La sequía está golpeando severamente al lago Titicaca, y las consecuencias se sienten de manera alarmante en Puno. De acuerdo con Francisco Aquise, el expresidente de la Cámara de Comercio, Producción y Turismo de Puno, en diálogo con la Red de Comunicación Regional, el nivel del agua del lago ha descendido notablemente desde el año pasado, afectando las actividades económicas y sociales de la región.
La falta de agua está incidiendo negativamente en el transporte lacustre y la operación de los muelles, dejando sólo el muelle principal en funcionamiento. Otro de los impactos significativos de este descenso es la producción agrícola.
Aquise indicó que la escasez de lluvias ha afectado el sembrío de granos andinos como la quinua y el café, así como la producción de forraje que alimenta al ganado vacuno y ovino. La industria lechera también enfrenta problemas debido a esta escasez, poniendo en riesgo los medios de subsistencia de muchas familias en la región.
El descenso del nivel del agua está acompañado de serios problemas ecológicos. Según Sixto Flores, director zonal 13 de Senamhi Puno, el lago Titicaca ha bajado 42 centímetros en los últimos seis meses y podría romper récords alarmantes si la situación continúa. La falta de lluvias no sólo afecta al lago, sino también a sus ríos afluentes, exacerbando la crisis.
Sixto Flores también expresó que la falta de lluvias es un fenómeno que afecta a varias regiones del Perú, mencionando que incluso el nivel del Río Amazonas ha descendido y ha dificultado el traslado de alimentos. Esto refleja una situación mucho más amplia y preocupante que no se limita a un solo lugar.
Ante esta emergencia, Francisco Aquise instó a las autoridades a tomar medidas urgentes y resaltó la necesidad de gestión binacional del río Desaguadero para cerrar las compuertas que permiten la salida de agua del lago hacia Bolivia. Además, criticó la falta de medidas preventivas y la improvisación de las autoridades locales, en parte debido a la crisis política y social que atraviesa el país.
A nivel de turismo, aunque las actividades turísticas han continuado desarrollándose con normalidad, Aquise advirtió que existe un riesgo latente de que la situación del transporte impacte directamente el sector. Sin embargo, en la actualidad, el impacto ha sido indirecto, afectando principalmente la logística de embarque y desembarque.
En última instancia, la crisis está generando graves impactos en la economía regional. El descenso continuo del agua podría empeorar aún más los problemas existentes, afectando sectores clave como la agricultura y el turismo, que son fundamentales para muchas familias en Puno.
Bajo nivel de agua superaría el descenso histórico de 2023
Desde el año pasado, el lago Titicaca enfrenta una crisis histórica. El descenso en este cuerpo de agua dulce compartido por Perú y Bolivia ha descendido a su punto más bajo debido a la falta de lluvias y al calor extremo, lo que amenaza la sustentabilidad de la región y la calidad de vida de sus habitantes.
Autoridades del Servicio Meteorológico de Perú informaron que desde abril de 2023, el nivel del agua ha caído más de medio metro, situándose en 3.808,05 metros sobre el nivel del mar. Este descenso supera el récord histórico más bajo registrado en diciembre de 1996, cuando el nivel del lago era de 3.808,10 metros sobre el nivel del mar.
Situado en la meseta de los Andes, Titicaca es el lago de agua dulce más grande de América del Sur, cubriendo aproximadamente 8.400 kilómetros cuadrados. Además, es el lago navegable comercialmente más alto del mundo. Su posición geográfica y características únicas lo convierten en un recurso vital para cerca de dos millones de personas en la región, quienes dependen de él para obtener agua potable.
Sin embargo, la situación se complica debido a la contaminación ambiental. Global Nature Fund ha designado al lago Titicaca como el “lago amenazado del año 2023″, subrayando la gravedad del problema. La mayor parte de las aguas residuales de las ciudades y minas circundantes desemboca en el lago sin recibir tratamiento adecuado, lo cual afecta negativamente la calidad del agua.