El amor, ese sentimiento que suele surgir en los lugares más inesperados, ha encontrado un nuevo escenario: los supermercados.
En medio de pasillos repletos de productos, una tendencia llegada desde España está revolucionando la experiencia de compra en Perú, transformando la piña, esa fruta tropical tan conocida, en un símbolo de conexión romántica.
La práctica consiste en colocar una piña al revés en el carrito de compras, una señal que permite a los solteros identificarse entre sí. Esta tendencia, conocida como el ‘nuevo Tinder’, ha cobrado fuerza en los supermercados peruanos, donde cada vez más personas se animan a participar de este curioso juego que mezcla humor, audacia y el deseo de encontrar pareja.
La llegada de la moda a Perú
La tendencia, que se originó en los supermercados Mercadona de España, se ha extendido rápidamente en Perú. El proceso es simple: los interesados colocan una piña al revés en su carrito y recorren los pasillos, esperando encontrar a alguien con quien establecer una conexión.
La clave está en la interacción: un choque “accidental” de carritos puede dar lugar a una conversación que, con suerte, terminará en un intercambio de números de teléfono.
En supermercados como Plaza Vea, Tottus y Metro, esta moda ha comenzado a ganar popularidad, especialmente entre los jóvenes que buscan alternativas originales para conocer personas.
Si bien es cierto que las plataformas de citas como Tinder y Bumble siguen dominando el escenario digital, la piña al revés ofrece una opción más presencial y divertida para aquellos que prefieren el cara a cara en lugar de deslizar perfiles en una pantalla.
El reto de las redes
Como ocurre con muchas tendencias actuales, la piña al revés se ha viralizado en redes sociales, donde usuarios peruanos han compartido sus experiencias con esta práctica.
Uno de los videos más populares proviene del usuario de TikTok @Aunmiguel, quien documentó su propia incursión en esta curiosa tendencia. En el clip, se observa cómo dos personas chocan sus carritos, ambos con piñas al revés, y comienzan a hablar, lo que eventualmente deriva en el intercambio de números.
Otro caso destacado es el de la usuaria @perusabebien, quien decidió probar suerte en una sucursal de Metro. Aunque no consiguió una cita esa noche, documentó su experiencia con humor, mostrando cómo varios clientes participaban de la moda. “Metro es la voz”, comentó entre risas al finalizar su video, subrayando cómo este fenómeno está creando un ambiente social en lo que antes era una tarea solitaria y rutinaria.
No será lo mismo
En una era en la que las redes sociales tienen un papel preponderante en la configuración de hábitos y comportamientos, no es sorprendente que una tendencia como la piña al revés haya viajado tan rápido desde España hasta Perú.
TikTok, Instagram y otras plataformas han servido como vehículo para la expansión de esta práctica, que en cuestión de semanas ha capturado la atención de miles de usuarios.
Y es que cada video compartido, cada historia contada en redes, contribuye a la propagación de esta tendencia, lo que a su vez genera más curiosidad entre los usuarios. El boca a boca digital, sumado al atractivo de la novedad, ha convertido la piña al revés en una verdadera sensación, que sigue ganando adeptos cada día.
Este tipo de prácticas demuestra el impacto que las tendencias virales pueden tener en aspectos tan cotidianos como hacer las compras. Lo que antes era una actividad casi automática y funcional, ahora se convierte en una oportunidad para socializar, conocer gente y formar parte de un movimiento global que fusiona lo digital con lo físico.