El expresidente del Perú, Alberto Fujimori, murió el 11 de septiembre de 2024, exactamente tres años después del fallecimiento de Abimael Guzmán, fundador y líder del grupo terrorista Sendero Luminoso. Ambos personajes políticos, declarados responsables de matanzas, dejaron de existir a los 86 años.
El deceso del expresidente de la República del Perú se produjo en la casa de Keiko, en el distrito de San Borja, meses después de haber recuperado su libertad. Precisamente fue su hija quien confirmó a la opinión pública la partida del otrora político.
Por su parte, el líder de Sendero Luminoso murió el 11 de septiembre de 2021 en el Centro de Reclusión de Máxima Seguridad de la Base Naval del Callao, donde cumplía cadena perpetua.
Dos bandos enfrentados en el conflicto interno
Sendero Luminoso inició su insurgencia en 1980, con la intención de instaurar un régimen maoísta en Perú. El conflicto se intensificó en el lapso de esa década, primero en las zonas rurales y luego en las ciudades, como la capital del país.
En ese contexto, Alberto Fujimori asumió la presidencia en 1990. Desde el inicio de su mandato, el entonces jefe de Estado declaró la lucha contra el terrorismo como una prioridad.
Así, implementó estrategias como la creación del SIN (Servicio de Inteligencia Nacional) bajo el control de Vladimiro Montesinos. Su objetivo era la identificación y captura de líderes insurgentes de Sendero Luminoso.
Por su parte, las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional realizaron operativos en las áreas más afectadas por la organización terrorista.
Asimismo, Fujimori implementó leyes que otorgaban mayores poderes a las fuerzas de seguridad y endurecieron las penas para los crímenes relacionados con el terrorismo. Sin embargo, ambas partes, tanto Sendero Luminoso como las fuerzas del gobierno, fueron responsables de graves violaciones de derechos humanos.
La organización terrorista cometió masacres, asesinatos y atentados, mientras que las fuerzas de seguridad del Estado fueron acusadas de ejecuciones extrajudiciales, desapariciones y torturas.
La Operación Victoria, llevada a cabo en 1992, resultó en la captura de Abimael Guzmán, un golpe significativo para Sendero Luminoso y un impulso de popularidad para el gobierno de Fujimori.
En el 2001, se estableció la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) para investigar los crímenes cometidos durante el conflicto. Su informe final estimó que alrededor de 70,000 personas murieron o desaparecieron como resultado de la violencia.
Este conflicto armado interno dejó heridas profundas en la sociedad peruana, con un alto costo en vidas humanas y daños socioeconómicos.
Actos fúnebres por la muerte de Fujimori
Conforme al Reglamento Ceremonial de Estado, se informó que, tras el fallecimiento de un exmandatario, se izará a media asta el Pabellón Nacional en edificios públicos, bases militares, buques, establecimientos policiales y demás dependencias del Estado. Asimismo, se decreta Duelo Oficial para el día de la inhumación de los restos, como una muestra de respeto y consideración a su alta investidura.
El traslado de los restos de un expresidente suele ser un evento privado. En el caso de Fujimori, se llevará a cabo en la intimidad familiar antes de las honras fúnebres. Estas ceremonias contarán con la presencia del actual presidente o presidente del Perú o un representante designado oficialmente, según el artículo 59 del reglamento estatal.
Es importante destacar que en el funeral se rinden honores similares a los de un presidente en funciones. Este reconocimiento incluye reconocimientos militares y ceremonias conforme al Reglamento del Ceremonial Terrestre. Además, se extienden los protocolos del Protocolo Militar de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional.