En los últimos años, el fenómeno de la migración viene cobrando una relevancia importante en el Perú. Según datos recientes del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), más de 3,4 millones de peruanos residen en el exterior, una cifra que representa no solo una tendencia migratoria, sino también un reflejo de la realidad que enfrenta el país. Este éxodo, motivado principalmente por la falta de oportunidades y un contexto económico incierto, ha dejado marca en todas las capas sociales.
Una encuesta encargada por el diario Perú21 y elaborada por Ipsos reveló un dato alarmante: el 57% de los peruanos encuestados expresó su disposición a dejar el país en busca de mejores horizontes. Esta cifra refleja un sentimiento generalizado de desesperanza y descontento que afecta no solo a profesionales cualificados, sino también a estudiantes, empleados y personas sin formación específica.
En palabras de Minerva Izaguirre, una diseñadora peruana que migró a los Estados Unidos y reside actualmente en Nueva York habló con Infobae Perú y detaló que: “Muchos se van para estudiar o trabajar en otros países, no necesariamente a Estados Unidos. Lo que impulsa a muchos es el deseo de seguir evolucionando en sus carreras y buscar otras oportunidades en mercados más grandes”.
El grupo más vulnerable es la juventud
Los jóvenes se perfilan como el grupo más dispuesto a emigrar. El 76% de los peruanos de entre 18 y 25 años desea buscar un futuro fuera de las fronteras nacionales. Este segmento, compuesto por recién graduados y jóvenes profesionales, se enfrenta a un mercado laboral nacional que no parece ofrecerles las oportunidades que necesitan para desarrollarse. Así lo confirma la diseñadora peruana: “El deseo de seguir creciendo y evolucionando en mi carrera fue lo que realmente me impulsó a venir acá”.
El segmento de peruanos de entre 26 y 42 años no se queda atrás. Con un 59% dispuesto a emigrar, este grupo de jóvenes adultos también ve en el extranjero una opción más prometedora. Para muchos de ellos, la emigración representa no solo un reto, sino una oportunidad para poner a prueba sus capacidades en contextos más competitivos y exigentes.
Un mal que se podría evitar
La fuga de talentos tiene implicancias significativas para el país. A medida que más jóvenes profesionales deciden buscar oportunidades en el extranjero, el Perú se enfrenta a una pérdida considerable de capital humano. Las competencias y conocimientos que estos jóvenes podrían haber aplicado en el crecimiento económico y social del país se ven exportados a otros lugares donde las condiciones laborales son más favorables.
Minerva Izaguirre es un ejemplo claro de cómo el talento peruano se desplaza hacia mercados internacionales en busca de crecimiento. Arquitecta y estratega de diseño, dejó Perú para buscar nuevas oportunidades en los Estados Unidos. “El primer desafío fue estar lejos de la familia y adaptarme a un nuevo idioma y cultura. Pero vine equipada con mucho apoyo de mi familia y amigos. Mi experiencia pasada también me ayudó a seguir persiguiendo mis sueños”, comenta la peruana que ahora conquista las calles de Nueva York.
Izaguirre, quien actualmente colabora con consultoras internacionales, supo aplicar su experiencia para evolucionar hacia el diseño de estrategias empresariales. “Tener mis propios negocios y una mentalidad empresarial me abrió caminos y despertó mi curiosidad hacia otros aspectos. La arquitectura es una disciplina convencional, pero muchos arquitectos, incluyéndome, están evolucionando hacia el diseño de estrategias y experiencias”, relata.
Para los jóvenes diseñadores peruanos que buscan expandir sus horizontes fuera del país, la experta ofrece un consejo: “Les diría que se atrevan a soñar, pero también que sepan que todo el proceso es retador. Los desafíos, aunque suene cliché, realmente te hacen crecer. Con esfuerzo y apoyo de la familia y amigos, todo es posible”.
Este es solo un reflejo de la realidad migratoria que enfrenta el Perú. La fuga de talentos es un fenómeno que sigue creciendo, y con él, las oportunidades para aquellos que deciden dar el salto hacia otros mercados. El desafío para el país está en cómo gestionar esta pérdida de capital humano y cómo crear un entorno que motive a sus ciudadanos a desarrollar sus talentos dentro de sus fronteras.
La búsqueda de oportunidades económicas
Otros de los factores es el económico, una de las razones por la que los peruanos deciden emigrar. Un 46% de los encuestados en el estudio de Ipsos mencionó la búsqueda de mejores oportunidades económicas como el principal motor de su decisión. Sin embargo, no es el único motivo. La inseguridad en el país también juega un papel importante, siendo la segunda razón más citada, con un 16% de las respuestas. A esto se suma la necesidad de acceder a una educación de mayor calidad, un factor determinante para el 8% de los encuestados.
En ese contexto, los estratos sociales más altos, como los segmentos A y B, son los que mayormente consideran la posibilidad de migrar. Un 67% y un 72% de las personas en estos sectores están dispuestas a dejar el país, respectivamente. No obstante, el deseo de emigrar no es exclusivo de las élites. La sensación de que el país no ofrece las condiciones necesarias para un desarrollo adecuado afecta también a los sectores menos favorecidos.