La presidenta Dina Boluarte cambió tres veces de opinión respecto a Petroperú antes de que el directorio presentara su renuncia en pleno ante la Junta General de Accionistas (JGA) y el Gobierno, según un informe difundido el último viernes por Hildebrandt en sus Trece.
En un principio, la mandataria apoyaba la recomendación del directorio de contratar una PMO (Oficina de Gestión de Proyectos) para gestionar la compañía estatal. Sin embargo, al día siguiente, Boluarte informó a los ministros José Arista (Economía) y Rómulo Mucho (Energía y Minas) que la PMO no iba y propuso financiar directamente a Petroperú, al sugerir también una completa remoción del directorio.
Este cambio de opinión fue influenciado por el exministro de Energía y Minas, Óscar Vera, de acuerdo con el semanario de investigación. Tras críticas de la derecha y gremios empresariales, la jefa de Estado volvió a cambiar su postura y decidió finalmente que la PMO seguiría adelante.
Un asesor de la presidenta señaló que “toda la incertidumbre” se deben a estos constantes cambios de opinión. “El sábado, luego de reunirse con Óscar Vera, uno de los responsables de la crisis, incluso quería sacar al ministro Jorge Arista porque creía que le estaba mintiendo sobre Petroperú”, dijo al semanario.
A mediados de mayo, el directorio había planteado tres soluciones: recibir 2,200 millones de dólares del MEF, declarar la quiebra de la empresa o contratar una PMO. Las dos primeras opciones fueron descartadas. El modelo propuesto para la PMO viene de Carlos Neuhaus, presidente del Partido Popular Cristiano (PPC).
El empresario reconoció al semanario que fungió de intermediario para que funcionarios del gobierno y Petroperú se reúnan con ejecutivos de la empresa estadounidense Riveron, interesada en ser la PMO. El principal problema de la estatal es su crisis financiera, con una carta fianza que necesita superar los 500 millones de dólares.
Fernando de la Torre, gerente financiero de Petroperú, sugirió que la petrolera puede conseguir liquidez al vender inmuebles y cobrar las deudas de las aseguradoras. César Gutiérrez, expresidente de la firma, señaló que entregar la gestión a una empresa privada no necesariamente es la solución, al criticar el alto costo y riesgo de esta opción.
Dimisión
La renuncia del directorio ocurre dos semanas después de que recomendaron declarar la quiebra de la petrolera debido a problemas de solvencia para afrontar la importación de combustibles para el mercado peruano. A pesar de las repetidas alertas, las autoridades no tomaron una decisión sobre el futuro de la empresa.
Los directores reconocieron haber cumplido con la responsabilidad asignada, pero consideraron que la falta de reacción del gobierno y las actuales condiciones hacen inviable seguir con el encargo recibido. “(Hemos) estado alertando al Gobierno desde el inicio de su gestión sobre la insostenibilidad financiera que enfrenta la empresa. Se les ha reiterado que es necesario tomar la mejor decisión respecto al futuro de la compañía”, manifestó el grupo liderado por Oliver Stark.
También advirtieron que no asumirán la “responsabilidad por el alcance ni las consecuencias de ninguna norma legal que se apruebe eventualmente sin la debida revisión y estructura necesaria”. Al enterarse de la dimisión, el ministro Morgan Quero (Educación), uno de los más allegados a Boluarte, señaló la importancia de fortalecer la propuesta de refinanciar a la empresa. “Es una decisión del directorio. Respetamos eso y consideramos que tenemos que cuidar justamente un activo crítico nacional como es Petroperú”, afirmó en RPP.
Por su parte, el exministro de Economía, Ismael Benavides, describió un escenario aún más grave. “Era público que Petroperú enfrentaba una estrechez de liquidez; incluso vi que no podrían pagar las planillas salariales. Por otro lado, el directorio estaba contratando una PMO para encontrar alternativas de solución y evidentemente no había recibido apoyo del Estado en estas acciones. Eso hizo la situación insostenible y el único camino que les quedaba era la renuncia”, explicó.
Agregó que el directorio estaba compuesto “por un buen grupo de profesionales que podrían haber traído una solución”, pero que “no tuvieron el apoyo político del Gobierno”, especialmente de las más altas esferas. “No cabe duda de que la presidenta no la tiene muy clara respecto. Si queremos que todo ese desastre que es Petroperú deje algo positivo para el país, como una refinería operando o una empresa saneada, se requiere apoyo y decisiones que suenen duras, pero no hay otra”, subrayó en Canal N.