Velorio de Alberto Fujimori: ¿hasta qué hora se puede acudir a despedir al expresidente en el Ministerio de Cultura?

El funeral del exmandatario peruano se lleva a cabo en la Sala Nazca con visitas abiertas al público desde las 6 de la mañana

Velorio de Alberto Fujimori en el Ministerio de la Cultura

El féretro del exmandatario Alberto Fujimori, fallecido el pasado 11 de septiembre a los 86 años, reposa en Lima, en la sede del Ministerio de Cultura. La noticia fue confirmada por su hija Keiko Fujimori a través de la red X: “Después de una larga batalla contra el cáncer, nuestro padre, Alberto Fujimori, acaba de partir al encuentro del Señor. Pedimos a quienes lo apreciaron nos acompañen con una oración por el eterno descanso de su alma. ¡Gracias por tanto papá!”.

Su funeral se lleva a cabo en la Sala Nazca, ubicada en el primer piso de la institución, desde ayer 12 de septiembre. La ceremonia de duelo continuará hoy hasta la medianoche, y las puertas estarán abiertas nuevamente mañana sábado 14 de septiembre desde las 06:00 horas de la mañana en el primer piso de la sede del Mincul y posteriormente será trasladado al cementerio Campo Fe de Huachipa para recibir cristiana sepultura.

La despedida oficial incluirá una misa, programada horas antes del entierro. Esta información fue compartida en redes sociales por el congresista César Revilla, miembro del partido político dirigido por Keiko. El Mincul a través de sus redes sociales, informó sobre el horario del velorio, que extenderá sus actividades hasta el horario tardío para recibir a los ciudadanos que pasen a despedirse del expresidente. El sábado se realizará una última visita hasta que el féretro se traslade al cementerio.

Miles de personas llegan al Ministerio de Cultura para darle el último adiós a Alberto Fujimori.

El gobierno ha dispuesto tres días de duelo nacional por la muerte del exmandatario Alberto Fujimori. Según lo publicado en el diario oficial El Peruano, esta medida implica que la bandera nacional ondeará a media asta en edificios públicos, buques, bases militares y misiones diplomáticas.

Alberto Fujimori Fujimori, ingeniero agrónomo e hijo de inmigrantes japoneses, llegó a la presidencia del Perú en 1990 y se mantuvo en el poder por más de una década. Asumió el mandato en plena crisis económica y terrorismo desbordado. Su gobierno, sin embargo, quedó marcado por un conjunto de decisiones y actos autoritarios, incluyendo el famoso autogolpe de 1992, cuando disolvió el Congreso y reformó la Constitución para consolidar su poder. Este acto no solo violentó las instituciones democráticas, sino que fue el preludio de una serie de políticas controvertidas y violaciones a los derechos humanos.

El legado de Fujimori incluye no solo los delitos cometidos directamente bajo sus órdenes, como las esterilizaciones forzadas y las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta, sino también aquellos crímenes que toleró y permitió dentro de su administración. A pesar de ello, nunca admitió ninguna culpa ni mostró arrepentimiento. Su gobierno terminó abruptamente en 2000, en medio de un escándalo de corrupción y un tercer mandato no autorizado que socavó aún más la frágil democracia peruana

Kenji Fujimori junto al ataúd de su padre, el expresidente Alberto Fujimori, durante su velorio en Lima, Perú, el jueves 12 de septiembre de 2024. (AP Foto/Guadalupe Pardo)

Controversias en el velorio de Alberto Fujimori

El abogado de la familia, Elio Riera, fue retirado de la residencia del expresidente por haber informado sobre la muerte sin el consentimiento de los familiares, según declaraciones del congresista Alejandro Aguinaga en una entrevista televisiva. Estas “fuertes declaraciones” han añadido tensión al ya emotivo evento.

El fallecimiento de Fujimori ha resonado ampliamente en Perú, generando diversas reacciones entre la población. Figuras políticas y simpatizantes del expresidente se han congregado para rendirle homenaje en una despedida marcada por la solemnidad y la reflexión sobre su legado.

Captura de mensaje publicado por Elio Riera

Fujimori, quien gobernó Perú durante una de sus décadas más tumultuosas, sigue siendo una figura divisoria. Las estrategias políticas y prácticas durante su administración dejaron una huella indeleble en la historia del país.

Hoy, el juicio histórico sobre Fujimori continúa, evaluando una figura que, como todos los tiranos que hallaron su fin sin admitir responsabilidad alguna, deja un legado complejo y polémico. Fujimori encarnó el auge de un tipo de liderazgo que prometía soluciones rápidas en tiempos de crisis, pero que a la larga debilitó la institucionalidad y sembró divisiones profundas en la sociedad peruana.

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