El Ministerio del Interior no ha cumplido con pagar la recompensa a un grupo de colaboradores que facilitó la captura de seis altos mandos del último reducto de Sendero Luminoso en el Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem), donde operan en asociación con el narcotráfico.
Según un informe difundido este viernes por Hildebrandt en sus Trece, muchos de estos colaboradores —que en los reportes reservados aparecen bajo nombres falsos como ‘Coco’, ‘Pepe’, ‘Crespo’ o ‘Andreino’— han sido fundamentales en las operaciones.
Para los miembros del grupo terrorista liderado por Víctor Quispe Palomino, alias ‘Camarada José', son vistos como traidores sin valor. Sin embargo, su trabajo es esencial para la Dirección Contra el Terrorismo (Dircote), cuyo objetivo es neutralizar los remanentes en esa extensa región de selva montañosa de donde sale aproximadamente la mitad de la cocaína que produce Perú, considerado el segundo productor mundial de esta sustancia, después de Colombia.
De acuerdo con la revista de investigación, la cartera dirigida por el ministro Juan José Santiváñez no ha desembolsado hasta la fecha los pagos estipulados por la Ley del Sistema de Recompensas. El ministerio ofrece hasta dos millones de soles por información que conduzca a la captura de un integrante del Comité Permanente, como ocurrió con José Quispe Zúñiga (24) y Hugo Gabriel Quispe Vargas (23), hijo y sobrino del líder del ‘camarada José'.
José Quispe, considerado el “hijo predilecto” del camarada, había ascendido rápidamente dentro de la organización terrorista hasta convertirse en el primero del Comité Permanente y destinado a heredar la dirección del grupo. Gabriel Quispe, por su parte, ocupaba el segundo puesto en el Comité Permanente. En el mismo operativo realizado en noviembre de 2023, también fueron capturados Jheyson Andrés Ramos, hijo de los camaradas ‘Yuri’ y ‘Nélida’, quien era el séptimo en la línea de mando, y Romeo Campos Manzanilla, integrante de la fuerza de avanzada.
La caída de estos miembros clave generó un cisma en la cúpula de la banda. Veteranos de la organización, como el ‘camarada Antonio’, acusaron a José de haber dejado el liderazgo en manos de cuadros sin la experiencia suficiente. En una serie de operativos entre agosto y septiembre del mismo año, las fuerzas de seguridad también detuvieron a José Noguera Labra, conocido como “Tío Julio”, y a Mauro Navarro Ramos.
Estos últimos eran piezas clave en el atentado que costó la vida a siete policías en Pichari. Por la detención de combatientes como Marco Quispe Vargas y Alexis Berrocal Matute, implicados en el mismo ataque, la recompensa asciende hasta los 100,000 soles, la misma cifra prometida por la captura de ‘Tío Julio’ y Navarro Ramos.
Cada operación de la Dircote está precedida por meses de trabajo de campo realizado por estos colaboradores, quienes han logrado mimetizarse con la población local y han creado una red efectiva de informantes. Sus aportes son vitales no solo por su conocimiento del terreno, sino también por su entendimiento de las dinámicas internas del grupo terrorista. “Sin ellos no podríamos ingresar a la zona”, afirmó un oficial.
Se trata de exsenderistas arrepentidos que dejaron la organización, se aliaron con la Dircote y se convirtieron en enemigos acérrimos para la banda terrorista, que los considera “excremento de perro” y busca eliminarlos. Una fuente de la división policial informó que hace casi un año que los colaboradores están esperando el pago de la recompensa prometida.
En el Vraem, que permanece en estado de emergencia desde hace más de una década, el narcotráfico convive con los remanentes de Sendero Luminoso, grupo que bajo una bandera maoísta desató un conflicto armado interno entre 1980 y 2000, dejando más de 69,000 víctimas, según la Comisión de la Verdad y Reconciliación.