Un equipo multidisciplinario de investigadores logró desenterrar evidencias que sugieren la supervivencia de la lengua originaria de la antigua cultura Chachapoyas, una civilización que habitó la zona nororiental de lo que hoy es Perú. Este hallazgo podría transformar la comprensión de las dinámicas culturales y lingüísticas de la región durante el periodo colonial temprano. El equipo, conformado por antropólogos y lingüistas de distintas instituciones, documentaron una serie de pruebas que revelan que la lengua chacha, atribuida a la cultura Chachapoyas, siguió siendo utilizada hasta principios del siglo XVII.
El descubrimiento clave proviene de un expediente colonial que data de 1617, hallado en el Archivo Regional de Amazonas por el investigador José Rodríguez de la Universidad Nacional de Cajamarca. En este documento, se detalla la visita de funcionarios de la corona española al repartimiento de Yapa, ubicado en la actual provincia de Bongará, en Amazonas. Los visitadores españoles relataron que la población indígena local se comunicaba en su lengua nativa, llamada ahora chacha, además de utilizar el quechua para interactuar con las autoridades coloniales. Este hecho contradice la creencia anterior de que el quechua, traído por los incas, había reemplazado completamente las lenguas autóctonas en la región.
Según la antropóloga Michaela Ziemendorff, de la Universidad de Bonn, Alemania, declaró para la Agencia Andina, este descubrimiento proporciona evidencia de que la lengua chacha no solo sobrevivió a la dominación incaica, sino que también persistió durante décadas tras la llegada de los colonizadores españoles. Este hallazgo da a conocer la resistencia cultural de los pueblos indígenas frente a los procesos de imposición lingüística y cultural tanto por parte de los incas como de los españoles.
La cultura Chachapoya y su relación con los Incas
La cultura Chachapoya, famosa por sus impresionantes construcciones de piedra, como la fortaleza de Kuélap, se desarrolló en las vertientes orientales de los Andes peruanos, entre los ríos Marañón y Huallaga, entre aproximadamente 800 d.C. y su integración en el imperio incaico a finales del siglo XV. Las crónicas españolas y los relatos incaicos narran los intensos esfuerzos de los ejércitos del Inca para someter a los chachapoyas, una sociedad conocida por su ferocidad en la batalla y su fuerte sentido de independencia.
Los intentos incaicos de dominar al pueblo amazónico se desarrollaron en varias etapas, comenzando con las campañas militares de Túpac Yupanqui y continuando bajo el gobierno de Huayna Cápac. Sin embargo, los chachapoyas se rebelaron en más de una ocasión, lo que llevó a los incas a utilizar estrategias de reubicación forzada, trasladando a miles de chachapoyas a diferentes partes del imperio como mitmaqkuna (comunidades desplazadas que eran usadas para consolidar el control imperial). Esta estrategia, sin embargo, no eliminó por completo la cultura ni la lengua chacha, como ahora lo demuestran las nuevas evidencias.
El rol de los Chachapoyas en el Tahuantinsuyo
A pesar de las tensiones y la violencia, los Chachapoyas no fueron completamente marginados dentro del Tahuantinsuyo. Se sabe que muchos de ellos fueron reclutados como soldados y sirvientes dentro del ejército incaico. En algunos casos, destacaron como miembros de la guardia personal de Huáscar, el emperador inca que gobernaba al estallar la guerra civil que debilitó al imperio justo antes de la llegada de los conquistadores españoles.
Las crónicas coloniales describen a los Chachapoya no solo como guerreros, sino también como agricultores expertos, constructores de puentes y habilidosos en la medicina natural. Además, algunas fuentes españolas mencionan a los Chachapoya como tejedores talentosos, capaces de producir textiles de alta calidad que eran altamente valorados tanto por los incas como por los españoles.
El impacto del hallazgo en la comprensión de la región
El descubrimiento de la supervivencia de la lengua chacha sugiere que la interacción entre las culturas inca y chachapoya fue más compleja de lo que se había entendido previamente. Durante mucho tiempo, se asumió que la llegada de los incas a la región noramazónica resultó en una rápida asimilación cultural, en la que el quechua se impuso como lengua dominante. Sin embargo, la evidencia encontrada en Yambrasbamba indica que la cultura Chachapoya pudo haber mantenido un mayor grado de autonomía lingüística de lo que se creía.
Esta nueva perspectiva plantea interrogantes sobre cómo los pueblos indígenas en la región interactuaron con los sistemas de poder impuestos por los incas y los españoles. El hecho de que la lengua chacha persistiera hasta bien entrado el siglo XVII propone que la transición hacia el quechua y, más tarde, al español no fue un proceso uniforme ni inmediato. Por el contrario, parece que las lenguas locales continuaron jugando un papel significativo en la vida cotidiana de los pueblos indígenas, al menos durante varias generaciones después de la conquista.
A pesar de solo ser algunos apellidos y lugares
La investigación publicada en la revista chilena Chungara resalta el análisis lingüístico de los nombres indígenas y topónimos registrados en el expediente de 1617. Estos nombres proporcionan pistas valiosas sobre la lengua chacha y permiten a los investigadores reconstruir parcialmente el panorama lingüístico de la región durante el periodo colonial temprano. Según Jairo Valqui Culqui, lingüista de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, el análisis de estos nombres sugiere que la lengua chacha tenía características monosilábicas y que su estructura gramatical era marcadamente diferente al quechua y otras lenguas andinas.
Uno de los desafíos que enfrenta el equipo de investigadores es la escasez de evidencia directa sobre la lengua chacha. Hasta ahora, solo unos pocos nombres de lugares y apellidos parecen tener origen en esta lengua. Uno de los ejemplos mencionados por los investigadores es el término “Pajuro Lope”, que fue identificado como de probable origen chacha. Aunque estos indicios son fragmentarios, proporcionan una base para futuros estudios que podrían arrojar más luz sobre la estructura y el vocabulario de esta lengua desaparecida.
El hecho de que la lengua chacha sobreviviera durante tanto tiempo después de la conquista incaica ofrece un testimonio de la resiliencia cultural de los Chachapoya. Aunque finalmente fueron absorbidos por el imperio incaico y, más tarde, por el sistema colonial español, parece que lograron mantener aspectos cruciales de su identidad cultural, al menos en el ámbito lingüístico.