Bolivia atraviesa varias crisis simultáneas que están afectando profundamente su economía y estabilidad. A su problema de falta de dólares y recursos energéticos para subsistir se le ha sumado la tragedia ambiental de los incendios forestales que han consumido más de 4 millones de hectáreas de bosques y pastizales.
La situación en el país andino no da para más porque el daño es irreversible. No hay una cifra exacta sobre la cantidad de animales que han muerto abrazados por el fuego. Solo en la región Chiquitania, la más afectada por las emergencias, se estima que alrededor de 1.200 especies de animales vertebrados, desde aves hasta peces, han muerto. Además, de 1.000 especies de flora que ya han desaparecido.
Hoy, los bolivianos han vuelto a usar mascarillas, como en tiempos de pandemia, debido a que en algunas zonas la calidad del aire ha llegado a niveles alarmantes, alcanzando hasta 240 microgramos de partículas contaminantes por metro cúbico (PM2.5). Este nivel, extremadamente dañino para la salud, supera con creces el límite seguro de 10 microgramos establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Antes de los incendios, la población boliviana ya estaba sumida en una ola de protestas por la crítica situación económica, que les impedía afrontar los elevados precios de los productos de la canasta básica, además de la escasez de productos esenciales, como medicamentos, y la falta de gas y combustible. Y ahora, se ha anunciado un nuevo despliegue de la ciudadanía, esta vez, convocada por el expresidente boliviano Evo Morales.
El 03 de septiembre, el Movimiento Al Socialismo (MAS), liderado por Evo Morales, convocó una marcha de que duraría seis días en protesta contra el gobierno de Luis Arce. La movilización denuncia la falta de soluciones a la crisis económica, la escasez de dólares y recursos energéticos, y el manejo de los incendios forestales.
Además, una facción de los Ponchos Rojos, junto con organizaciones indígenas del altiplano, ha anunciado un cerco a la sede de Gobierno en La Paz, exigiendo la renuncia del presidente boliviano Arce y otras autoridades, además del adelanto de elecciones. Cabe mencionar que se han registrado varias manifestaciones de ambientalistas en los últimos días, una de las cuales fue dispersada con gas lacrimógeno por la policía en La Paz.
¿Cómo afecta al Perú y su moneda?
Cada vez que Bolivia atraviesa una crisis, las repercusiones se sienten en los países vecinos, como Perú. En este caso, la inestabilidad económica, política y ambiental boliviana afecta el comercio fronterizo, particularmente en la zona de Desaguadero (Puno), donde el mercado informal de dólares y soles peruanos tiende a verse influenciado por la falta de divisas en Bolivia.
Según la consulta realizada por Infobae Perú, en la zona peruana de Desaguadero, el 14 de septiembre el dólar se cotiza entre 10.7 y 10.9 bolivianos. En cuanto al sol, su cotización varía entre 2.77 y 2.95 soles por dólar. Cabe destacar que las cifras pueden fluctuar dependiendo de la cantidad de dólares y soles involucrados en las transacciones.
Es necesario mencionar que, son pocos los cambistas informales que aceptan bolivianos debido a la inestabilidad de la moneda, por lo que los visitantes al lado peruano deben primero convertir los bolivianos a soles antes de poder acceder a las divisas estadounidenses.
“Se ha caído el peso boliviano, demasiado. Los bolivianos no quieren su plata, quieren más soles, porque su moneda está muy desvalorizada”, afirmó una vendedora entrevistada por Canal N hace unos días.