Abel Valdivia pisó suelo peruano a pocas semanas de cumplirse un año del crimen de Christian Enrique Tirado en la fiesta del excongresista Paul García. Antes de dejar Rusia, se comunicó con Latina Noticias para dar su versión de aquella madrugada del 1 de octubre en Lince.
Valdivia confiesa que fue la persona que disparó contra el trabajador del Congreso, pero no asume su responsabilidad directa al señalar que sucedió cuando levantó su mano. En las cámaras de seguridad de la zona se evidencia la salida de Abel de su auto, pero se cae por unos segundos.
“Al ver que se acercaba con el cuchillo en la mano derecha, saco mi arma y se la muestro. Le digo, suelta el cuchillo y él me responde: ‘A ver, dispara’ y ataca a mi hermano Pedro con el cuchillo en la mano derecha, directo al cuello. Mi reacción fue levantar la mano y se dispara el arma”, manifestó.
Sin embargo, ahora Valdivia acusa a Tirado de robo de un reloj que llevaba en su muñeca. “En el auto mi amiga me dice te querían robar tu Rólex. En mi muñeca izquierda, mi Rólex de precio de 16 mil dólares”, continuó.
“Al ver los ataques, entiendo que es un robo. Abro la puerta de mi auto, que estaba estacionado a mi lado, con la intención de persuadir a los atacantes”, añadió.
Padre rechaza versión
El padre de la víctima, Simón Enrique, rechazó estas versiones de Valdivia e indicó que todo sería una estrategia para obtener su libertad. En estos momentos, el investigado cumple prisión preventiva por 18 meses en la cárcel.
“Mi hijo se corre, los que atacan son ellos. Lo corretean a mi hijo, quieren evadir sus responsabilidades de asesinato, los videos lo dicen”, declaró.
Abel también señaló que se entregó a la justicia “por voluntad” el 11 de octubre, pero la Interpol Rusia comunicó que lo habían capturado. A los pocos días, el Poder Judicial solicitó su extradición.
Además, acusó a la familia que lo amenazaron, por lo cual salió del país. Sin embargo, el investigado dejó el territorio nacional horas después de reportarse el crimen.
Extradición del sospechoso
Abel llegó alrededor de la 1:30 de la madrugada al aeropuerto Jorge Chávez, donde la familia de Tirado lo esperaba pidiendo justicia. Contra Valdivia pesa una prisión preventiva de 18 meses dada por el Poder Judicial, la cual deberá cumplir ante su extradición.
El comandante PNP Oscar Ludeña Hurtado y el suboficial de segunda PNP Piero Quesada Vega fueron designados para viajar como parte de la comisión de servicio, con un presupuesto total de 5.400 dólares para viáticos y 8.219,28 dólares para pasajes de ida.
La Oficina Central Nacional de Interpol en Perú recibió la notificación de que las autoridades rusas habían autorizado la entrega de Valdivia a las autoridades peruanas.
Por su parte, Pedro Valdivia indicó que no se acordaba de lo que había sucedido, solo que le habían intentado agredir. Asimismo, señaló que se presentó ante la comisaría para denunciar, pero la familia precisa que todo habría sido para distraer la atención y captura de su hermano, quien se escapaba a Colombia ese mismo día.
“Gritaron mi apellido... se acercan tipos a agredirme físicamente y me he defendido empujándolos. Me han querido acuchillar (...) Yo no he visto el disparo, estaba en shock, no he podido apreciar todo lo demás. He venido directamente aquí, eso es lo que ha pasado”, manifestó.