Peruanos siguen rechazando a Dina Boluarte en sus apariciones públicas: expertos coinciden en que es muy tarde para un cambio

La presidenta de la República, Dina Boluarte, sigue siendo rechazada por parte de la población en cada una de las apariciones públicas que realiza. Más allá de las inauguraciones de Colegios Bicentenario, donde solo asisten alumnos y maestros, sin los padres de familia, cuando la mandataria se ha presentado personalmente, ha recibido insultos y críticas.

Recientemente, en Sullana, Piura, ciudadanos arrojaron piedras y palos a la comitiva que trasladó a presidenta luego de inaugurar una escuela y un centro de salud.

Sin embargo, esta es la sexta ocasión en el año en que la jefa de Estado se ha visto inmersa en este tipo de incidentes. En enero, cuando se encontraba en Ayacucho, fue agredida por deudos de fallecidos en las protestas en contra de su Gobierno. Luego, en abril, fue abucheada en el Hospital Arzobispo Loayza. En esa ocasión, respondió: “Los gritos no nos van a detener”.

En junio, fue criticada cuando entregaba frazadas en Villa María del Triunfo, mientras que un mes después, en plena parada militar también fue captada recibiendo insultos por parte de los presentes. Incluso durante un simulacro, en agosto, escuchó que le decían: “Devuelve los Rolex”, en referencia a los presuntos regalos que le habría hecho el gobernador de Ayacucho, Wilfredo Oscorima, a cambio de apoyo económico del Gobierno.

Este tipo de eventos sucedieron casi todos los meses de lo que va de 2024. Infobae Perú conversó con el exgobernador regional de Cajamarca, Mesías Guevara, y con el politólogo de la Universidad Pontificia Católica del Perú (PUCP), Fernando Tuesta, para conocer si existe alguna posibilidad de que la mandataria pueda cambiar esta situación y cómo afecta su enorme rechazado al quehacer de la ciudadanía.

Para Fernando Tuesta, el rechazo hacia Dina Boluarte está relacionado con su propio desempeño personal. “Es una persona cuya gestión empezó mal con la lamentable muerte de muchos peruanos y que ella se desentendió”, sostiene.

“Ha ido a lugares donde justamente el dolor de la gente ha sido mayor y donde no ha habido ni aceptación, ni reparación, ni nada. Ella se dice a sí misma una mujer que viene de un lugar humilde, provinciana, mujer, pero ese discurso que pudo ser potente, ese perfil que pudo haber sido tan importante para un cargo como presidente de la República, ella lamentablemente lo ha desperdiciado, ha perdido ese capital que creó. Hubiera sido muy bueno para ser la primera presidenta mujer”, manifiesta en diálogo con este medio.

Boluarte también se ha mostrado, dice Tuesta, como una persona que vive en un “mundo paralelo”. “Esto se traduce en un rechazo muy alto, a lo que le ha agregado, además, pronunciamientos, actos, de una persona que, transmite que ella no gobierna. (...) Parece una persona con frivolidades, con falta de empatía para quienes han sufrido una represión insana”, afirma.

Si bien ambos entrevistados coinciden en que parte de la desaprobación se desprende de las leyes aprobadas por el Congreso de la República, con la nula oposición por parte del Gobierno, Mesías Guevara recuerda que en cada parte del país los ciudadanos tienen diferentes motivos para rechazar a la presidenta.

Por ejemplo, comenta que en el norte existen obras inconclusas o sin iniciar de agua y saneamiento. “Hay ciudades desde Trujillo, Chiclayo, Piura, Tumbes, donde estas regiones, y de manera particular las ciudades, han sido seriamente golpeadas por el fenómeno del Niño y hasta hoy no hemos sido capaces como Estado de liderar ese proceso de reconstrucción. Ese retraso del proceso de reconstrucción, y por el cambio climático, ha generado muchas enfermedades endémicas como el caso del dengue, chikungunya y la malaria misma que está generando muchas muertes en la zona norte”, explicó a Infobae Perú.

También señaló que específicamente en Piura, las palabras del ministro de Desarrollo Agrario, Angel Manero, han “caído muy mal”. “Mantener a este ministro dentro de esta cartera ha generado bastante disgusto, porque este señor tiene una denuncia de que no habría cumplido con sus obligaciones financieras con ciertos agricultores de Tambo Grande”, comentó.

Esta situación es especialmente preocupante, manifiesta, ya que, según la última encuesta de poder de Ipsos para Semana Económica, Boluarte no solo es superada por el Poder Legislativo, sino también por las economías ilegales. “Ella debería estar liderando y ser la mujer más poderosa del Perú, pero ocurre que la percepción es lo contrario. Estamos cayendo muy bajo en torno a lo que significa la gobernabilidad del país”, afirma.

Mesías Guevara afirma que para que la presidenta cambie su imagen frente a la ciudadanía “tendría que hacer algo espectacular y radical”, pero él cree que no lo hará.

Para el exgobernador, entre esas acciones estaría deslindar del Congreso de la República. Sin embargo, si bien todavía quedan casi dos años para el fin de su mandato, piensa que esto no será posible porque “depende mucho de ellos”.

“(Tendría que) limpiar su entorno, dejar de estar sometida ante las fuerzas del Congreso. También está el tema de su relación con el fujimorismo, con César Acuña, con Cerrón, con todos ellos y, por otro lado, con las bancadas satélites que dominan la Mesa Directiva”, opinó.

Tuesta coincide con esta idea, ya que Boluarte “tiene demasiado que compensar, demasiado que entregar”. “Ella cree que cantando, bailando, yendo con escolares, puede revertir una imagen muy desgastada y no estamos hablando de solamente acá en el Perú sino como lo han mostrado muchas encuestas a nivel de América Latina, es de las peores evaluadas en toda la región y en todos los países, los presidentes tienen problemas”, subrayó.

Además de la desconfianza y de la pérdida de autoridad por parte de la presidenta, también se ha gestado una pérdida en el optimismo y de la esperanza, sostiene Guevara. En este contexto, recuerda que en una encuesta de Ipsos se reveló que el 57% de peruanos quiere salir del país debido a la situación económica, la falta de oportunidades e inseguridad ciudadana.

“En la población, en su sabiduría, en su entendimiento, hay palabras que salen de frustración, desesperanza, desconfianza, indignación, pero ellos en el fondo quieren un mensaje claro que nos dirija hacia el optimismo y a salir de lo que significa esta crisis que estamos viviendo. No están apostando por un discurso dictatorial, o por un discurso agresivo. Ahí hay que tener cierta claridad sobre el sentimiento y emoción que en este momento tiene la población peruana”, expresó.

El politólogo de la PUCP precisa que esta baja legitimidad provoca que la palabra de la mandataria “no tenga crédito” y que sus actos no impacten. “Casi todo lo que haga no sirve, porque lo que ha hecho, la gente lo siente tan negativo, que oscurece lo que podría realmente ser positivo”, establece. Asimismo, dice que es difícil que las políticas públicas puedan ser duraderas con tantos cambios de ministros.

“Cambian muchas veces porque resultan siendo ineficientes o porque tienen problemas o por distintas razones. Mantener al ministro del Interior, mantener al ministro de Salud es una clara muestra de que los acuerdos, compromisos y ataduras que tiene ella. Ella no tiene vida propia, tiene vida prestada”, concluye.