El Gobierno peruano ha modificado la Ley N° 30056, emitida durante el gobierno del expresidente Ollanta Humala, que permitía a las pequeñas empresas del país permanecer hasta por tres años adicionales en el Registro Nacional de la Micro y Pequeña Empresa (REMYPE) luego de superar, durante dos años de crecimiento continuo, los parámetros para una mype. En adelante, solo podrán gozar de este régimen por un año de gracia adicional.
Se trata del Decreto Legislativo Nº 1643, que deroga la Tercera Disposición Complementaria Transitoria de la Ley N° 30056, Ley que modifica diversas leyes para facilitar la inversión, impulsar el desarrollo productivo y el crecimiento empresarial, a fin de unificar los requisitos para que las empresas accedan y permanezcan en el REMYPE.
En el año 2008, el expresidente Alan García presenta el Decreto Legislativo N° 1086, que aprueba la Ley de Promoción de la Competitividad, Formalización y Desarrollo de la Micro y Pequeña Empresa y del Acceso al Empleo Decente. El dispositivo otorgaba beneficios para el crecimiento ordenado de las mypes, como el pago de media CTS o la posibilidad de conceder 15 días de vacaciones por año a sus trabajadores.
Sin embargo, si la mype -que incluye a la micro y pequeña empresa- mostraba crecimiento continuo durante dos años consecutivos (por ejemplo, pasaba de 10 a 11 trabajadores, o empezaban a generar más ingresos por tener mayores órdenes de compra), se le otorgaba un año de gracia adicional antes de perder dichos beneficios. Hasta ahí, todo bien.
Los problemas llegaron en 2013 con el presidente Ollanta Humala, quien lanzó su propia Ley N° 30056, la cual ampliaba este periodo de gracia hastas los tres años, en caso fueras una pequeña empresa. Pero, si eras una micro, te quedabas siempre con uno. Con el tiempo, esto se convirtió en un incentivo perverso para el enanismo empresarial, como refiere el director de Mypes Unidas del Perú, Daniel Hermoza.
La Ley N° 30056 y el enanismo fiscal de las mypes
Para entender el problema, se debe tener claro que los distintos regímenes lanzados en favor de las mypes por el Gobierno peruano están orientados a fomentar su crecimiento y contribución, tanto en impuestos, como en trabajo formal. Estos mecanismos no están pensados para que una empresa se quede como mype toda su vida.
Aunque considera que la ley debió emitirse al revés, es decir, subirle a los que tenían un año de gracia para que tengan tres, Hermoza reconoce que los cambios son positivos para beneficio del trabajador.
“Estamos de acuerdo porque hay abuso de la norma. Una empresa comienza a crecer y lo que hacen, automáticamente, es crear otra empresa. Esa empresa ya no pasa los 10 trabajadores, sino que crea otra, con otra razon social y con el nombre del hijo, la esposa, etcétera. Empieza a subdividir la empresa para no perder el régimen especial”, sostuvo Hermoza.
El representante explica que otros empresarios optan por, simplemente, no contratar a más de 10 trabajadores de manera formal. Con eso también sortean el perder los beneficios a medida que van creciendo como empresa.
“Nosotros defendemos los intereses de la empresa, pero también creemos que si tú en tres años no has podido crecer, ya sería aprovecharse de la ley. La norma es para dar impulso, pero si pasas 6, 7 u 8 años en el régimen laboral especial o el régimen tributario especial -tenemos esos dos regímenes- es un abuso del sistema de mypes”, asevera.
¿Cómo les está yendo a las mypes?
Las mypes en Perú experimentaron una notable caída en sus ventas durante el año 2023, cifra que se situó en S/155.697 millones, lo que representó un decremento del 1,5% en comparación con el año anterior, según datos de la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho) 2023. Este descenso, en parte, puede ser atribuido a la contracción económica del 0,55% que sufrió el país en 2022, indicó Comex en un reciente informe.
El estudio detalló que las mypes informales fueron las más afectadas, registrando ventas por S/103.628 millones, un 2,1% menos que en 2022. En contraste, las mypes formales reportaron ventas de S/52.069 millones, apenas un 0,1% menos que el año anterior.
Esta disparidad, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), se debe a las limitaciones que enfrentan las empresas informales para acceder a fuentes de financiamiento y a programas de protección social.
Las barreras de financiamiento y la exclusión de los programas sociales dejan a las mypes informales en una posición vulnerable, especialmente durante periodos de menor demanda, como el pasado año de recesión. La situación financiera de estas empresas se ve aún más comprometida por su estructura operativa, que carece de los beneficios y soporte que gozan las empresas formales.
Las mypes, tanto formales como informales, constituyen una parte vital del tejido empresarial peruano, y su desempeño tiene implicaciones significativas en la economía general. Las diferencias entre ambos grupos resaltan la necesidad de reformas y políticas que permitan un acceso más equitativo a los recursos financieros y apoyo gubernamental.