritmo de la Marcha de Banderas, los cadetes de las tres instituciones armadas y la Policía Nacional portaron el ataúd, cubierto con el Pabellón Nacional.
En el Patio de Honor de la Casa de Pizarro, el extinto mandatario recibió los honores correspondientes de un escuadrón del Regimiento de Caballería Escolta Presidente de la República y una compañía de la Legión Peruana de la Guardia. El entonces presidente de la República, Alejandro Toledo, acompañado por Eliane Karp, recibieron el féretro en las escalinatas de la sede gubernativa.
Luego el cortejo fúnebre entró en el gran hall, donde se realizó la ceremonia de imposición póstuma del Gran Collar de la Democracia. Sobre este acontecimiento, el diario El Peruano informó de la siguiente manera:
“Por encarnar los más altos valores nacionales, morales y democráticos, el expresidente Fernando Belaunde Terry recibió un homenaje póstumo y fue condecorado por el Gobierno peruano con el Gran Collar por la Democracia, en solemne y emotiva ceremonia realizada ayer (miércoles 5 de junio) en Palacio de Gobierno. Rafael Belaunde Aubry, hijo de Belaunde Terry, recibió la referida condecoración póstuma de manos del presidente de la república, Alejandro Toledo Manrique, quien calificó al extinto mandatario de ‘paradigma de la democracia’”.
El féretro de Belaunde Terry fue trasladado en hombros al Congreso de la República, donde se llevó a cabo una ceremonia en su honor en el hemiciclo. Durante el evento, los líderes de distintos partidos políticos pronunciaron discursos en memoria del exmandatario. Al concluir el acto, el cortejo partió hacia la Catedral de Lima.
A las 9:00 a.m. del jueves 6 de junio, el entonces cardenal Juan Luis Cipriani, arzobispo de Lima, presidió una misa de cuerpo presente en la Catedral. Esta fue la última ceremonia oficial antes de que los restos de Paniagua fueran sepultados en el cementerio Campo Fe de Huachipa a las 12:00 p.m.