Una de las figuras más importantes de la historia del fútbol peruano es, sin lugar a dudas, Teodoro Fernández Meyzán, quien pasó a la posteridad como ‘Lolo’ y que le dedicó su carrera profesional y su vida a Universitario de Deportes, el club de su vida.
Con seis títulos obtenidos y su habilidad como delantero, Fernández dejó una huella imborrable tanto en su club como en la selección nacional y que, tras su muerte, el 17 de septiembre de 1996, sigue en la memoria de todos los fanáticos merengues.
Un comienzo prometedor
Fernández comenzó su carrera en las filas de Universitario de Deportes en marzo de 1930, en el equipo de reservas. A finales de ese mismo año, se consagró como el máximo goleador del torneo, lo que lo llevó a ser promovido al primer equipo. Su debut oficial fue el 29 de noviembre de 1931 en un amistoso internacional frente a Magallanes de Chile.
En los siguientes 23 años, defendió ininterrumpidamente la camiseta crema, obteniendo siete títulos ‘máximo goleador’ en la liga peruana y seis campeonatos nacionales con su equipo. La fidelidad y el compromiso que mostró a lo largo de su carrera lo convirtieron en un símbolo del club.
Pero el inolvidable ‘Lolo’ también fue un pilar en la selección peruana. Con la “blanquirroja”, disputó 32 partidos, anotando 24 goles. Su participación más destacada se dio en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936 y en el Campeonato Sudamericano de 1939, donde Perú se alzó como campeón.
En ese torneo, fue el máximo goleador, y hasta la fecha, sigue siendo el único futbolista peruano con dos trofeos internacionales: la medalla de oro de los Juegos Bolivarianos de 1938 y la Copa América de 1939.
Su capacidad goleadora y liderazgo en el campo lo colocan como el tercer máximo anotador en la historia del Campeonato Sudamericano, con 15 goles en seis ediciones del torneo.
El Combinado del Pacífico
Uno de los momentos más peculiares en la carrera de Fernández fue su participación en el Combinado del Pacífico, una alianza entre futbolistas de Perú y Chile. Entre septiembre de 1933 y marzo de 1934, el equipo disputó 39 partidos amistosos en Europa, con ‘Lolo’ como el máximo goleador del grupo, anotando 48 goles.
Esta gira marcó un hito en la carrera de Fernández y en la historia del fútbol sudamericano, ya que se trató de una oportunidad para que jugadores de ambos países se mostraran en el escenario internacional.
La casa lleva su nombre
El reconocimiento a la trayectoria de Teodoro Fernández alcanzó su punto más alto en 1952, cuando el club Universitario de Deportes decidió nombrar su primer estadio en su honor, mientras aún estaba en actividad.
Este es un caso único en el fútbol sudamericano, donde un recinto deportivo lleva el nombre de un jugador activo.
Además, recibió diversas distinciones a lo largo de su vida, como los Laureles Deportivos en 1952, y en 2012 fue incluido en el Salón de la Fama del Deporte Peruano.
Vida personal
Teodoro Fernández nació en 1913 en la Hacienda Hualcará, en San Vicente de Cañete, y fue el antepenúltimo de ocho hijos. Tras su retiro del fútbol profesional en 1953, “Lolo” llevó una vida sencilla y tranquila. A pesar de las complicaciones económicas, recibió apoyo del club y trabajó en diversos empleos, como en el Archivo de la Aduana del Callao y en tiendas de accesorios deportivos.
Falleció el 17 de septiembre de 1996, a los 83 años. Su sepelio fue multitudinario, con hinchas, amigos y compañeros de equipo rindiéndole homenaje. El féretro fue llevado a pie hasta la avenida Alfonso Ugarte por la cantidad de personas presentes.
Sus restos descansan en el Cementerio Parque del Recuerdo en Lurín, pero su legado sigue vivo en el corazón de los aficionados del fútbol peruano.
En total, Fernández jugó 180 partidos con Universitario, anotando 161 goles, lo que lo convierte en una leyenda viviente del club. Asimismo, en la selección nacional, mantuvo un promedio goleador notable de 0,75 por partido.
A lo largo de su carrera, no solo se destacó por su habilidad frente al arco, sino también por su lealtad a la camiseta y su compromiso con el equipo.