En los últimos años, el acceso al agua potable en el departamento de Ica se ha convertido en un problema cada vez más preocupante.
Aunque la cobertura del servicio en la región fue del 89.3% en 2023, superando ligeramente el promedio nacional de 88.6%, esta cifra esconde una realidad alarmante: la calidad y continuidad del servicio no están garantizadas.
Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), Ica es la tercera región del Perú con el menor porcentaje de hogares que cuentan con acceso continuo a este servicio, con apenas el 13.3%. Aquello significa que 9 de cada 10 hogares no tienen acceso a agua durante todo el día.
Una tendencia preocupante
Lejos de mejorar, la disponibilidad continua del servicio ha ido disminuyendo en Ica. Según un análisis del panorama realizado por la Red de Estudios para el Desarrollo, en 2019, el 19.2% de los hogares iqueños contaba con el recurso las 24 horas del día, una cifra que cayó 5.9 puntos porcentuales en solo cuatro años.
Dicho retroceso evidencia la creciente gravedad de la crisis del agua en Ica, que se ha visto agravada por varios factores, como el crecimiento poblacional y la falta de infraestructura adecuada para garantizar un servicio continuo que no afecta de manera homogénea a todas sus provincias.
Pues, si bien, entre 2021 y 2023, la provincia de Pisco registró el mayor porcentaje de hogares con acceso a agua durante todo el día (22%), seguida de Chincha (12.3%) e Ica (9.6%), las provincias de Nazca y Palpa presentan situaciones aún más críticas, con solo el 6% y el 1% de los hogares, respectivamente, teniendo acceso continuo al servicio de agua.
Aquel déficit en la disponibilidad del servicio básico afecta de manera directa la calidad de vida de la población y expone a las personas a problemas de salud y saneamiento.
Esto debido a que la acumulación del líquido elemento en recipientes, práctica habitual en los hogares sin servicio continuo, favorece la proliferación de enfermedades como el dengue, con más de 31 mil casos, el doble de los 15 mil casos reportados en 2022, según el Ministerio de Salud (Minsa).
Desigualdad en la distribución de recursos
Por otro lado, el crecimiento urbano descontrolado y la expansión de asentamientos informales en Ica, Pisco y Chincha han contribuido a agudizar el problema. Según un estudio de Álvaro Espinoza y Ricardo Fort (2020), más de la mitad de la expansión urbana en estas provincias ha sido mediante la ocupación ilegal de terrenos. Esto dificulta la planificación urbana y la provisión de servicios básicos, incluyendo el acceso al agua potable.
¿Qué se puede hacer?
Frente a esta situación, la Red de Estudios para el Desarrollo señala la necesidad de priorizar inversiones en infraestructura hídrica y promover un uso más eficiente del recurso, especialmente en regiones costeras donde la demanda supera la oferta disponible.
Asimismo, sugieren fomentar una mayor planificación urbana, que contemple la expansión ordenada de las ciudades y garantice el acceso a servicios básicos para todos los ciudadanos.