Las enfermedades mentales son un serio problema que sigue causando preocupación en la población del Perú. Sin embrago, en la historia médica peruana hay un centro especializado que se convirtió en el hospital psiquiátrico más importante del país. Su nombre es Hermilio Valdizán.
Sin embrago, muchos todavía desconocen de quien se trata este personaje y su importancia dentro de la psiquiatría peruana. Esta es la historia.
Sus inicios
Nacido en Huánuco el 20 de noviembre de 1885, la trayectoria de Valdizán comenzó en Huánuco, su tierra natal, donde inició sus primeros estudios. A los nueve años se trasladó a Lima junto a su familia, donde cursó la secundaria en el colegio dirigido por Pedro A. Labarthe.
En 1903 ingresó a la Facultad de Medicina de la Universidad Mayor de San Marcos, donde se graduó en 1909 con una tesis que ya mostraba su interés por la psiquiatría y las ciencias sociales: ‘La delincuencia en el Perú’. Un año después, obtuvo el título de médico cirujano.
Al Viejo Continente
Su prometedora carrera lo llevó a ser becado por el gobierno peruano para viajar a Europa, donde profundizó sus estudios en psiquiatría y neurología. Entre 1911 y 1914, Valdizán se formó en la Escuela Italiana de Enfermedades Mentales y del Sistema Nervioso en Bolonia, además de asistir a prestigiosas clínicas en Francia y Suiza, lugares donde adquirió un conocimiento que sería clave para transformar la psiquiatría en su país.
El inicio de la Primera Guerra Mundial lo forzó a regresar al Perú. A su regreso, defendió exitosamente su tesis doctoral, La alienación mental entre los primitivos peruanos, que consolidó su reputación como especialista en psiquiatría.
En 1916, fundó la cátedra de Enfermedades Nerviosas y Mentales en la Universidad Mayor de San Marcos, lo que marcó un antes y un después en el tratamiento y la enseñanza de la psiquiatría en el país.
Ese mismo año, impulsó la creación del primer consultorio externo para enfermedades mentales en el Hospital Dos de Mayo.
Un trato más humano
Una de las contribuciones más significativas de Valdizán fue la reforma de los tratamientos aplicados a los enfermos mentales. Bajo su dirección, el Asilo Colonia “Víctor Larco Herrera”, que dirigió a partir de 1921, cambió radicalmente sus métodos.
Valdizán reemplazó las camisas de fuerza y otras técnicas coercitivas, por tratamientos más humanitarios, aplicando lo que había aprendido en Europa. Este enfoque más respetuoso hacia los pacientes lo convirtió en un referente de la psiquiatría moderna en el Perú.
Un hombre de letras
Además de su labor médica, Valdizán fue un prolífico escritor. A lo largo de su vida, publicó decenas de obras que abordan desde temas clínicos hasta el folclore médico.
Entre sus obras más notables se encuentran ‘Diccionario de medicina peruana’ y ‘La medicina popular peruana’, en las que recogió valiosa información sobre las prácticas médicas ancestrales y tradicionales del país. Estas publicaciones reflejan su interés por rescatar el saber popular y conectarlo con la ciencia moderna.
Paralelamente, Valdizán también se destacó en el ámbito periodístico. Desde su juventud, colaboró con diversos medios, como el diario El Tiempo, donde firmaba bajo el seudónimo “X. X.”, y en La Prensa, donde escribía con el alias de Juan Serrano.
En estos espacios, abordaba temas de actualidad, divulgación científica y crítica social, mostrando siempre un agudo análisis sobre la sociedad peruana de su tiempo.
En 1918, fundó la revista ‘Anales de la Facultad de Medicina’, una de las publicaciones más influyentes en el ámbito académico.
Valdizán también fue cofundador, junto a su colega Honorio Delgado, de la ‘Revista de Psiquiatría y Disciplinas Conexas’, publicación que ayudó a consolidar la psiquiatría como un campo científico de gran importancia en el país.
A pesar de su prematura muerte a los 44 años, el 25 de diciembre de 1929, su legado ha perdurado. Y es que Valdizán no solo dejó una vasta obra escrita, sino que también sentó las bases para el desarrollo de la psiquiatría en el Perú.
En su honor
En reconocimiento a su contribución, se construyó en Lima el Hospital Hermilio Valdizán, una institución dedicada al tratamiento de enfermedades mentales, que lleva su nombre en honor a su incansable labor en el campo de la salud mental.
Este hospital, ubicado en el distrito de Santa Anita es una de las principales instituciones dedicadas a la atención psiquiátrica en el Perú. Inaugurado el 9 de septiembre de 1961, se creó con el propósito de brindar tratamiento a pacientes adultos con enfermedades mentales recuperables.
La construcción del hospital comenzó en 1944 bajo la gestión de la Beneficencia Pública de Lima, con la intención de aliviar la sobrecarga del Hospital Víctor Larco Herrera, que atendía a pacientes crónicos.
Sin embargo, el establecimiento permaneció cerrado hasta 1961, debido a observaciones sobre su infraestructura realizadas por la orden de San Juan de Dios.
Además, el hospital cuenta con el Centro de Rehabilitación de Ñaña, creado en 1978, que depende del propio Hermilio Valdizán y del Ministerio de Salud, extendiendo así sus servicios a pacientes en procesos de recuperación. Actualmente, la institución está dirigida por el doctor Hugo Wiliam Peña Lovatón.