La empresaria nipona Satomi Kataoka, viuda del exdictador Alberto Fujimori (1990-2000), ha revelado en una carta inédita que planeaba regresar al recientemente; sin embargo, no pudo hacerlo porque, al igual que su fallecido esposo, padecía de cáncer. “Después de las elecciones presidenciales tenía la intención de visitarlo muchas veces, pero estaba luchando contra la enfermedad. Gracias a Dios pude recuperarme por completo, pero debido a los efectos secundarios, no pude hacer el viaje”, se lee en una carta en inglés, difunda este domingo por Punto Final.
Kataoka, a quien Fujimori conoció durante su exilio voluntario en Japón, se declaró devastada por el deceso del exautócrata, sepultado el último sábado en un cementerio privado de la periferia de Lima. Se trata del primer pronunciamiento público después de años de silencio y anonimato. “Siempre tuvo su corazón con el pueblo de Perú. Esta noticia repentina aún no ha sido asimilada, y los recuerdos de mi tiempo con él vuelven a inundarme como una linterna giratoria. Era un hombre amable, sincero y honesto”, señaló.
“Durante el exilio y su encarcelamiento en Perú, le brindé apoyo tanto emocional como material. Creo que reflexionó profundamente y resumió su propia vida. Desde el fondo de mi corazón, ofrezco mis más sinceras condolencias. Muchas gracias. Adiós al presidente que amé como un padre. Cuando renazcamos, espero volver a encontrarme con él. No puedo contener las lágrimas”, siguió.
La empresaria hotelera también mencionó el vínculo que Fujimori mantuvo con su hijo, Shinnosuke Kataoka, fruto de su único matrimonio anterior. “Gracias también por cuidarlo tanto”, apuntó en las líneas finales. De acuerdo con el dominical, el exautócrata se comunicaba con él frecuentemente, e incluso le contó que ya no podía dormir por el dolor que le producía su enfermedad neoplásica.
La carta fue propiciada por los realizadores audiovisuales Juan Zacarías y Patricia Zumaeta, quienes la conocieron en Chile y mantienen comunicación constante con Shinnosuke.
El exdictador pasó los últimos años de su exilio en el Princess Garden Hotel del barrio tokiota de Meguro, propiedad de Kataoka, quien es también autora de libros. El matrimonio en ausencia fue registrado en Tokio en 2006, cuando él se encontraba detenido en Chile y sometido a un proceso de extradición solicitado por el Gobierno peruano por violación de los derechos humanos y otros delitos de corrupción.
Los poderes documentales, imprescindibles para celebrar la unión, fueron registrados en el ayuntamiento de Shinagawa y presentados por un empleado del hotel Princess Garden. Fujimori, con 67 años entonces, describió el acontecimiento como “el día más feliz” de su vida, mientras que Kataoka, de 39 años, prometió “dedicar su vida” a protegerlo, de acuerdo con documentos citados por la agencia EFE.
Ese mismo año, la empresaria, quien ahora podría recibir la pensión vitalicia del exautócrata, llegó a Lima para confirmar su matrimonio durante un mitin de cierre de campaña en el que la exlegisladora Martha Chávez era candidata presidencial. Meses antes, se había reunido con las hijas que Fujimori tuvo con Susana Higuchi, quien se divorció de él en 1994 tras acusarlo de secuestro y torturas con electroshock dentro del complejo militar conocido como el Pentagonito.
José Alejandro Godoy, investigador y autor de El último dictador, dijo a La República que la última vez que se supo de Kataoka fue en 2009, cuando expresó su descontento por la sentencia a 25 años de cárcel impuesta a exdictador por su responsabilidad en dos matanzas y dos secuestros.
“De ahí en adelante no se ha tenido conocimiento de la relación real y si ese matrimonio fue disuelto en Japón o si se mantiene (...) La familia Fujimori no ha dado ningún tipo de información al respecto. En el 2008, ella confesó que la relación matrimonial se dio para tratar de ayudarlo a evitar el proceso de extradición”, agregó.
Fujimori falleció a los 86 años por las complicaciones de un cáncer. A la ceremonia fúnebre asistieron los hijos y familiares más cercanos, así como representantes del partido fujimorista, mientras que cientos de sus seguidores permanecieron en otra zona cercana del camposanto.
Keiko, lideresa de Fuerza Popular y su heredera política, no hizo mención de Kataoka, aunque sí de su madre. “Mi papá quiso ser enterrado acá. Su primera salida en libertad fue venir acá. Saliendo me dijo ‘gracias por traerme, yo también quiero estar acá; no al lado, pero sí cerca de tu mamá' (Susana Higushi). A pesar del divorcio, tan duro para nosotros, los hijos, finalmente, (ellos) se amistaron”, afirmó.